Tuesday, March 19, 2013

EL ENFERMO JUNTO A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO



HOMBRE DE DOLORES Y SUFRIMIENTOS

ACOMPAÑANDO CON LOS SALMOS A CRISTO QUE SUFRE POR TI
 
(Puedes pensar en Cristo sufriente mientras lees estos textos del Antiguo Testamento que hablan del Mesías de Dolores)

SALMO 22


(Salmo que recitó Jesús en la Cruz)


Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?;
a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.
Dios mío, de día clamo, y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí.

¡Mas tú eres el Santo,
que moras en el santuario de Israel!
En ti esperaron nuestros padres,
esperaron y tú los liberaste;
a ti clamaron, y salieron salvos,
en ti esperaron, y nunca quedaron confundidos.
Yo soy un gusano, que no hombre,
vergüenza del vulgo, asco del pueblo,
todos los que me ven de mí se mofan,
tuercen los labios, menean la cabeza:
«Se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre,
que le salve, puesto que le ama!»
Sí, tú del vientre me sacaste,
me diste confianza a los pechos de mi madre
a ti fui entregado cuando salí del seno,
desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios.
¡No andes lejos de mí, que la angustia está cerca,
no hay para mí socorro!
Novillos innumerables me rodean,
me acosan los toros de Basán;
ávidos abren contra mí sus fauces;
leones que desgarran y rugen.
Como el agua me derramo,
todos mis huesos se dislocan,
mi corazón se vuelve como cera,
se me derrite en mis entrañas.
Está seco mi paladar como una teja
y mi lengua pegada a mi garganta;
tú me sumes en el polvo de la muerte.
Perros innumerables me rodean,
una banda de malvados me acorrala,
taladran mis manos y mis pies.
Puedo contar todos mis huesos;
ellos me observan y me miran,
se reparten entre sí mis vestiduras
y se sortean mi túnica.
¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos,
corre en mi ayuda, oh fuerza mía,
libra mi alma de la espada,
mi única de las garras del perro;
sálvame de las fauces del león,
y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos!
¡Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré!:
«Los que a Yahveh teméis, dadle alabanza,
raza toda de Jacob, glorificadle,
temedle, raza toda de Israel».
Porque no ha despreciado
ni ha desdeñado la miseria del mísero;
no le ocultó su rostro,
mas cuando le invocaba le escuchó.
De ti viene mi alabanza en la gran asamblea,
mis votos cumpliré ante los que le temen.
Los pobres comerán, quedarán hartos,
los que buscan a Yahveh le alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!»
Le recordarán y volverán a Yahveh todos los confines de la tierra,
ante él se postrarán todas las familias de las gentes.
Que es de Yahveh el imperio, del señor de las naciones.
Ante él solo se postrarán todos los poderosos de la tierra,
ante él se doblarán cuantos bajan al polvo.
Y para aquél que ya no viva,
le servirá su descendencia:
ella hablará del Señor a la edad venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer: Esto hizo él.


SALMO 69


(Refleja proféticamente los sentimientos del Corazón de Jesús en su Pasión)


¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas
me llegan hasta el cuello!
Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie;
he llegado hasta el fondo de las aguas,
y las olas me anegan.
Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces,
mis ojos se consumen de esperar a mi Dios.
Son más que los cabellos de mi cabeza
los que sin causa me odian;
más duros que mis huesos
los que me hostigan sin razón.
(¿Tengo yo que devolver lo que no he robado?)
Tú, oh Dios, mi torpeza conoces,
no se te ocultan mis ofensas.
¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan,
oh Dios de los Ejércitos!
¡No sufran confusión por mí los que te buscan,

oh Dios de Israel!
Pues por ti sufro el insulto,
y la vergüenza cubre mi semblante;
para mis hermanos soy un extranjero,
un desconocido para los hijos de mi madre;
pues me devora el celo de tu casa,
y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
Si mortifico mi alma con ayuno,
se me hace un pretexto de insulto;
si tomo un sayal por vestido,
para ellos me convierto en burla,
cuento de los que están sentados a la puerta,
y copla de los que beben licor fuerte.
Mas mi oración hacia ti, Yahveh,
en el tiempo propicio:
por tu gran amor, oh Dios, respóndeme,
por la verdad de tu salvación.
¡Sácame del cieno, no me hunda,
escape yo a los que me odian,
a las honduras de las aguas!
¡El flujo de las aguas no me anegue
no me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca!
¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad;
en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
no retires tu rostro de tu siervo,
que en angustias estoy, pronto, respóndeme;
acércate a mi alma, rescátala,
por causa de mis enemigos, líbrame!
Tú conoces mi oprobio,
mi vergüenza y mi afrenta,
ante ti están todos mis opresores.
El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no encuentro ninguno.
Veneno me han dado por comida,
en mi sed me han abrevado con vinagre...
Y yo desdichado, dolorido,
¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!
El nombre de Dios celebraré en un cántico,
le ensalzaré con la acción de gracias;
y más que un toro agradará a Yahveh,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.
Lo han visto los humildes y se alegran;
¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
Porque Yahveh escucha a los pobres,
no desprecia a sus cautivos.
¡Alábenle los cielos y la tierra,
el mar y cuanto bulle en él!
Pues salvará Dios a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
la heredará la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre en ella morarán.



(Del libro del Profeta Isaías, capítulo 53)

El profeta ve en visión al Mesías:


No tenía apariencia ni presencia;
le vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar.
Despreciable y desecho de hombres,
varón de dolores y sabedor de dolencias,
como uno ante quien se oculta el rostro,

¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba
y nuestros dolores los que soportaba!
Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado.
El ha sido herido por nuestras rebeldías,
molido por nuestras culpas.
El soportó el castigo que nos trae la paz,
y con sus heridas hemos sido curados.
Todos nosotros como ovejas erramos,
cada uno marchó por su camino,
y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca.
Como un cordero al degüello era llevado,
y como oveja que ante los que la trasquilan está muda,
tampoco él abrió la boca.
Tras arresto y juicio fue arrebatado,
y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?
Fue arrancado de la tierra de los vivos;
por las rebeldías de su pueblo ha sido herido;
y se puso su sepultura entre los malvados
y con los ricos su tumba,
por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias.
Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia,
alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano.
Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará.
Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos
y cargará las culpas de ellos.
Por eso le daré su parte entre los grandes
y con poderosos repartirá despojos,
ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado,
cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes.

1 comment:

  1. Gracias señor por tu infinita bondad cura a mi hijita Kiarita de su mal a cambio te propongo difundir tu devoción por el resto de mi vida amén.

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