Ayúdame, Señor, a obtener el fruto espiritual
que Tú pretendes con esta enfermedad que me has enviado.
Haz que comprenda que las enfermedades del cuerpo me ayudan a
conseguir un conocimiento más perfecto del mismo, a desprenderme de
todo lo creado y me invitan mediante la espontánea reflexión que trae
consigo, sobre la brevedad de la vida, a trabajar con más empeño y
seriedad en preparar mi alma para la vida futura donde no existe ni
enfermedad ni pena, sino el eterno gozo de tu compañía.
conseguir un conocimiento más perfecto del mismo, a desprenderme de
todo lo creado y me invitan mediante la espontánea reflexión que trae
consigo, sobre la brevedad de la vida, a trabajar con más empeño y
seriedad en preparar mi alma para la vida futura donde no existe ni
enfermedad ni pena, sino el eterno gozo de tu compañía.
Amen
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