Hay
una contemplación muy especial de la Pasión del Señor, que nos sobrecoge
especialmente en nuestros tiempos, dominados por la ciencia y la técnica.
Es la consideración de la Santa Síndone de Turín; también llamada Sábana
Santa o Santo Sudario.
Este
es un lienzo de lino rectangular, de 4,36 m. de largo y 1,10 m. de ancho.
Sobre un mismo lado de la tela están impresas las huellas frontales y
dorsales de un hombre muerto después de haber sido crucificado. La
tradición lo ha identificado con aquella sábana limpia, comprada
por José de Arimatea, en la que Jesús fue envuelto para la sepultura (Mt
27,59) y que Juan y Pedro encontraron en el sepulcro la mañana de la
Resurrección del Señor (cf. Jn 20,5-8)
En esta Sábana han quedado indicadas, para todos los hombres, las huellas del Amor:
–un Amor coronado con un casquete de punzantes espinas;
–un Amor traspasados por gruesos clavos en las manos y en los pies
–un Amor “arado” en sus espaldas por los implacables golpes de la flagelación
–un Amor herido por una lanza en su costado, del cual han manado Sangre y Agua
–un Amor que ha llevado un pesado madero sobre sus hombros
–un Amor sometido a golpes en su Rostro, a vejaciones y burlas (tiene la barba arrancada
–un Amor con un Rostro sereno, que muerto habla de Vida y de Resurrección.
SÍNDONE FRENTE
SINDONE DORSO
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