Tuesday, January 23, 2018

Oración a la Santisima Trinidad Para Casos Dificiles y Urgentes



Santísima Trinidad, Dios Trino y Uno,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, principio y fin nuestro,
postrado delante de Ti te rindo homenaje:

¡bendita y alabada sea la Santísima Trinidad!;
a Ti, Trinidad Santísima sea todo honor, 
gloria y alabanza por toda la eternidad,
de todo corazón creo en Ti y tu fiel devoto deseo ser,
yo ....... acudo a Ti con entera confianza
para pedirte me vea siempre libre del mal
así como de todas las adversidades y peligros,
y en mis necesidades, te ruego, me otorgues tu favor.

Padre del Cielo, Jesús Buen Pastor, Espíritu Santo,
os suplico por la intercesión y merecimiento
de la Santísima Virgen María,
me deis vuestra ayuda, guía y protección
en todos los asuntos y preocupaciones de mi vida.

Gloria a Ti Dios Padre, fuente de bondad y eterna sabiduría,
de ti procede la vida, de ti nos viene el amor,
haz que todo momento obre con rectitud y prudencia
para gozar de los bienes y consuelos que me envías;
acuérdate que soy tu hijo-a,
y apiádate de mis padecimientos, de mis necesidades
y concédeme asistencia en esta difícil situación:

(pedir con mucha fe lo que se desea conseguir).

Gracias Padre misericordioso por estar ahí.

Gloria a Ti Dios Hijo del Padre Celestial
en cuyo Sagrado Corazón mi alma encuentra refugio,
enséñame a imitar fielmente tu vida y tus virtudes,
dame firmeza y constancia para cumplir tus enseñanzas
y haz que practique más a menudo obras de caridad,
no me abandones en las luchas diarias,
líbrame de los lazos que me tienda el enemigo,
aléjame y protégeme de toda adversidad que me perturbe
y concédeme tu milagrosa ayuda en este problema:

(repetir la petición con gran esperanza).

Gracias mi buen Jesús por estar a mi lado
en los momentos de desesperanza y angustia.

Gloria a Ti Espíritu Santo, claridad que todo lo ilumina,
y que eres el gozo, la armonía y la alegría de la creación,
haz que sea siempre dócil a tus divinas inspiraciones
dame paz, dame auxilio en mis carencias y problemas
y concédeme tu ayuda para que pueda alcanzar
lo que en estos momentos tanta falta me hace:

(repetir confiadamente lo que se desea obtener).

Gracias Espíritu Divino de Amor por auxiliarme
cuando todo está oscuro y necesito Luz.

Madre y Reina mía, Señora de los Cielos
Tú que estar tan cerca de la Santísima Trinidad
ruega por mí y mis actuales problemas y carencias,
sé Tú mi abogada y media para que mi suplica sea atendida, 
haz que obtenga el milagro que tanto preciso en mi vida.

Gracias mi amada Madre, bendita Virgen María,
por tan ser comprensiva y atender siempre nuestras demandas.

Divina Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
concédeme tu clemencia, concédeme tu bondad
y dame pronta solución en mis tristezas y angustias.

Por Qué Debemos Orar a Dios?



 ¿A quién oramos?

Antes que podamos contestar, “por qué oramos”, debemos saber a quién oramos. Existe sólo un Creador supremo y Dios soberano. Hay un solo camino hacia Él y es a través de Su único Hijo Jesucristo. Dios, nuestro Padre Celestial, es el único que podemos estar seguros que escucha y responde a nuestras oraciones. El es el Dios de amor asombroso, misericordia, y perdón.

Por Él todas las cosas son posibles. Jesús dice en Marcos 10:27 ”Para los hombres es imposible, mas para Dios no, porque todas las cosas son posibles para Dios”
Daniel 9:18 nos dice: “... no elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias sino en tus muchas misericordias.” (Misericordia significa demostrar favor, compasión y bondad)
La mayor demostración del Dios de amor es el perdón de los pecados que cada uno de nosotros ha cometido. “Por que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su único Hijo para que todo aquél que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios Su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por Él” (Juan 3:16-17)
Por qué Debemos Orar - ¿Para qué oramos?
La oración es la llave al corazón de Dios. La oración es el único medio para lograr una relación real y personal con Dios.

Orar reconociendo que Él es Dios, y que tú aceptas Su regalo gratuito, Jesucristo como tu Señor y Salvador (Génesis 17:1, Romanos 6:16-18)
Orar confesando nuestros pecados y aceptando Su perdón (Romanos 3:23-26)
Orar para que Su voluntad sea hecha en nuestras vidas, que Su Espíritu Santo nos guíe y que seamos llenos con todo lo que Dios tiene para nosotros.
Orar pidiendo entendimiento espiritual y sabiduría (Proverbios 2:6-8; 3:5)
Orar con agradecimiento por todas las formas que Él nos bendice. (Filipenses 4:6)
Orar cuando estamos enfermos, solos, en pruebas o intercediendo por otros (Santiago 5:14-16, 2 Corintios 12:9-10)
Orar para adorarle (Salmos 95:6-7)
No existe nada por lo cual no podamos orar. Hay abundantes referencias en la Biblia acerca de la oración. La Biblia nos dice que “oremos sin cesar” y que “en todo demos gracias al Señor”. Cuando decidimos tener una actitud positiva, nos damos cuenta de que hemos recibido muchas bendiciones de parte de Dios por las cuales debemos alabarle. 

Alcanzamos intimidad con Dios cuando nos comunicamos con Él a través de la oración. Vamos a Él con fe, sabiendo que Él escucha y responde a todas nuestras oraciones (1 Juan 5:14). Confía que Dios conoce y desea lo que es mejor para nosotros; así que pídele que Su voluntad sea hecha en todo lo que buscamos de Él, dale gracias por ello, aún cuando todavía no haya sucedido.
Por qué Debemos Orar - ¿Cómo oramos?
Jesús les dio a sus discípulos, lo que llamamos “El Padre Nuestro” (Mateo 6) como modelo.

Además, Hebreos 4:14-16 nos dice que podemos orar con osadía "Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado. Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno." 

Sobre todo, oremos con sinceridad, honor y humildad ante el Dios Todopoderoso. “La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago 5:16)