Sunday, July 24, 2011

Jesus Te Sana Hoy. Por el Padre Leonardo Roa Torres

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El Padre Emiliano Tardif, M.S.C., por quien estoy en Republica Dominicana, nos contaba el siguiente testimonio: Cuando estuve de párroco en Sánchez vino a visitarme una señora que daba su testimonio: “Padre Emiliano yo vine hace muchos meses buscándolo porque sufría de ataques de asma desde pequeña y vine para que Ud. me impusiera las manos y orara por mi. No lo encontré y salí muy triste de la Casa Curial.

Sin embargo, encontré la Iglesia abierta, entre y al fondo estaba la imagen de Nuestra señora del Rosario. Me acerque y le dije: Madre, como no esta el P. Emiliano para que me imponga las manos, imponme Tu las manos y ora por mi. Saque el santo rosario de la cartera y empecé: primer misterio, segundo misterio, tercer misterio y terminando el cuarto misterio me dio un ataque de asma que casi me moría. Espere un momento, descanse y termine el quinto misterio. Regrese a mi casa, cerca de 3 horas de viaje. Hoy vengo a contarle que fue el último ataque de asma que me dio. Nunca más he sufrido de asma: Jesús me sano.

Cuando doy este testimonio les pregunto: que tenía la señora? Unos dicen fe y otros dicen asma. Eso es: asma. A que fue a Sánchez? Buscando al P. Emiliano para que le impusiera las manos, como dice Jesús en San Marcos 16,17-18 (Léanlo, por favor).

Y al no encontrarlo que hizo? Le pidió a la madre de Jesús que le impusiera las manos. Y mientras ella rezaba el Santo Rosario (que es Palabra de Dios, ya que el Padre Nuestro y el Ave María están en los Evangelios-en la Biblia-), mientras rezaba el santo Rosario la Virgen María estaba trabajando y consiguiendo el milagro de su Hijo Jesús como hizo en las Bodas de Cana. Ella no hace milagros pero si los consigue, le roba los milagros a su Hijo, que no le niega nada a su madre: “Y fue el ultimo ataque de asma… Jesús la sano” Bendito sea el nombre y la presencia viva de Jesús, que es el mismo de ayer, de hoy y de siempre como nos dice la Palabra de Dios en la carta a los Hebreos 13,8.

Entonces en los retiros o enseñanzas o Eucaristías les doy ese testimonio y los invito a orar de esa forma: cada misterio le dicen a mama María: Madre impón las manos sobre tal intención y sin mas palabras se inicia el misterio. Y así los cinco misterios.

Que un hijo o hija, o el marido o alguien esta portándose mal o fastidiando: “dile a la madre de Jesús: Madre impón las manos sobre fulano y sin mas palabras comienza el misterio. Vamos a ver la gloria de Dios. Si quieres en este momento hagámoslo: levanta una mano y dile: madre querida que esta sea tu mano bendita y ponla en mi cabeza y ora por mi mientras te saludo con esa oración que nació del corazón de Papa Dios y te la dijo Gabriel, ahora te la digo yo: oremos un Ave María con la mano de nuestra (que sea la de María) en nuestra cabeza… en silencio o en voz alta digamos el Ave María. Gracias Madre por conseguir cuantos milagros para los hermanos que con humildad hicieron este ejercicio.

Entonces si hay alguien enfermo: ya sea ancianito-a, en recuperación de una cirugía, algún familiar en estado de coma o en cuidados intensivos y la familia esta afuera o tiene una habitación pueden hacer dos cosas: primero cada hora, ya sea las 7:00 a.m.-8:00-9:00 y así sucesivamente se reúnen todos los que estén y dicen vamos a orar el misterio del Santo Rosario y mientras oramos la Virgen María esta imponiendo las manos y haciendo el trabajo con su hijo amado Jesús. Luego del misterio leen un pasaje de la Biblia, empezando por el Evangelio de San Mateo y siguen hasta terminar el Nuevo Testamento, luego siguen con el Antiguo Testamento.

De esta manera van a leer mientras la persona esta enferma mucha Palabra de Dios y van a ver como la Palabra de Dios: “sana, sana y libera”. Entonces el misterio del Santo Rosario y luego el pasaje Bíblico. Y cuando la persona puede tomar agua dan el tercer paso: “La terapia del agua”.

Tomar un vaso o un vasito con agua. Eso le limpia la parte digestiva, riñones y le hace caminar a los que pueden hacerlo con dificultad y los obliga a moverse. Los que están en oficinas sobre la computadora pueden hacer la terapia del agua: cada hora un vaso o vasito y así tienen que levantarse a orinar y eso los relaja y los oxigena.

Recuerden que cada testimonio es gritar el mundo que Jesús sigue Vivo hoy, que Jesús sana hoy. Tengo otros secretos que Jesús me va dando y vamos a compartir en otras oportunidades. Nota: como no he encontrado las tildes ni las enes por favor alguien que corrija los errores y me reenvíe corregido. Gracias y bendiciones.

Los bendigo en Jesús y en María su hermano y amigo Padre Leonardo Roa Torres

Oración a Santa Rita de Cascia para los casos desesperados

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Oh poderosa Santa Rita, llamada Abogada de los casos desesperados, socorredora en la última esperanza, refugio y salvación en el dolor, que conduce al abismo del delito y de la desesperación: con toda la confianza en tu celestial poder, recurro a ti en el caso difícil e imprevisto que oprime dolorosamente mi corazón.

Dime, oh Santa Rita, ¿no me vas a ayudar tu?, ¿no me vas a consolar? ¿Vas a alejar tu mirada y tu piedad de mi corazón, tan sumamente atribulado? ¡Tú también sabes lo que es el martirio del corazón, tan sumamente atribulado! Por las atroces penas, por las amargas lágrimas que santamente derramaste, ven en mi ayuda. Habla, ruega, intercede por mí, que no me atrevo a hacerlo, al Corazón de Dios, Padre de misericordia y fuente de toda consolación, y consígueme la gracia que deseo (indíquese aquí la gracia deseada).
Presentada es seguro que me escuchará: y yo me valdré de este favor para mejorar mi vida y mis costumbres, para cantar en la tierra y en el cielo las misericordias divinas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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Santa Rita de Cascia (1386-1457) fue una religiosa agustina italiana que está considerada la santa patrona o abogada de los imposibles. Fue canonizada el 24 de mayo de 1900. Su festividad se celebra el 22 de mayo.

¡Venga tu Espíritu, Señor!

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¡Venga tu Espíritu Señor!

Tu Espíritu de escucha; cuando como María, estamos atentos a lo que nos dices.

Tu Espíritu de fortaleza; cuando la debilidad se impone al tesón.

Tu Espíritu de constancia; cuando no vemos fruto a su tiempo.

Tu Espíritu de comunión; cuando surgen divisiones.

Tu Espíritu de comprensión; cuando se hace difícil tu mensaje.

Tu Espíritu de fraternidad; cuando se quiebra la unidad.

Tu Espíritu de vida; cuando estamos llenos de todo y de nada.

Tu Espíritu de aliento; cuando nos asfixia la contaminación del mundo.

Tu Espíritu de misión; cuando todo nos parece hecho.

Tu Espíritu de perdón; cuando el hombre se sienta incomprendido.

Tu Espíritu de Eucaristía; para que nunca nos falte el alimento.

La Risa, La Mejor Medicina..

Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)

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“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. De pequeña estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre los pobres. “Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas” .

Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.

Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.

El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.

Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.

El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.

Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitò solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.

Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.

Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma llamó “oscuridad” a su experiencia interior. La “dolorosa noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la desolación interior de los pobres.

Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.

Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.

Consejos Saludables: COMBATIR EL ESTRÉS

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El estrés es un problema de salud mundial. Todos nos enfrentamos a él a diario, el problema consiste en que muchos no saben como hacerlo de una manera efectiva. Cuando a nuestro cuerpo se le exige una carga extra de energía por presiones en el trabajo por estrés emocional, el organismo agota las reservas de energía y, en consecuencia, las reservas de vitamina B, lo que nos vuelve vulnerables a padecer depresión, insomnio o irritabilidad.

Los síntomas más comunes del estrés son:

*La incapacidad de dormir adecuadamente.
*Concentración pobre e irritabilidad.
*Consumo excesivo de café o alcohol y la tendencia a fumar más.
*La inhabilidad de tomar decisiones y sentimiento de frustración respecto a esto.
*Palpitaciones aceleradas, un "nudo" en la garganta o estómago, boca seca y un ligero temblor en las manos.
*El sentimiento continuo de que algo necesita hacerse y de que no te puedes simplemente sentar y relajar.

Sin embargo, existen otros síntomas que denotan una gravedad aún mayor del estrés: Dolor en el pecho, la imposibilidad de tragar comida, pérdida de peso, pulso acelerado o errático, etc. Siempre que tengas alguno de estos sítomas es necesario que consultes a un médico.

Nosotros te damos unos consejos prácticos para combatir el estrés:

LA ALIMENTACIÓN Y EL ESTRÉS

Comer de forma equilibrada es fundamental para mantener en orden tu cuerpo y tu mente y evitar que el estrés afecte a tu estómago, tus defensas y tu sistema nervioso. De lo que comemos depende buena parte de nuestra estabilidad física y emocional.

Más que alimentarse de ciertos alimentos, la mejor estrategia frente al estrés es comer bien y de todo, ya que de ello depende que nuestras defensas estén altas.

Los nutrientes que contribuyan a mantener fuerte nuestro organismo y, por tanto, a paliar el estrés, son:

Las vitaminas. La A, la C y la E combaten directamente la formación de radicales libres. La A se obtiene de las zanahorias, el melón, el brócoli, las coles de Bruselas, las espinacas y los boniatos. La C está presente en los cítricos y en el brócoli, los pimientos, el melón y el tomate. Para obtener vitamina E hay que consumir frutos secos y aceites vegetales. Las vitaminas del grupo B fortalecen el sistema nervioso central y tienen un efecto sedante. Se encuentran en la levadura de cerveza, lácteos, carne, cereales, aguacate, repollo y judías verdes.

Minerales. Potasio, magnesio, calcio y zinc son imprescindibles porque estimulan la reacción orgánica frente a las hormonas que el cuerpo segrega como respuesta al estrés. Por otro lado, tienen propiedades relajantes y mantienen a raya el ritmo cardíaco. Frutas, verduras, cereales enteros y carne son alimentos ricos en potasio. El magnesio se encuentra en las verduras (puede desaparecer en la cocción, por eso es aconsejable consumir esta agua en forma de sopa o salsas). Los frutos secos, cereales y semillas también lo contienen, pero hay que consumirlos enteros porque el magnesio se destruye en el proceso de trituración. El calcio, es conocido como “el tranquilizante natural” y, desde luego, pocas cosas tienen un efecto tan sedante como beber un vaso de leche tibia antes de acostarse. Muchas funciones inmunes perturbadas por el estrés pueden estimularse con el zinc. Un nivel insuficiente de zinc provoca muchos trastornos y síntomas relacionados con el estrés, como irritabilidad, depresión, impotencia y baja inmunidad.

El Hidrolizado de proteínas de leche. Investigaciones llevadas a cabo en Francia descubrieron que la placidaz del sueño de los bebés tras alimentarse de leche materna se debía a un péptido que se encuentra en la leche. El análisis de las diferentes fracciones del hidrolizado de la leche utilizando las mismas enzimas presentes en el estómago de los bebés condujo al aislamiento de la fracción activa del hidrolizado de proteína de leche que posee efecto antiestrés respecto al placebo y comparable al de productos químicos de referencia. El hidrolizado de proteína de leche no contiene lactosa por lo que no produce efectos de intolerancia a la leche.

Alimentos relajantes. Algunos alimentos estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas ayudando al organismo a mantenerse relajado mientras que otros favorecen la irritabilidad. Entre los alimentos “relajantes” están el plátano, las almendras, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las semillas de girasol. Un truco antiestrés y anticalorías: Ten siempre a mano una barrita de regaliz por si te asalta el hambre entre horas, además de calmar el hambre sin aportar apenas calorías, tiene una poderoso efecto antiestrés.

COMBATIENDO EL ESTRÉS CON UN POCO DE EJERCICIO

Los deportes no solo ayudan a aliviar el estrés, si no que te hacen ver y sentir mejor lo que eleva tu auto-estima y esto a su vez, alivia también el estrés. Para que esto funcione es necesario que hagas ejercicio tres o cuatro veces por semana elevando tu ritmo cardiaco a niveles apropiados. Salir a pasear al perro, ir a nadar, o juntarse para caminar, también puede ser clave para quitarse de encima la tensión.

12 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA HACER FRENTE AL ESTRÉS

1. Sé realista en lo que puedes y no puedes hacer, las metas ambiciosas son causas frecuentes de estrés.
2. Consigue reposo adecuado, establezca una hora regular para dormir.
3. Evita apurarte y preocuparte.
4. Controla tus emociones, decide si las circunstancias valen la pena para angustiarse.
5. No recurras al alcohol, a drogas o la automedicación.
6. No mantengas los sentimientos dentro de ti mismo, identifica los errores y conversa con algún amigo.
7. Toma decisiones no aplaces lo que tienes que hacer o decir.
8. Trata de seguir rutinas, evita la desorganización
9. Desarrolla un sentido del humor cuando las cosas no vayan bien
10. Cuando te sientas apurado, emplea una técnica de relajación como respirar profundo, detenerte un momento y mirar al cielo, etc.
11. Come comidas bien balanceadas y busca dormir tus 8 horas diarias.
12. Tómate un tiempo para ti y haz algo hermoso que te guste como salir a caminar, hablarle por teléfono a una persona querida, de vez en cuando ir al cine o a cenar con amigos, etc.

Sunday, July 17, 2011

TEXTOS DEL PADRE PÍO SOBRE EL SUFRIMIENTO

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  “En las horas de lucha acordémonos de Jesús, que está con nosotros y sufre con nosotros y por nosotros; recurramos a Él y seremos siempre confortados, así alcanzaremos y cantaremos siempre victoria delante de Dios”. 

“Cuando a Él le plazca ponernos en la cruz, agradezcámoselo y considerémonos afortunados por el gran honor que nos hace”.

“Sé que sufrís mucho; pero ¿no es el sufrimiento el que nos hace subir al Calvario y de éste al Tabor? Arriba, pues. ¡Animo! Y Jesús estará contento de vos”.

“Considérate afortunadísima por haber sido hecha digna de participar en los dolores del Hombre Dios”.

“¡Oh! qué feliz deberías considerarte, si te esforzaras por morar (en el Calvario) siempre, y morar fiel y amorosamente”.

“Para llegar a conseguir nuestro fin, es preciso seguir a nuestro divino jefe, que no quiso conducir al alma escogida sino por el camino que Él siguió, es decir, por el camino de la abnegación y de la cruz”.

“Las tribulaciones, las cruces son siempre la herencia y la porción de las almas elegidas”.

“Las otras pruebas a las que Dios os somete y os someterá, todas son signos del amor divino y perlas para el alma”.

“Os ha destinado a gran santidad y por ello os ha sometido a cruces no comunes y todavía os someterá a más”.

“Ten la certeza de que, mientras duren las pruebas, el Señor te ama con predilección y habita en el centro de tu espíritu”.

“No temas: después de haber sido traspasada con Jesús y puesta en el sepulcro de Jesús, verás la luz indefectible, y del Calvario pasarás al Tabor eterno”.

“No desees bajar de esta cruz, ¡oh mi querida hija! Esta vida es breve; las recompensas que nos esperan en el ejercicio de la cruz son eternas”.

“¡Ah! no desees bajar de esta cruz, porque sería el descenso del alma a la llanura donde Satanás nos tiende las asechanzas”.


[*] Tomo estos textos de diferentes capítulos del libro de Melchor de Pobladura, OFM, En la escuela espiritual del Padre Pío de Pietrelcina, León 1983.

Salmos para orar en la enfermedad y sufrimiento


Súplica del enfermo grave – Salmo 6

2 Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues si estás enojado. 3 Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme. 4 Aquí estoy sumamente perturbado, y tú, Señor, ¿hasta cuándo?… 5 Vuélvete a mí, Señor, salva mi vida, y líbrame por tu gran compasión. 6 Pues, ¿quién se acordará de ti entre los muertos? ¿Quién te alabará donde reina la muerte? 7 Extenuado estoy de tanto gemir, cada noche empapo mi cama y con mis lágrimas inundo mi lecho. 8 Mis ojos se consumen de tristeza, he envejecido al ver tantos enemigos. 9 Aléjense de mí, ustedes malvados, porque el Señor oyó la voz de mi llanto. 10 El Señor atendió mi súplica, el Señor recogió mi oración. 11 ¡Que todos mis contrarios se confundan, y no puedan reponerse, que en un instante se corran, llenos de vergüenza!

Acción de gracias después de una grave enfermedad – Salmo 30

2 Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios. 3 Señor, Dios mío, clamé a ti y tu me sanaste. 4 Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has vuelto a la vida. 5 Que sus fieles canten al Señor, y den gracias a su Nombre santo. 6 Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría. 7 Cuando me iba bien, decía entre mí: “Nada jamás me perturbará”. 8 Por tu favor, Señor, yo me mantenía como plantado en montes poderosos; apenas escondiste tu rostro, vacilé. 9 A ti clamé, Señor, a mi Dios supliqué. 10 “¿Qué ganas si me muero y me bajan al hoyo? ¿Podrá cantar el polvo tu alabanza o pregonar tu fidelidad? 11 ¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro! 12 Tú has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría. 13 Así mi corazón te cantará sin callarse jamás ¡Señor, mi Dios, por siempre te alabaré!

Oración confiada en un momento de angustia – Salmo 31

2 A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡tú que eres justo, ponme a salvo! 3 Inclina tu oído hacia mí, date prisa en librarme. Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve. 4 Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges. 5 Sácame de la red que me han tendido, porque eres tú mi refugio. 6 En tus manos encomiendo mi espíritu, y tú, Señor, Dios fiel, me librarás. 7 Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor. 8 Gozaré y me alegraré de tu bondad porque has mirado mi aflicción y comprendido la angustia de mi alma; 9 no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto. 10 Ten piedad de mí, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza. 11 Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen. 12 Mi enemigo se alegra, mis vecinos se horrorizan, y se espantan de mí mis conocidos: si me ven en la calle, se alejan de mí. 13 Se olvidaron de mí, como de un muerto, soy como un objeto inservible. 14 Oigo los cuchicheos de la gente, y se asoma el terror por todas partes. Se unieron todos en mi contra, tramaron arrebatarme la vida. 15 Pero yo, Señor, confío en ti, yo dije: Tú eres mi Dios. 16 Mi porvenir está en tus manos, líbrame de los enemigos que me persiguen. 17 Que sobre tu servidor brille tu rostro, sálvame por tu amor. 18 A ti clamé, Señor, no sea confundido; confundidos sean los impíos, lánzalos a la mansión del silencio. 19 Enmudece los labios embusteros, que hablan insolencias contra el justo con orgullo y desprecio. 20 Qué bondad tan grande, Señor, es la que reservas para los que te temen. Se la brindas a los que en ti esperan, a la vista de los hijos de los hombres. 21 En secreto, junto a ti los escondes, lejos de las intrigas de los hombres; los mantienes ocultos en tu carpa, y los guardas de las querellas. 22 Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para mí: Mi corazón es como una ciudad fuerte. 23 Yo decía en mi desconcierto: “Me ha arrojado de su presencia”. Pero tú oías la voz de mi plegaria cuando clamaba a ti. 24 Amen al Señor todos sus fieles, pues él guarda a los que le son leales, pero les devolverá el doble a los soberbios. 25 Fortalezcan su corazón, sean valientes, todos los que esperan en el Señor.

Súplica de un enfermo que se reconoce culpable – Salmo 38

2 Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues si estás indignado. 3 Pues tus flechas en mí se han clavado, y tu mano se ha cargado sobre mí. 4 Nada quedó sano en mí por causa de tu ira, nada sano en mis huesos, después de mi pecado. 5 Mis culpas llegan más arriba de mi cabeza, pesan sobre mí más que un fardo pesado. 6 Mis llagas supuran y están fétidas, debido a mi locura. 7 Ando agobiado y encorvado, camino afligido todo el día. 8 Mi espalda arde de fiebre y en mi carne no queda nada sano. 9 Estoy paralizado y hecho pedazos, quisiera que mis quejas fueran rugidos. 10 Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos. 11 Mi corazón palpita, las fuerzas se me van, y hasta me falta la luz de mis ojos. 12 Compañeros y amigos se apartan de mis llagas, mis familiares se quedan a distancia. 13 Los que esperan mi muerte hacen planes, me amenazan los que me desean lo peor, y rumian sus traiciones todo el día. 14 Pero yo, como si fuera sordo, no oigo; soy como un mudo que no abre la boca, 15 como un hombre que no entiende nada y que nada tiene que contestar. 16 Pues en ti, Señor, espero; tú, Señor mi Dios, responderás. 17 Yo dije: “Que no se rían de mí, ni canten victoria si vacilan mis pasos”. 18 Ahora estoy a punto de caer, y mi dolor no se aparta de mí. 19 Sí, quiero confesar mi pecado, pues ando inquieto a causa de mi falta. 20 Son poderosos mis enemigos sin causa, incontables los que me odian sin razón. 21 Me devuelven mal por bien, y me condenan porque busco el bien. 22 ¡Señor, no me abandones, mi Dios, no te alejes de mí! 23 ¡Ven pronto a socorrerme, oh Señor, mi salvador!

Acción de gracias de un enfermo restablecido – Salmo 41

2 Feliz el que se acuerda del pobre y del débil, en el día malo lo salvará el Señor; 3 el Señor lo guardará, lo mantendrá con vida y feliz en esta tierra: – no lo dejarás en manos de sus enemigos- 4 El Señor lo acompaña en su lecho de dolor y le arregla la cama mientras está enfermo. 5 Yo dije: “Señor, apiádate de mí, sáname porque he pecado contra ti”. 6 Mis enemigos me desean lo peor: “A ver si se muere y ya no se habla más de él”. 7 Si alguien viene a verme, habla por hablar, pero se informa para dañarme; apenas está fuera, esparce sus rumores. 8 Mis enemigos se juntan y cuchichean, mientras comentan mi mal: 9 “Este ataque no es una cosa buena, cayó a la cama para no levantarse”. 10 Hasta mi amigo seguro en el que yo confiaba, que mi pan compartía, se ha vuelto en contra mía. 11 Pero tú, Señor, ten piedad de mí, ponme en pie, que quiero pagarles con lo mismo. 12 Que mis enemigos no canten victoria, y reconoceré que me valoras. 13 Tú me asistirás, Señor, porque no hay falta en mí, y me mantendrás en tu presencia para siempre. 14 ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Así sea!

Lamentación en medio de un peligro mortal – Salmo 88

2 Señor, mi Dios, te clamo a ti de día, y de noche me quejo en tu presencia. 3 Que hasta ti llegue mi oración, presta atención a mi clamor. 4 Pues de pruebas mi alma está saturada y mi vida está al borde del abismo. 5 Me cuentan entre los que bajan a la fosa, soy un hombre acabado, 6 que ya tiene su cama entre los muertos, parecido a los cuerpos tirados en la tumba, de los cuales ya no te acuerdas, y que se han sustraído de tu mano. 7 Me arrojaste a las cavernas inferiores, a las tinieblas, a los abismos; 8 tu cólera ha pesado sobre mí y me han arrollado todas tus olas. 9 Alejaste de mí a mis conocidos, hiciste que me miraran con horror. Estoy encerrado y no puedo salir, 10 el sufrimiento mis ojos ha gastado. Señor, a ti clamo todo el día, y mis manos extiendo hacia ti. 11 ¿Harás milagros para los difuntos, se levantarán sus sombras para alabarte? 12 ¿Se hablará de tu bondad entre los muertos, de tu lealtad donde todo está perdido? 13 ¿Admirarán tus maravillas en lo oscuro, y tu justicia en la tierra del olvido? 14 Yo, por mi parte, clamo a ti, Señor, y de mañana sube a ti mi oración. 15 ¿Por qué, Señor, entonces, me rechazas y me escondes tu cara? 16 Soy pobre y enfermizo desde niño, sufrí tus golpes y me quedo sin fuerzas; 17 tus cóleras han pasado sobre mí, tus espantos me han aniquilado. 18 Como las aguas me arrollan todo el día, y me cercan todos de una vez. 19 De mí alejaste amigos y compañeros, y son mi compañía las tinieblas.