"Señor, aquel a quien tú quieres, está enfermo". (Juan 11,3)
Dios te da, como bautizado e hijo suyo, la autoridad para orar por los enfermos. En la medida de lo posible, une tu oración al gesto afectuoso de la imposición de tus manos.
A) Te pido por la gloria del Padre del cielo, que sanes a los enfermos de mi familia y mis amigos.
Haz
que crezcan en la fe, en la esperanza y que reciban la salud para
gloria de tu Nombre. Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en
los corazones a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pido Jesús porque tú eres el Señor. Tú eres el buen Pastor y soy, como todos, de tu rebaño.
Estoy
convencido de tu amor que aun antes de conocer el resultado de mi
oración, con fe te digo gracias Jesús, por lo que tú vas a hacer en mí y
en cada uno de ellos. Gracias por las enfermedades que tú estás sanando
ahora. Gracias por tu misericordia.
B)
Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos
quisiste asumir nuestra condición humana, mira con piedad a (se dice
el nombre.....) que está enfermo (a) y necesita ser sanado(a) en el
cuerpo y en el espíritu.
Reconfórtalo(a) con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar todos sus males.
Y
ya que has querido asociarlo(a) a tu pasión redentora, haz que confíe
en la eficacia de su dolor, para la salvación del mundo. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén
P. Gustavo E, Jamut
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