Sanacion de la Propia Imagen.
Cuantas veces, mujeres preciosas pueden sentirse feas y hombres jóvenes y guapos pueden sentirse dolorosamente inferiores, mientras que una persona menos atractiva puede tener una gran confianza y una buena imagen de sí misma.
Reconocernos tal como somos, y sobre todo, amarnos tal como el Señor nos ha hecho, es de la mayor importancia para nuestra vida. La paz del espíritu, pasa muchas veces por esa sanación de nuestra propia imagen.
Queremos entrar en esta parcela de la sanación, de la mano del P. Robert de Grandis y Betti Tapscott, en su libro "SANACIÓN DE LA PROPIA IMAGEN". Intentaremos hacer un resumen de dicho libro, ya que puede ayudar a muchas personas.
Hemos dicho que es de suma importancia amarnos tal como somos, por aquel precepto que nos dio el Señor: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Si no nos amamos a nosotros mismos ¿cómo vamos a pretender amar a nuestros hermanos, a los demás?
Muchas veces tenemos el presentimiento de que amarse a sí mismo es estar llenos de orgullo y vanidad (y puede darse el caso); nos referimos a amarnos a nosotros mismos desde una manera sana y cristiana; y esto ya no es tan fácil porque nos resulta difícil incluso gustarnos a nosotros mismos.
"Dios quiere que nos gustemos del modo que Él nos hizo. Quiere que nos amemos a nosotros mismos. Hacer eso indica aceptación de uno mismo, y una buena imagen de uno. Esta es una de las áreas más importantes de nuestra vida. La idea que tenemos y lo que pensamos de nosotros mismos, determina la forma en que respondemos a la gente de nuestro alrededor. Por ejemplo, si yo creo que no sirvo, que soy inferior, inútil, feo, que no tengo ningún valor, ni merezco ser amado, encontraré difícil amar a otros. Encontraré imposible amarme a mí mismo, y lo más probable es que encontraré difícil amar al Señor y aceptar su Amor."
Los psiquiatras nos dicen que la "foto" que tenemos de nosotros mismos está formada por lo que los demás dicen de nosotros. Si las cosas que nos dicen son buenas, tenderemos a ser positivos; de lo contrario, tenderemos a ser negativos. La vida de toda persona ha pasado por circunstancias y ambientes de todo tipo y a través de ellos, uno ha ido forjando la propia imagen. La manera en que un niño ha sido educado en su propia casa, en la escuela, quedará impreso en su mente para toda la vida. Palabras que tantas veces se dicen, incluso, inconscientemente, como estúpido, tonto, perezoso o bien, feo, gordo, delgaducho, patoso, hieren profundamente. Igualmente cuando se les compara negativamente con los hermanos y sienten que no fueron deseados. Todo ello suena, como una grabadora, a través de los años y estas palabras resquebrajan esa cosa tan delicada llamada la propia imagen. Esto mismo sucede, una vez casados, si el marido o la mujer es dominante. Y en el trabajo, si un jefe exigente te humilla ante los demás o te pone en ridículo.
Esta es la imagen que se nos ha creado a través de los años, imagen, generalmente peyorativa. Esta es la imagen que debe ser sanada para que ella no entorpezca nuestra relación con los demás y con nuestro Dios. Además, la buena imagen propia y la autoestima es una de las mayores necesidades de la persona. Una persona puede sobrevivir sin poder y sin placeres, pero no puede subsistir si pierde el orgullo de ser una persona. Nuestra autoestima - grande o pequeña - abarca todos los campos de nuestra vida. Cristo nunca rebajó a un ser humano, por pecador que fuese. Él edifica, redime y santifica a la persona y a la personalidad.
Al descubrir que Dios nos acepta y nos ama ¡con defectos y todo!... las máscaras que hemos usado durante años se van quitando lentamente en su presencia. El mandamiento de Jesucristo es que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado. Podríamos decir: "Ámate a ti mismo como Yo te he amado". La caridad empieza en casa. El amor empieza con uno mismo.
PROBLEMAS DE UNA BUENA IMAGEN.
Hay tres problemas principales que nos alejan de tener una buena imagen de nosotros mismos: el rechazo, la culpabilidad y el perfeccionismo.
1 ) EL RECHAZO.
- Ya hemos visto antes, cómo el niño que no ha sido deseado o que ha sido molestado o vejado, arrastra durante su vida la imagen que le dieron. Es común en los jóvenes, al sentir que sus padres querían más a sus hermanos o hermanas que a ellos, encontrarse inseguros. En el corazón del niño y del joven se van imprimiendo, como en cera blanda, esas situaciones de rechazo, recibidas de mil formas y esto queda moldeado para toda la vida. Pero la Buena Nueva es que JESÚS PUEDE SANAR ESAS HERIDAS.
Sentirse culpable es otra razón para tener una pobre imagen de uno mismo. Esto ocurre especialmente si no podemos perdonarnos a nosotros mismos y sentimos que Dios no nos perdonará por los pecados cometidos. Pero Dios nos dice en Hebreos, 10,17: "Y de tus pecados e iniquidades no me acordaré ya". Cuanto más admitamos nuestras propias faltas y admitamos que somos débiles, entonces podremos aceptarnos mejor a nosotros mismos.La razón por la que una persona puede no gustarse a sí misma es debido, muchas veces, a tanta negatividad, procedente de un gran sentimiento de culpa. Y cuando ello se une a una falta de perdón, el sentimiento de indignidad va creciendo mas y más.
Es importante que entreguemos toda nuestra culpabilidad al Señor, porque Él es el único que puede cambiar la imagen que tenemos de nosotros mismos verdaderamente. Ningún psicólogo o psiquiatra puede cambiar con profundidad la imagen que tenemos de nosotros mismos. Solo el Señor puede retroceder en el tiempo: "Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre" (Hebr.13,8) Él puede perdonar todos los pecados que hemos cometido y darnos la gracia para perdonarnos y sanar la herida y el daño causados.
3)PERFECCIONISMO.
Se nos ha hecho creer que una cosa si no es perfecta, no tiene valor. Así la mujer, si no es "Mis Mundo", si no es una buena ama de casa, si no cocina a la perfección, etc., se puede sentir inferior. Y al hombre le pasa algo parecido; cuantas veces cree que su imagen depende del coche que tenga, del lugar en donde viva, de su éxito, de su cuenta bancaria. El Señor nos insiste en que seamos perfectos y muchos esperan, dentro de la Iglesia, ser perfectos, ser buenos, para poder actuar. ¿Cómo puedo recibir del Señor su amor si yo no soy bueno, si no cumplo, por todo lo que he hecho?
Y no digamos, cuando nos comparamos con los demás. No es extraño que la gente de espíritu perfeccionista no pueda sentirse bien consigo misma, porque nunca llegan a dar la talla.Alguien dijo: "Todo el mundo derrama leche alguna vez"; todo el mundo comete errores, falla, y eso duele. Te encuentras apurado. El sentirse que no todo lo has hecho bien, te puede llevar a una mala imagen de ti mismo. Pero, ¡qué maravilloso será cuando consigamos llegar a reírnos de nuestras propias faltas! Todos necesitamos de una buena dosis del sentido de humor.
FORMAS BÍBLICAS PARA DESARROLLAR UNA BUENA IMAGEN.
Toda herida produce dolor y necesitamos ser sanados para sentirnos felices y en paz. La falsa imagen que tenemos de nosotros mismos es fruto de muchas heridas que a través de la vida hemos recibido; necesitamos, pues, sanar esas heridas para recuperar la imagen que Dios nos plasmó y así superar los miedos, la negatividad en nuestro obrar.
Nos podrá ayudar en gran manera unas formas bíblicas que te presentamos.
- Recuerda a diario: SOMOS HIJOS DE DIOS. Y DIOS NOS AMA. "ERES PRECIOSO A MIS OJOS, ERES ESTIMADO, Y YO TE AMO" DICE EL SEÑOR. (Isaías, 43, 4) "CON AMOR ETERNO TE HE AMADO, POR ESO HE RESERVADO GRACIA PARA TI" (Jer. 31, 3)
- No importa cual sea la situación, ni lo abrumador que sea el trabajo. Repite diariamente: "TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE ME CONFORTA" (Fil. 4, 13)
- Cuando el miedo y la timidez te invadan, piensa que las palabras de Dios dicen: "PORQUE NO NOS DIO EL SEÑOR A NOSOTROS UN ESPÍRITU DE TIMIDEZ, SINO DE FORTALEZA, DE CARIDAD Y DE TEMPLANZA". (2 Tim. 1, 7.) "EL AMOR PERFECTO EXPULSA EL TEMOR" (1 Juan 4, 18); "...EL SEÑOR ES MI AYUDA, NO TEMERÉ. ¿QUÉ PUEDE HACERME EL HOMBRE" (Hebr.13, 6)
- Proclama diariamente amabilidad, amor, bondad, compasión y amistad, porque según repartes - al plantar semillas de bondad - recogerás esa cosecha. "FRUTOS DE JUSTICIA SE SIEMBRAN EN LA PAZ PARA LOS QUE PROCURAN LA PAZ". (St. 3, 18).
- Sin orgullo o egoísmo, piensa en las cosas que haces bien y entonces da gracias a Dios por ayudarte a hacer esas cosas para su gloria. "QUE CADA CUAL PONGA AL SERVICIO DE LOS DEMÁS LA GRACIA QUE HA RECIBIDO, COMO BUENOS ADMINISTRADORES DE LAS DIVERSAS GRACIAS DE DIOS." (I Pedro, 4, 10)
- Cuando te sientas abrumado por sentimientos de inferioridad, rechazo, culpabilidad, miedo, timidez, fracaso, desesperación, indignidad, falta de perdón, date cuenta de que esos sentimientos vienen del enemigo que te quiere bien atada y amordazada. Si has pedido perdón a Dios y en nombre de Jesús has perdonado a otros, ten presente siempre: "TUS PECADOS TE SON PERDONADOS; VETE EN PAZ" (Lucas, 7, 48-.49).
- Mantén una actitud de alabanza en tu boca y en tu mente. Cuando tú estás alabando a Dios, tiendes a mantener la vista alejada de ti mismo (y también de cualquier sentimiento de fracaso, insuficiencia o pena) y puesta sobre Jesús. "ESTAD SIEMPRE ALEGRES. ORAD CONSTANTEMENTE. EN TODO DAD GRACIAS, PUES ESTO ES LO QUE DIOS, EN CRISTO JESÚS, QUIERE DE VOSOTROS." (I Tesal.5, 16-18).
- Haz que tu apariencia externa se lo mejor posible, estando bien pulcra y aseada: tanto tu pelo, tu cuerpo como tu ropa. "...PORQUE NADIE ABORRECIÓ JAMÁS SU PROPIA CARNE; ANTES BIEN, LA ALIMENTA Y LA CUIDA CON CARIÑO, LO MISMO QUE CRISTO A LA IGLESIA, PUES SOMOS MIEMBROS DE SU CUERPO" (Efesios 5, 29-30)
- Manténte activo haciendo bien tu trabajo, el que sea.
- No dejes que los celos, un espíritu de competición, o el compararte a otros, arruinen, monopolicen o controlen tu vida. "PUES LOS CELOS Y EL EGOISMO NO SON EL TIPO DE SABIDURÍA DE DIOS" (Sant.3, 15) "NO BUSQUEMOS LA GLORIA VANA PROVOCÁNDONOS LOS UNOS A LOS OTROS Y ENVIDIÁNDONOS MUTUAMENTE" (Gal. 5,26). "NADA HAGAIS POR RIVALIDAD NI POR VANAGLORIA" (Fil.2, 3)
SOLO DIOS PUEDE SANAR LA PROPIA IMAGEN.
Dios nos creó a su imagen y la vida y nuestros pecados, esa imagen perfecta la hemos desfigurado. Dios desea reparar esa imagen suya. Por ello necesitamos pedírselo, para que haga ese gran trabajo de sanación. Él nos ha lavado con su sangre y nos ha redimido. Nos ha salvado a través de su muerte en la cruz. Él murió por nosotros. Cuando el Padre nos mira, ve a Jesús, porque eso es lo que le costamos, ¡JESÚS!
Somos estupendos, somos bellos, somos la obra de sus manos, de su REDENCIÓN.
Entonces puedo decir con voz alta: YO SOY ALGUIEN. Esto borra mis sentimientos de inferioridad de una vez por todas, y tengo una base espiritual sólida para el nacimiento de una propia imagen positiva.
No puedo resistir a la tentación de transcribir la siguiente poesía del Dr. Schuller, tan maravillosa, al mismo tiempo que profunda.
Puedo ser joven, puedo ser viejo,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser educado, puedo ser ineducado.
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser negro, puedo ser blanco,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser rico, puedo ser pobre,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser gordo, puedo ser flaco,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser casado, puedo ser divorciado,
(Puedo ser soltero, puedo ser viudo)
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo tener éxito, puedo ser un fracasado,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios.
*
Puedo ser un pecador, puedo ser un santo,
Pero soy alguien,
Pues soy hijo de Dios,
Porque Jesús es mi Salvador,
Yo soy hijo de Dios.
"Porque soy alguien, puedo hacer más de lo que jamás hubiera pensado".
Cualquiera que sea la situación en la que te encuentres, si te sientes apaleado, magullado, sacudido y herido emocionalmente; si te preguntas: "¡Quien soy yo?" O si dices: "No soy nadie", quiero que sepas que:
Jesús sólo está esperando convertirse en TU salvador personal. Todo lo que tienes que hacer es pedir perdón por tus pecados e invitarle a que entre en tu corazón.
Jesús sólo está esperando a sanarte, física y emocionalmente. Él quiere vendar tus heridas emocionales.
El Señor sólo está esperando a decirte que TÚ ERES SU HIJO y que TÚ ERES ALGUIEN.
Si deseas, en este mismo Blog encontrarás una oración de sanación de la propia imagen. Está escrita para un grupo, pero puedes aplicártela personalmente.
Y no olvides lo que el Señor te dice:
"ERES A MIS OJOS PRECIOSO Y DE GRAN ESTIMA Y TE AMO".
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