OMNIPOTENCIA DE DIOS
Dios puede hacer todo lo que desee o decida hacer. Decidir y hacer es para Dios un mismo acto (cf. Sal. 147, 5). Dios no puede hacer lo que no desee hacer. No puede hacer algo malo; tampoco puede contradecirse o crear algo contradictorio (un círculo cuadrado, por ejemplo).
Por ser omnipotente, Dios es el Todopoderoso. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que, de todos los atributos divinos, sólo la omnipotencia es nombrada en el Credo o Símbolo de los Apóstoles. (Catecismo de la Iglesia Católica #268). Y lo menciona dos veces. Por algo será … (ver Esencia Física de Dios)
Veamos: la Omnipotencia Divina no es un concepto lejano o poco importante para nuestra vida cristiana. Tampoco puede ser un concepto intimidante (por ejemplo, temer el infinito poder de Dios). Por el contrario, nos dice el Catecismo, que confesar ese atributo divino “tiene gran alcance para nuestra vida”.
Y nos explica por qué. Porque Dios ha creado todo, rige todo y lo puede todo. Es decir su Omnipotencia es universal, o sea que abarca todo. Pero, adicionalmente, no olvidemos que ese poder divino es amoroso, porque Dios es nuestro Padre (cf. Mt. 6, 9), y misterioso porque sólo lo descubrimos en la fe y se manifiesta en nuestra debilidad (2 Co. 12, 9 y 1 Co. 1, 18).
Demostrar el poder infinito de Dios es innecesario. Sólo con conocer algo del universo extraterrestre y del planeta tierra, quedamos admirados. Por las distancias que nos separan de otros planetas, así como el tiempo que tardan las naves espaciales en llegar a ellos, podemos intuir el poder divino.
Para darnos una idea de la inmensidad del poder de Dios, pensemos que algunos de esos astros son tanto más grandes que el sol, que si ocuparan el espacio de éste, tardaríamos en observar su levante desde la tierra más el tiempo que el que el sol tarda en levantarse y ponerse.
Dios, por supuesto, puede hacer cosas que son imposibles para los hombres. Son los milagros, en los que las leyes de la naturaleza puestas por Dios mismo, son suspendidas y/o superadas por El.
Aparte de los milagros de Jesús, en la Biblia tenemos muchísimos más ejemplos del poder divino.
Los tres jóvenes preservados del fuego en el horno ardiente (Dn. 3) o Daniel librado de los leones en el foso (Dn. 6, 10-24). Y San Pedro librado del la prisión (Hch. 12, 1-19).
Como puede verse por los relatos, en estos tres casos, Dios ejerció su Omnipotencia a través de Angeles. Pero Dios tiene muchísimas maneras de actuar con su poder infinito por medio de otros o también directamente: el paso del Mar Rojo, las maravillas en los 40 años del pueblo de Israel por el desierto, etc.
La Omnipotencia Divina aparece no sólo presente en muchas narraciones bíblicas, sino expresamente apoyada con textos específicos:
"Y dijo Yavé a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara? ¿Por qué ha dicho: Cómo voy a tener un hijo ahora que soy vieja? ¿Hay acaso algo imposible para Yavé?” (Gn. 18, 13-14).
“Yavé hace cuanto quiere en los cielos, en la tierra, en el mar y en todos los abismos” (Sal. 134, 6).
“Tú has hecho los cielos y la tierra con el gran poder de tu brazo; nada es imposible para Ti” (Jer. 32, 17).
“Yo soy Yavé, Dios de todos lo vivientes. ¿Hay algo imposible para mí? (Jer. 32, 27).
“Respondió Job diciendo: Sé que lo puedes todo y que no hay nada que te cohiba” (Job, 42, 2).
“Pues todo el mundo es delante de ti como un grano de arena en la balanza y como una gota de rocío de la mañana, que cae sobre la tierra. Pero tienes piedad de todos, porque todo lo puedes” (Sb. 11, 23-24).
“Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible” (Mt. 19, 26).
“Porque para Dios nada es imposible” (Lc. 1, 37).
Aclaremos un poco más lo posible y lo imposible para Dios. Dios puede realizar todo lo que sea intrínsecamente (metafísicamente) posible, o sea, puede hacer todo aquello que no implique una contradicción. Por ejemplo, no es posible que la luz de una vela esté prendida y apagada a la vez, porque esto encierra una contradicción.
Por lo tanto, las contradicciones no están comprendidas dentro de la Omnipotencia Divina. Y es más correcto decir que tales cosas no pueden ser hechas, en vez de decir que Dios no puede hacerlas.
Dios no puede “negarse a Sí mismo” (2 Tim. 2, 13). Dios no puede no existir. Tampoco Dios puede pecar. Porque Dios no puede fallar en su acción o realizar una acción defectuosa.
Ahora bien, la mayor muestra de la Omnipotencia Divina está en la Misericordia de Dios y en el poder de perdonar los pecados.
Lo dijo Jesucristo al curar al paralítico y ser criticado secretamente por los maestros de la Ley: “Qué es más fácil: decir ‘Queden perdonados tus pecados’ o ‘Levántate y anda’. Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados” (Mt. 9, 5-7).
Lo dice el Libro de la Sabiduría: “Tienes piedad de todos, porque todo lo puedes” (Sb. 11, 24).
Y esto lo corrobora la Liturgia de la Iglesia en una oración de la Santa Misa: “Dios manifiesta en grado máximo su Omnipotencia, perdonando y usando de su Misericordia”.
Así que, aunque nos impresionen y sobrecojan las muestras que conocemos del poder infinito de Dios, el perdonar nuestros pecados, sanar nuestra alma enferma a causa de éstos e irnos purificando de sus consecuencias para llevarnos a la santidad es la muestra máxima de la Omnipotencia Divina.
ORACION
¡Oh Dios! El Todopoderoso.
Tú que todo lo puedes,
pero deseas que vayamos a ti,
no forzados por tu poder,
sino atraídos por tu Amor,
enséñame a amarte a Ti y a mis hermanos, todos hijos tuyos.
Y, ya que todo lo puedes,
perdona mis pecados contra Ti
y contra los demás.
Amén.
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