Wednesday, February 24, 2016

Terapia Espiritual en Tres Pasos para Enfrentar la Depresión




En las grandes crisis existenciales sólo existe una tabla de salvación para no ahogarse en el mar de la depresión... ¡La terapia espiritual!  
Caminar hacia la depresión siempre lleva a la destrucción.

Hay un momento en la vida en el que, quizás afortunadamente, a cada persona le llegan problemas que no logrará solucionar ni con dinero, ni con amistades influyentes, ni con brillantes cualidades personales, y ante esos tremendos problemas sólo existe una tabla de salvación para no ahogarse en el mar de la depresión y de la desesperanza: la terapia espiritual. Esto cura todo lo que la naturaleza no logra remediar. Los demás remedios resultan todos ineficaces en casos graves, muy frecuentes en la actualidad, por cierto.

Un universitario exclamaba: "Yo ya no necesito de Dios ni de la religión".

Este tipo de ideas trae una penosa consecuencia: que la mayoría de la gente cuenta ahora con muy pocas reservas espirituales de las cuales poder disponer en un tiempo de congoja mental, emocional o física. Y ese gigantesco vacío de Dios que hay en la gente actual complica seriamente sus problemas y dificulta inmensamente su curación.

El papá de este Joven, un profesional muy equilibrado y curtido en las luchas de la vida, le respondió: "No digas «YA no necesito de Dios y la religión»" ¿Por qué mejor no dices: «me parece que TODAVÍA no descubro que los necesito?» Porque en la vida te llegarán problemas tales que, si Dios no te echa una mano, perecerás apabullado por ellos, y ningún ser humano, ni tu estabilidad económica, ni siquiera tu miseria, serán capaz de librarte de sofocante peso".

A continuación se exponen 3 recomendaciones para dejar atrás la depresión con un enfoque espiritual:

1.- Sigue el camino sobrenatural.

La dimensión natural es seguir el camino que indica la propia naturaleza, pero existen otros dos caminos: la dimensión preternatural, que es el camino a la destrucción, pero la dimensión sobrenatural es el camino al Creador.

Si una persona me hiere, el camino natural es perder la confianza y cuidarse de nuevas agresiones, el camino preternatural es odiar y vengarse, pero el camino sobrenatural es, además de perdonar, ofrecer el perdón y hacer oración y ayuno por la persona que nos hirió para que también ella crezca.

2.- Hazte acompañar en tu caminar espiritual

Dice el dicho: Dime con quien andas, y te diré quién eres. Una de las más graves tragedias de nuestro tiempo es que los ignorantes espirituales instalados en los colegios, universidades, periódicos, televisión, cine y demás medios de comunicación han hecho un lavado cerebral tan desastroso a nuestra gente, que muchas personas han llegado a imaginarse que son simplemente animales, sin dimensión espiritual o sobrenatural, destinados a vivir gorditos y bien atendidos en esta vida, como pollitos en el gallinero con clima controlado y televisión por cable, o como unos gorilas con bolsas de marca y vestuario de moda, o quizás, como unos perritos acomodados con la mejor tecnología y los mejores estudios, sin proyección hacia la eternidad ni deberes para con un Dios Creador y Juez.

Así que lo que debes hacer es conseguir un guía espiritual, si no tienes uno al alcance, puedes por lo menos, leer la vida de los Santos.

3.- Sirve a los demás.

En la dimensión espiritual, el vacío siempre invita al desastre. Por eso cuando se está vacío de Jesús y de principios espirituales se va camino del fracaso, aun cuando es un camino rodeado de comodidades o incluso de carencias, esto no es lo que marca la diferencia.

En una ocasión, recomendaba a un estudiante que sirviera a otros para aliviar su tristeza,  y como respuesta me decía: le hablaré a mi padre para que me consiga un puesto de practicante en una empresa, y, como no se mucho de mi carrera todavía, así aprenderé y tendré mejores oportunidades aunque no me paguen. ¡Qué lejos estaba de servir! El servir significa darse a los demás, dar tu tiempo en una casa hogar de niños; compartir lo que dejas de comer cuando ayunas, con un indigente (que bien conoces, porque hay miles); participar en la limpieza de tu casa…

Y recuerda siempre, que ¡la depresión se asusta cuando te acercas a los sacramentos!

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Autor: Rafael Ruiz | PildorasdeFe.net

Coraza de San Patricio



Se le conoce como Pectoral o la Coraza de San Patricio. Muchos la utilizan para alejar las influencias demoníacas o una presencia del mal. 

La siguiente oración está compuesta por San Patricio, una oración poderosa de protección e invocación al Señor. Se le conoce como Pectoral o la Coraza de San Patricio porque constituye, en el plano espiritual, lo que en aquellas épocas constituían las armaduras colocadas sobre el pecho de los guerreros que pretendía ir a la batalla. 

La oración es recomendable hacerla en estado de gracia, pues tiene un poder protector y liberador. Muchos la utilizan para alejar las influencias demoníacas o la presencia de algún mal presente en otras formas.

La oración tiene muchas versiones, y según narra la tradición, la misma fue compuesta por el obispo San Patricio mientras huían de los druidas a través de un extenso bosque. Se dice que cuando la hicieron, él y ocho de sus discípulos se transformaron en ciervos, y sus perseguidores, quienes estaban acosándolos de cerca, no vieron más a San Patricio y su grupo sino a una manada de ciervos caminando en el bosque. Desde entonces es conocida como una poderosa oración de protección y de invocación al Señor.

A continuación la Coraza de San Patricio:

(Versión breve)

Cristo conmigo,
Cristo delante mí,
Cristo detrás de mí,
Cristo dentro de mí,
Cristo debajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en la anchura, 
Cristo en la longitud, 
Cristo en la altura
Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí,
Cristo en los ojos de todos los que me ven,
Cristo en los oídos de todos los que me escuchan.

(Versión completa)

Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la Fe en sus Tres Personas, por medio de la confesión de la Unidad del Creador del universo.

Me levanto hoy, por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de su crucifixión y de su sepulcro, por medio de la fuerza de su resurrección y su asunción, por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de Querubines, en obediencia de los Ángeles, en servicio de Arcángeles, en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa, en las oraciones de los Patriarcas, en las palabras de los Profetas, en las prédicas de los Apóstoles, en la inocencia de las Santas Vírgenes, en las obras de todos los hombres de bien.

Me levanto hoy por medio del poder del cielo: Luz del sol, Esplendor del fuego, Rapidez del rayo, Ligereza del viento, Profundidad de los mares, Estabilidad de la tierra, Firmeza de la roca.

Me levanto hoy por medio de la fuerza de Dios que me conduce: Poder de Dios que me sostiene, Sabiduría de Dios que me guía, Mirada de Dios que me vigila, Oído de Dios que me escucha, Palabra de Dios que habla por mí, Mano de Dios que me guarda, Sendero de Dios tendido frente a mí, Escudo de Dios que me protege, Legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud.

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el maligno, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las leyes negras de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra las obras y astucia de la idolatría, contra los encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor del cuerpo y del alma.

Cristo, sé mi escudo hoy, contra venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda yo recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo, Cristo delante mí, Cristo detrás de mí, Cristo dentro de mí, Cristo debajo mí, Cristo sobre mí, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo cuando me acuesto, Cristo cuando me siento, Cristo cuando me levanto, Cristo en la anchura,  Cristo en la longitud,  Cristo en la altura, Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí, Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí, Cristo en los ojos de todos los que me ven, Cristo en los oídos de todos los que me escuchan.

Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la Fe en sus Tres Personas, por medio de la confesión de la Unidad del Creador del universo. Amén

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Qriswell J Quero | Fuente: PildorasdeFe.net

Thursday, February 11, 2016

Oración de Sanación


Querido Señor Jesús, es mi voluntad ofrecerte todo lo que soy y todo lo que quiero ser. Te abro todos los rincones de mi corazón e invito a tu Espíritu Santo a que habite en mi interior.
Te ofrezco mi vida, mi corazón, mi mente, mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, todas mis esperanzas, planes y sueños. Te entrego mi pasado, presente y futuro, mis hábitos, mis defectos de carácter, mis actitudes, mi sustento, mis bienes, mis finanzas, mi seguro médico, mi trabajo y todas mis relaciones. 
Te entrego mi salud, mis discapacidades, mi aspecto físico, mi hogar, mi familia, mi matrimonio, mis hijos, mi sexualidad y mis amistades. Te pido que seas el Señor de cada aspecto de mi vida. Te ofrezco mis heridas, dolores, preocupaciones, ansiedades y miedos, y te pido que me limpies.

Entrego todo a tu amoroso cuidado. Por favor, Señor, háblame claramente. Abre mis oídos para escuchar tu voz. Abre mi corazón para tener una comunión contigo aun más íntima. Necesito desesperadamente sentir tu abrazo cariñoso. Cierra las puertas que necesitan ser cerradas y abre las puertas que deben ser abiertas. Pon mis pies en el camino recto y estrecho que conduce a la vida eterna. Amén.

Tuesday, February 9, 2016

10 DE FEBRERO DE 2016 MIÉRCOLES DE CENIZA





La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

*“Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”

*“Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"

* “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

ORIGEN DE LA COSTUMBRE

Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA

El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

LA ORACIÓN:

La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior.

Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

Para que nuestra Oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:

La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.

La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.

La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

EL SACRIFICIO:

Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar.

“Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará." (Mt 6,6).

CONCLUSIÓN:

Como vemos, la ceniza no es un rito mágico, no nos quita nuestros pecados, para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación. Es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión. Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.

Debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a donde vamos, de analizar como es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.

En estos momentos al reflexionar sobre nuestra vida, debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.

Está Reconciliación con Dios está integrada por el Arrepentimiento, la Confesión de nuestros pecados, la Penitencia y finalmente la Conversión.

El arrepentimiento: Debe ser sincero, reconocer que las faltas que hemos cometido (como decimos en el Credo: en pensamiento, palabra, obra y omisión), no las debimos realizar y que tenemos el firme propósito de no volverlas a cometer.

La confesión de nuestros pecados: El arrepentimiento de nuestras faltas, por sí mismo no las borra, sino que necesitamos para ello la gracia de Dios, la cual llega a nosotros por la absolución de nuestros pecados expresada por el sacerdote en la confesión.

La penitencia: Que debemos cumplir empieza desde luego por la que nos imponga el sacerdote en el Sacramento de la Reconciliación, pero debemos continuar con la oración, que es la comunicación íntima con Dios, con el ayuno, que además del que manda la Iglesia en determinados días, es la renuncia voluntaria a diferentes satisfactores con la intención de agradar a Dios y con la caridad hacia el prójimo.

Y finalmente la Conversión que como hemos dicho es ir hacia delante, es el seguimiento a Jesús.

Es un tiempo de pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño. Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás.

Y terminemos recorriendo al revés nuestra frase inicial, diciendo que debemos escuchar y leer el Evangelio, meditarlo y Creer en él y con ello Convertir nuestra vida, siguiendo las palabras del Evangelio y evangelizando, es decir transmitiendo su mensaje con nuestras acciones y nuestras palabras.

Sugerencias para vivir la fiesta:

Asistir a la iglesia a ponerse ceniza con la actitud de conversión que debemos tener.

Leer la parábola del hijo pródigo, San Lucas 15, 11-32 o el texto evangélico de San Mateo 6, 1-8.

Wednesday, February 3, 2016

Oración Para la Salud de un Hijo Enfermo



 Amado Señor, tú conoces el corazón de tus hijos y no te quedas indiferente ante el pobre que te suplica. Tú sabes lo que nos aflige el bienestar de nuestros niños, tu comprendes la preocupación de los papás ante la enfermedad de alguno de sus hijos. Vengo hoy como el funcionario real del Evangelio, a pedirte que desciendas y sanes a nuestro niño/a (nombre con fe al niño/a enfermo por quien se está orando de manera especial y el mal que lo aqueja). 

Aún desde la preocupación que nos causa su enfermedad, desde el dolor y el desconcierto, si esta enfermedad está dentro de lo que tu permites, aceptamos este momento como ocasión de purificación, de abandono en tus manos, de ofrecimiento generoso de nuestras vidas. 

Aceptamos este momento como una ocasión para unirnos desde el sufrimiento a los dolores de Cristo por la salvación del mundo (Colosenses 1, 24) (Tómese unos minutos y, en calma, que su corazón se una a lo que acaba de decir con sus labios: “con este sufrimiento, me uno, Señor, a tu pasión…”) 

Ahora, Señor, a ti que quieres que tengamos vida en abundancia, te pido que por el poder del misterio de tu infancia y tu vida oculta en el hogar de Nazaret, sanes al niño/a a quien tú conoces y amas. 

Cuida de su cuerpito y de su alma. Pasa tu mano sanadora sobre él para que sienta tu alivio, tus cuidados y se restablezca prontamente según tu voluntad.