En la famosa película "Historia de Amor" hay una frase que dice: "Amar significa nunca tener que pedir perdón". Muchas personas rechazan esta frase. Hay una cosa cierta, que para entender el amor cristiano siempre tenemos que decir: "yo te perdono". Lo más fundamental de cualquier oración, es lo que Jesús nos enseñó a decir: "Padre Nuestro... perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". (Mt. 6, 12).
Ser cristiano es ser persona de oración. El Señor nos habló con gran claridad cuando dijo: "Y cuando se pongan de pie pare orar, si tienen algo contra su hermano, perdónenlo, para que el Padre de ustedes que está en los cielos, les perdone también sus faltas" (Mc. 11, 25).
La idea parece ser que si no perdonas, serás incapaz de recibir perdón por estar resistiendo a la Luz. Jesús es la Luz del Mundo. No perdonar es permanecer en la oscuridad y sin amor con lo que se impide obtener el perdón del Señor.
En el ministerio de oración, cuando la gente pedía que acompañáramos sus oraciones para sanar sus heridas y dolores, comprobamos que la oración no aliviaba sus dolencias hasta que ellos perdonaran a sus enemigos. Hemos experimentado esta barrera en tantas oportunidades que siempre pedimos a las personas que, antes de acompañarlas en la "oración de sanación", recen la "Oración del Perdón".
Hemos visto casos en que el dolor físico no desaparecía después de la oración, pero al pedirles que perdonasen a quienes guardaban resentimiento, el dolor desaparecía inmediatamente, a medida que la persona pronunciaba el perdón.
la experiencia de una mujer que no quería perdonar a la amante de su esposo. La esposa sufría de artritis que la había paralizado y el dolor era tan grande que la mantenía postrada en su cama sin poder levantarse. La religiosa que estaba orando con ella le ayudó a comprender la necesidad de perdonar. La esposa oró expresando su perdón por la otra mujer. El dolor la dejó inmediatamente y fue capaz de levantarse de la cama y se puso a servir refrescos a la religiosa y a otra persona que estaba presente. Esta religiosa teniendo estudios avanzados de consejera y entrenamiento pastoral, afirmó que este fue un caso extraordinario. Sin embargo, hemos visto la proyección del perdón, y cómo produce inmediata recuperación en la persona.
Muchos cristianos pueden perdonar fácilmente a otros, pero no a sí mismos. Tal vez este sea uno de los aspectos más difíciles para los cristianos. Aunque comprenden que el Señor Jesús les ha perdonado, no son capaces de perdonarse a sí mismos por sus pecados y ofensas. La experiencia muestra que esto puede ser un obstáculo grande para recibir el amor sanador de Jesús.
Otro de los obstáculos en la oración de sanación por heridas y dolores es el resentimiento subconsciente hacia Dios. Esto es muy común y no debemos sentirnos culpables. Objetivamente, todos sabemos que Dios es perfecto y que no puede equivocarse. Sin embargo, subjetivamente vemos que algunas cosas como la muerte de un ser querido, una oración no escuchada y otros problemas, como heridas y dolencias nos aparecen como impuestas por Dios. Intelectualmente sabemos que estamos equivocados, pero las emociones de resentimientos y faltas de perdón permanecen y actúan como obstáculos para la sanación, hasta que expresamos el perdón por todo aquello que vemos como resentimiento hacia Dios.
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