El problema de la obesidad infantil tiene cada vez más eco en las noticias. Un niño obeso tiene muchas posibilidades de sufrir problemas de saludo derivados de su sobrepeso cuando sea adulto.
Los padres de niños obesos debemos tomar medidas para ayudar a nuestros hijos a seguir una dieta equilibrada, evitar la comida rápida y comida basura, y hacer ejercicio. No hay ninguna receta milagrosa - se requiere mucha persistencia y paciencia para ayudar a un niño a adelgazar. Pero es posible, y muy importante. Así que aquí os sugerimos cinco ideas básicas para afrontar, y contrarrestar, la obesidad infantil.
Es mejor empezar el proceso de adelgazamiento paulatinamente, con pequeños cambios, para construir - y consolidar - poco a poco unos hábitos alimenticios saludables y un estilo de vida activo. Si aplicas los siguientes pasos, ayudarás a tus hijos a perder peso y, lo que es también muy importante, a acostumbrarse a y disfrutar de una vida sana.
Eliminar calorías.
Hay que recordar que en general, medio kilo de peso corporal equivale a unos 3500 calorías. Esto quiere decir, que si su hijo toma 300 calorías (cuatro galletas, una ración de patatas fritas, una hamburguesa pequeña, seis nuggets de pollo...) extra al día, en tres semanas habrá ganado un kilo. No se debe poner un niño a régimen sin la ayuda de su pediatra. Pero sí se puede reducir su consumo de calorías, y más todavía en el caso de los niños mayores y adolescentes.
Beber menos calorías
La mayoría de los niños beben demasiadas calorías. Cuando se tiene sed, lo mejor es beber agua. Pero hoy en día tendemos a abusar de los zumos de frutas, yogures líquidos, batidos, zumos con leche, botes de refrescos..... Todos estas clases de bebidas suelen tener mucho azúcar y por lo tanto engordan mucho. Elimina las bebidas con un alto contenido de azúcar y calorías a favor de leche desnatada, agua y refrescos light (sin abusar).
Comer menos comida basura
A pesar de que sitios de comida rápida tipo McDonalds y Burger King han empezado a ofrecer alternativas supuestamente más sanas (ensaladas varias, pescado....), lo cierto es que estos sitios deben su éxito a la oferta de comida rápida con sabor estándar (conseguido, por cierto, a través de laboratorios y no de materia prima de calidad). Si llevamos a nuestros hijos a este tipo de restaurante, lo normal es que elijan un happy meal, o - si son mayores - una hamburguesa con patatas fritas, llenos de calorías y muy poco nutritivos. No hace falta que renunciemos de todo este tipo de comida, pero es mucho mejor para todos si empezamos a ofrecérselo en casa. Las hamburguesas con tenera picada sin grasa y pan integral, las pizzas caseras con quesos bajo en grasas, las patatas asadas rellenas de ingredientes nutritivos..... además de tener mejor sabor, sin duda suponen una alternativa mucho mas saludable.
Una lista de compra más sabia
Aunque no podamos tener control sobre lo que coman nuestros hijos fuera de casa, todavía estamos a tiempo para enseñarles buenos hábitos puesto que pasan más horas en el hogar que en cualquier otro sitio. Hay que replantear su lista de compra, apostando por alimentos sabrosos y sanos y rechazando los alimentos "fáciles" como galletas, dulces, patatas fritas,bollos, petit suisse, frutos secos.... Si no hay alimentos que engordan en la despensa, nadie en nuestra familia podrá comerlos habitualmente. Piensa en alternativas, prepara meriendas a base de bocadillos con poco pan y mucho jamón York y lechuga, yogures desnatados, cereales bajo en azúcar, fruta, quesos bajo en grasa.....
Aspirar a una vida más activa
Fuera gameboy, playstation, televisión.... La mayoría de los pasatiempos modernos no exigen ningun esfuerzo físico de nuestros hijos, y eso contribuye a la obesidad infantil. Hace años el sitio de ocio y juego era la calle. Partidos improvisados y callejeros de fútbol, baloncesto, carreras, polis y cacos, la comba, patines..... Busca un deporte para tus hijos, apúntelos a un equipo de fútbol o baloncesto. Aprovecha la fama de deportistas como Rafa Nadal, para apuntarles a tenis. Si no hay posibilidad de apuntarles en un equipo, comprales una bici, un monopatín. O simplemente ir a pasear media hora diariamente con ellos. O aprovecha para ponerte en forma y proponle que hagáis footing juntos. Cuanto más obeso sea el niño, más intentará evitar el esfuerzo físico porque le cuesta cada vez más moverse y también le da vergüenza su obesidad. Organiza vuestro tiempo libre para que esté obligado a realizar algún tipo de ejercicio, aunque solo sea pasear contigo, sacar al perro, ir a comprar.... una vez al día.
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