Sunday, October 23, 2011

¿Es Necesaria la Unción de los Enfermos?

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 En el sufrimiento está contenida la grandeza de un misterio específico.

El hombre difícilmente puede huir de la enfermedad, del dolor, del mal. Sin embargo, ha tenido dificultad en asumir y asimilar la enfermedad como parte de la existencia humana. Y es que la enfermedad, además de ser una alteración de las estructuras y funciones orgánicas, es también una situación antropológica especial que limita y condiciona el comportamiento humano; en ella, el hombre adquiere una experiencia especial de sí mismo, siente una cierta alienación del propio cuerpo que "le duele", no le obedece y le hace presentir, al menos inconscientemente, la posibilidad de la muerte. También adquiere una experiencia especial de sus relaciones con el mundo, se siente alineado del propio ambiente, separado de las relaciones normales con los demás, más necesitados de ellos, sin poder corresponder a sus atenciones ni renunciar a ellas, así, el enfermo constata que se halla "a merced" de los demás. Finalmente, el enfermo realiza la experiencia límite: experimentar su propia relatividad y contingencia. Por ello la UNCIÓN DE LOS ENFERMOS es un sacramento que la Iglesia celebra en situación de enfermedad, con el fin de significar la oferta y la presencia de Dios en el momento del dolor, y para mostrar la solidaridad de la Iglesia con el mismo enfermo, en un momento en que realmente se necesita. Además de pedir, que de acuerdo a la voluntad de Dios el enfermo se restablezca y recobre plenamente la salud. "Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" CIC 1499

Jesús sabia de la tragedia "tragedia humana", de este "choque existencial" que el hombre experimenta en la enfermedad; y por eso no pudo dejar de ofrecernos un ejemplo y una respuesta, al asumir él mismo todo lo que supone la enfermedad y el dolor de los enfermos con los que se encontraba y además, en su propia carne. También conocía Jesús la tentación de los hombres, de ayer y hoy, de olvidar y marginar al enfermo, de considerarle un estorbo, alguien improductivo e inútil, por lo que las páginas del Evangelio nos muestran la solicitud que él siempre tuvo para con los enfermos. Hoy, al recuperarse el verdadero sujeto de la Unción, que son los enfermos y no los moribundos, es necesario que situemos tal acción sacramental en la línea de la misma situación de Jesús con los enfermos, y del ejercicio de la misión que la Iglesia ha recibido de Cristo al respecto. "Esta unción santa de los enfermos fue instituida por Cristo nuestro Señor como un sacramento del Nuevo Testamento, verdadero y propiamente dicho, insinuado por Marcos (cf. Mc 6,13), y recomendado a los fieles y promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor (cf. St 5, 14-15; DS 1695.)." CIC 1511

Ya desde el Antiguo Testamento, el Pueblo de Israel creía en un Dios que busca la vida. Esta idea la vemos expresada ya desde el Génesis, en donde el autor nos dice que el Dios en el que creemos es un Dios bueno, y que todas las cosas han sido creadas buenas por El (Gn l-2). Sin embargo, al experimentar el dolor, la injusticia...la muerte, se pregunta: Si Dios es bueno y quiere la vida, ¿por qué la enfermedad y la muerte?; si Dios está con los justos y los ama, ¿por qué son estos los que muchas veces padecen, mientras los injustos disfrutan de la vida? La reflexión del pueblo y su fe lo llevaron a darse cuenta que el mal, la enfermedad y la muerte no pueden ser atribuidos a Dios. Tienen su origen en la historia humana y son consecuencias del pecado, de manera particular del pecado original (Gn 3), sin excluir definitivamente que éstos son producto de los pecados personales del hombre (Is l6,l4; 2Re 20,l-20; Dn 4,28-30). ¿Es entonces el pecado un castigo? Si la enfermedad es castigo del pecado, ¿por qué padecen los justos? "Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Ex 15, 26)" CIC 1502

La Sagrada Escritura nos ilustra en el libro de Job el drama de la enfermedad. Job, en un primer momento ve el sufrimiento como algo trágico, misterioso, le parece como si Dios jugara con el hombre. Después se da cuenta de que es una prueba que Yahveh le pone para provocar una purificación de su fe (Job l-2). Finalmente, ante la presencia del sufrimiento, Job comprende que el sufrimiento es un misterio y que ante él no nos queda más que el abandono y la confianza. Por otro lado en el libro de Isaías nos presenta al Siervo de Yahveh como la figura del A.T. que mejor explica el sufrimiento, la enfermedad y el dolor (Is 53), y su relación con la redención. El sufrimiento no es un absurdo, tiene sentido porque sufre cargando los pecados de los demás convirtiéndose ante el dolor en oblación y servicio; porque tiene como motivo principal el amor; y porque confía en que no acabará en la muerte, sino con la victoria y el triunfo en la resurrección. La enfermedad será vencida y Dios hará justicia (Is 26,l9; 35,4-6; Jer 33,6), y el justo vivirá aún después de la muerte. "De aquí deriva también esta reflexión, precisamente en el Año de la Redención: la reflexión sobre el sufrimiento. El sufrimiento humano suscita COMPASION, suscita también RESPETO, y a su manera ATEMORIZA. En efecto, en él está contenida la grandeza de un misterio específico." (Doloris Salvifici) DSal 4

En el Nuevo Testamento nos encontramos no solo con la enseñanza de Jesús respecto a la enfermedad y al dolor, sino con su actitud ante estos. Podemos ver como Jesús no quiere aparecer como curandero, ni mago y mucho menos hacer gala de su compasión con los necesitados para recibir aplausos. Los milagros de Jesús, más en concreto sus curaciones son signos mesiánicos, por los cuales muestra que los últimos tiempos han llegado y que el Reino de Dios está presente, y al mismo tiempo son signos eficaces que manifiestan que ésta realidad está sucediendo al hacer realidad lo que se anuncia; son además signos que fundamentan la esperanza, de que el mal está vencido, por la victoria sobre el pecado que ya ha comenzado a realizarse; y finalmente manifiestan la actitud de Cristo ante los enfermos, actitud de lucha y liberación, de cercanía y de consuelo. Jesús estará siempre cerca de ellos para servirles y ayudarles, los paralíticos, los leprosos.... encuentran acogida en Cristo. Todos los enfermos encontraron en Cristo consuelo y respuesta a su sufrimiento. "En su actividad mesiánica en medio de Israel, Cristo se acercó incesantemente AL MUNDO DEL SUFRIMIENTO HUMANO. "Pasó haciendo bien" (Hech.10, 38), y este obrar suyo se dirigía, ante todo, a los enfermos y a quienes esperaban ayuda. Curaba los enfermos, consolaba a los afligidos, alimentaba a los hambrientos, liberaba a los hombres de la sordera, de la ceguera, de la lepra, del demonio y de diversas disminuciones físicas; tres veces devolvió la vida a los muertos. Era sensible a todo sufrimiento humano, tanto al del cuerpo como al del alma." DSal 16

Por la forma como se aplicó este sacramento a lo largo de muchos años, éste se asoció con la muerte, tanto así que hasta antes del Concilio Vaticano II formaba parte de los "Ritos Finales" y se le conocía como "Extrema Unción", la cual era aplicada al enfermo cuando se presumía que la muerte era inminente. Esto causaba un rechazo natural a participar del sacramento pues el enfermo lo identificaba con la inminencia de la muerte. Además hacia que su administración fuera muy complicada, sobre todo para el presbítero quien era llamado a altas horas de la noche para que se le administrara el sacramente al "moribundo". Hoy el Concilio, la Renovación Litúrgica y Pastoral le han devuelto el sentido pretendido por Jesús, que está expresado en la Carta de Santiago (St 5,l4-l5): "¿Está alguno enfermo? Llame a los presbíteros de la Iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración hecha con fe le devolverá la salud al enfermo y el Señor lo levantará y si ha cometido pecados se le perdonarán". De manera que la unción es para LOS ENFERMOS y NO solo para los moribundos. "El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos." CIC 1421

Si bien es cierto que el sacramento de la Unción de los enfermos no es para los moribundos únicamente, debemos recordar que la Iglesia ha entendido su uso para los enfermos que tienen una enfermedad GRAVE (con ello se excluyen las enfermedades que padecemos comúnmente como son las gripas, el dolor de cabeza, etc.). Sin embargo, no debemos esperar a que la enfermedad avance y llegue a un estado crítico para solicitar el sacramento. Desde las primeras etapas, un enfermo con un padecimiento grave, es sujeto de la Unción. Por otro lado, la Iglesia ha considerado que las personas ancianas, aun estando con salud, son sujetos de la Unción una vez al año, como ayuda a su vejez, que muchas veces viene acompañada de dolor y sufrimiento. Lo mismo podemos decir de las mujeres que están prontas a dar a luz, ya que el proceso del parto siempre es doloroso y puede en ocasiones ser difícil. El Sacramento de la Unción de los enfermos es un sacramento que da fuerza al enfermo (o al anciano) y en la medida en que es voluntad de Dios, puede restablecerlo totalmente. "La Unción de los enfermos "no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez" CIC 1514 "Es apropiado recibir la Unción de los enfermos antes de una operación importante" CIC 1515 "El sacramento de la Unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o de vejez." CIC 1527

Recordando lo que dice el apóstol Santiago sobre este sacramento, la oración, debe ser hecha con fe, tanto por aquel que ora como por aquel sobre quien se ora. Como todos los sacramentos, después de la reforma Litúrgica, el sacramento de la Unción es un sacramento que ha de tener carácter comunitario y participativo. De manera ordinaria, salvo que las circunstancias lo impidan, la familia debe participar de este momento y todos orar con fe, pidiendo al Señor la fortaleza, no solo para el enfermo, sino incluso por aquellos que lo atienden y que sufren por su estado de salud. Por otra lado es importante que se respete la libertad del enfermo y que no se aproveche este momento para "forzarlo" a recibir el sacramento. Recordemos que este sacramento por muchos años ha estado ligado a la muerte y esto causa un rechazo del enfermo. Se debe por ello, preparar al enfermo para que comprenda el sentido del sacramento. Además es un momento oportuno para invitarlo a una conversión más profunda, y en muchos casos, para la Reconciliación sacramental que lo reintegre a la vida de la gracia. La preparación al sacramento es una gran oportunidad para la evangelización desde la misericordia de Dios, que envió a su Hijo a salvarnos y a darle sentido al sufrimiento humano. "Como en todos los sacramentos, la Unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica y comunitaria, que tiene lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor. Si las circunstancias lo permiten, la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del sacramento de la Eucaristía." CIC 1517

Terminamos nuestra catequesis sobre este sacramento recordando que de acuerdo al Texto Sagrado que lo sostiene, el ministro de éste es el sacerdote y el Obispo, quienes lo administran en una pequeña celebración litúrgica, en la cual están invitados a participar todos los familiares y a unirse a su oración para pedir la salud y la fortaleza para el enfermo y para todos los que lo atienden. En esta celebración, después de la lectura de la Palabra de Dios, el Sacerdote impone las manos sobre el enfermo y lo unge con el aceite propio del sacramento (el cual ha sido consagrado por el obispo) y ora por él en comunión con todos los presentes. El sacramento termina con la oración del Padrenuestro y la bendición a todos los presentes. Es muy recomendable que de ser posible el enfermo participe primero del sacramento de la Reconciliación y que se concluya con la Sagrada Comunión. "El sacramento de la Unción de los enfermos se administra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva debidamente bendecido o, según las circunstancias, con otro aceite de plantas, y pronunciando una sola vez estas palabras: "Per istam sanctam unctionem et suam piissimam misericordiam adiuvet te Dominus gratia Spiritus Sancti ut a peccatis liberatum te salvet atque propitius allevet" ("Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad")." CIC 1513.


Comentarios al autor

El P. Ernesto María Caro Osorio fue ordenado sacerdote en el Seminario de Monterrey el 15 de agosto 1991. Licenciado en Espiritualidad por la Universidad Gregoriana de Roma y Doctorado en Mariología por la Universidad Marianum de Roma, es director de la página Evangelización Activa, que busca llevar la palabra de Dios a todos los rincones del mundo mediante el uso de los medios electrónicos, especialmente el correo electrónico.

¿Cómo Salir del Pozo de la Desesperación?

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Es probable que te encuentres en una situación desesperante con tu esposo u esposa, puede ser que sea con tus hijos o cualquier otra relación, como puede ser un problema financiero o laboral.

Otros pueden estar desesperados porque necesitan tomar una decisión y no hallan que hacer, están cansados de luchar, de intentar, lo han hecho todo, oraciones, ofrendas, diezmos, van a la iglesia, sirven a Dios pero nada que salen del pozo y sienten que cada día como que se hunden mas. La verdad que estar en el pozo no es bueno, allí solo se respira angustia, miedo y muerte.

Salir del pozo requiere paciencia y espera en Dios, recuerde las palabras del Salmista:

“Pacientemente esperé a Yavé, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Yavé” (Salmo 40:1-3).

Salir del pozo requiere que te conviertas en protagonista y dejes de ser víctima.

Tú has sido llamado a ser el protagonista de tu vida, el protagonista espera en Dios pacientemente antes de actuar, el protagonista ve la vida con optimismo y se convierte en el gerente de su vida.

Hay un cuento de la tradición judía que nos ilustra si somos ¿Protagonistas o Víctimas?

“Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal rebuznó por horas mientras el campesino trataba de buscar la forma de ayudarle pero finalmente decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo necesitaba ser tapado con urgencia, así que echando tierra podría solucionar los dos problemas a la vez.
 Con ese fin pidió ayuda a sus vecinos.

Cada uno tomó una pala y empezaron a echar tierra al interior del pozo. El burro al notar lo que se le venía encima empezó a rebuznar con más fuerza pero después de un rato se aquietó. La gente no lo veía y pensaba que habría quedado enterrado pero lo que realmente sucedía era que el burro estaba ocupándose de sacudirse la tierra que le arrojaban con cada palada.

Al poco tiempo, para sorpresa de todos, empezaron a verse las orejas del asno que, apoyándose en la tierra que se sacudía y caía al suelo, estaba logrando elevarse. Cuando llegó a la altura de la boca del pozo, dando un salto, salió corriendo alegremente dejando boquiabiertos a sus supuestos enterradores.”

¿Qué podemos aprender de este cuento?

Hay algunas cosas que podemos aprender, en algunos momentos de nuestra vida, podemos tener la sensación de que hemos caído en un pozo muy profundo. Todas nuestras expectativas por el suelo, los momentos que vivimos son de mucha tensión, no vemos la luz del sol brillar, todo parece oscuridad y en vez de recibir ayuda lo que recibo de la gente que me rodea es juicio, critica, rechazo y oposición, todos quieren enterrarme vivo o viva.

Podemos aprender de este burro, que a pesar de todos los problemas que se le venían encima al rato se aquieto y comenzó a elegir lo que le convenía hacer. No se dejó llevar por pensamientos negativos, tampoco se enganchó en las criticas o juicios que le hicieron, no quedo pensando en el pasado, en todo lo bueno que había hecho y que ahora con eso le pagaban, no se quedo quieto preso de la tristeza y el dolor, el desengaño que se había llevado de su amo, el no adopto la posición de pobrecito yo, el dejo de ser victima de las circunstancias y asumió responsabilidad por sus miedos, controló sus emociones y no esperó a que los demás lo hicieran feliz.

El burro se convirtió en protagonista, cada vez que le echaban tierra se sacudía fuertemente hasta que pudo salir del pozo. El transformó el problema en una bendición. Podemos salir del pozo de la desesperación o del lodo cenagoso si nos convertimos en gerentes de nuestra vida. Todos deseamos correr alegremente por la vida, sin estrés, sin angustia, sin presiones, llenos de paz y gozo.

Quiero dejar contigo dos cosas que te van a ayudar a vivir la vida:

1. Entrega a Dios tus expectativas de que otras personas, lugares y cosas te proporcionen felicidad y plenitud duraderas. Solo Dios puede darte vida, gozo y paz. La Biblia enseña que El que pide recibe. Es inmaduro pensar que alguien o alguna cosa terrenal pueda brindarnos plenitud y felicidad duradera. Dios es la fuente de la vida; las personas y las cosas son adicionales. Tu eliges como quieres vivir.

2. Ten en cuenta que todo lo negativo que nos sucede puede ser transformado en algo positivo. Como al burro de nuestro cuento, la vida nos tira a veces, todo tipo de tierra. Si lo interpretas como un problema y te bloqueas sintiéndote víctima de la situación, esa tierra puede acabar aplastándote, pero si lo contemplas como un desafío, te ubicarás en la perspectiva de protagonista, encontrarás la forma de sacudirte esa tierra y la usarás para dar un paso hacia arriba. Así, cualquier situación se transformará en una oportunidad para lograr un nivel más elevado de conciencia.

Te invito a descubrir el poder interior que hay en ti, tú puedes tener relaciones satisfactorias en la vida, solo enfócate a donde quieres llegar y no en tus miedos, espera en Dios y El pondrá en tus labios un cántico nuevo.

Nuestra Señora de Guadalupe: La Historia

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La explicación sobre Nuestra Señora, las apariciones y el papel de la virgen en la conversión de los mexicanos.

Mesoamérica, el Nuevo Mundo, 1521: la capital del Imperio Azteca cae ante las fuerzas del español Cortés. Menos de 20 años mas tarde 9 millones de los habitantes, que profesaron por siglos una religión politeísta que incluía sacrificios humanos, habían sido convertidos al Cristianismo. Qué ocurrió en esos tiempos que produjo conversión tan increíble?

En 1531 una Señora del Cielo se apareció a un pobre indio en un cerro al noroeste de la actual ciudad de México; se identificó como la Madre del verdadero Dios, le encargó que hiciera que el obispo construya un templo en ese lugar y dejó una imagen de sí misma impresa milagrosamente en su tilma, un tejido de cactus de poca calidad que se debió haber deteriorado en 20 años pero que no muestra señales de corrupción 469 años después y aún desafía toda explicación científica sobre su origen.

¡Inclusive parece aún reflejar en sus ojos lo que tenía frente a ella en 1531!

Su mensaje universal de compasión y amor, y su promesa de ayuda y protección para toda la humanidad, se encuentra relatado en el "Nican Mopohua", documento escrito en el siglo 16 en el lenguaje nativo, Nahuatl.

Hay razones para creer que en el cerro Tepeyac María vino en su cuerpo glorificado, siendo sus manos físicas las que acomodaron las rosas en la tilma de Juan Diego, lo que hace a esta aparición muy especial.

Una increíble lista de milagros, curas e intervenciones se le atribuyen. Es estimado que cada año mas de 10 millones visitan su Basílica, haciendo de su casa en la ciudad de México el Santuario Mariano mas popular en el mundo, al igual que la iglesia católica mas visitada después del Vaticano.

En total 24 Papas han honrado en alguna forma oficial a Nuestra Señora de Guadalupe. Su Santidad Juan Pablo II visitó su Basílica en tres oportunidades: en su primer viaje al extranjero como Papa en 1979 y otra vez en 1990 y en 1999.

La Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe es celebrada el 12 de Diciembre. En 1999, su santidad Juan Pablo II, en su homilía durante la Misa Solemne en la Basílica de Guadalupe durante su tercer visita al santuario, declaró la fecha del 12 de Diciembre con el rango litúrgico de Fiesta para todo el continente de las Américas.

Durante la misma visita el Papa Juan Pablo II confió la causa de la vida a su protección, y encomendó a su cuidado maternal las vidas inocentes de los niños, especialmente aquellos que se encuentran en peligro de no nacer.

Jesús es el Mesías

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Pbro. Dr. Enrique Cases

Para entender a Jesús no hay que confundir su misión salvadora con cualquier tarea política o meramente humana.

JESUCRISTO MANIFIESTA SU FUNCIÓN MESIANICA

La figura del Mesías aparece en la Revelación del Antiguo Testamento como consecuencia de la necesidad de salvación que tiene Israel y la humanidad en general. El ángel le dice a San José: -y le pondrás por nombre Jesús: porque El salvará a su pueblo de sus pecados- (Mt. 1, 20-21) La palabra Jesús significa en hebreo salvador, o Dios salva. El Mesías, por tanto, es el que salva de los pecados.

Las ideas que tenían los judíos contemporáneos de Jesús acerca del Mesías y del Reino mesiánico eran variadas. En un extremo estaban los que lo concebían como un gran caudillo político-militar, que vencería a todas las naciones del mundo. En el otro, los pocos israelitas justos y piadosos como Simón, Zacarías, el Bautista... para los cuales el Mesías sería la luz de las gentes, el -cordero de Dios, que quita los pecados del mundo»; y, en consecuencia, el reino mesiánico traería sobre todo, el perdón de los pecados.

Mesías es una palabra hebrea que significa «ungido» La unción consistía en derramar aceite sobre la cabeza de uno, que quedaba, por esta acción religiosa, marcado para una misión divina de sacerdote o de rey. La misión consistía en salvar al pueblo de las dificultades. En griego, Mesías se traduce por jristós, de donde viene la palabra castellana cristo. Posteriormente se llamará también ungidos a los profetas, porque también son salvadores del pueblo.

EL MESÍAS DE ISRAEL
Hijo de David. Emmanuel

A partir de un determinado momento, la salvación se considera depositada en la familia de David y, en concreto, en un descendiente, que será el definitivo Mesías. Al Mesías se le llama Hijo de David. El cumplirá las promesas de salvación que Dios hizo a su pueblo.

Entre las muchas profecías mesiánicas, tiene especial importancia la del Emmanuel, palabra que significa: Dios-con-nosotros. Dice el profeta Isaías: «Por eso, el Señor mismo os dará una señal: he aquí que una virgen está encinta y os dará un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel» (7, 14)

En el Mesías reposará el espíritu divino y se caracteriza porque: 1) dominará a los enemigos; 2) obrará en favor de los humildes y, 3) le buscarán también los gentiles, es decir, no será salvador sólo del pueblo de Israel, sino de todos los hombres.

El profeta Miqueas precisa que será rey y nacerá en Belén. Zacarías lo muestra como rey justo, que trae la paz y la victoria, aunque será un salvador humilde que vendrá montado sobre un asno.

El siervo de Yavé

Al lado de las notas antes expuestas sobre el futuro Mesías, llaman la atención los textos que lo presentan como un siervo humillado y maltratado. Su aparente derrota parece oponerse a la idea del Mesías-rey vencedor, pero no es así, pues estas profecías completan y purifican las anteriores, dando otro aspecto de su actividad.

El siervo de Yavé, según Isaías, será humilde, sencillo, fiel a la verdad, firme, con una misión de enseñar, y salvar, que no será un fracaso, sino un sacrificio expiatorio por los pecados: «recayó el castigo sobre él y por sus llagas nos dio la salud» (53, S) Según Isaías, el siervo de Yavé se entrega libremente, y por amor, a la muerte. Por eso su sacrificio tiene una gran eficacia redentora, es decir, como medio para pagar la deuda que los hombres tienen con Dios, por los pecados.

Zacarías, por su parte, anuncia que será «traspasado» Varios salmos anuncian también estos sufrimientos, como el 22, citado por el mismo Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

El Hijo del hombre

El profeta Daniel describe al Mesías desde otra perspectiva. Lo presenta como viniendo de lo alto, sobre las nubes del cielo. «A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas te sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás» (7, 13-14) Le presenta luego como vencedor de cuatro bestias, que simbolizan poderes diversos, enemigos de Dios. Le da el título de Hijo del Hombre. Este título de Hijo del hombre será. el que más frecuentemente usará Jesucristo.

Por tanto, en el Antiguo Testamento, la idea central sobre el Mesías es que será una manifestación definitiva de Yavé para salvar a todos los hombres. Para ello instaurará el reino de Dios, haciendo una nueva alianza entre Yavé y su pueblo. En él cabrán todas las gentes, que participarán de la salvación concedida a Israel. El Mesías reinará por los siglos.

JESUCRISTO ES EL MESÍAS

«Hemos hallado al Mesías, que quiere decir el Cristo» (Jn. 1, 41) Así lo dice Andrés a su hermano Simón. Es una de las afirmaciones iniciales del Evangelio. El mismo Jesús lo dice a la samaritana cuando ella comenta: «Yo sé que está para venir y que cuando venga, nos hará saber todas las cosas. Dícele Jesús: Soy yo, el que contigo había» (Jn. 4, 25)

Jesús es el descendiente de David

Nuestro Señor descendía de la familia de David, como consta en las genealogías que contienen los evangelios. Así le llaman los ciegos que curó en Jericó, la mujer siriofenicia que pide la curación de su hija y las muchedumbres que le aclaman como tal cuando entra triunfalmente en Jerusalén: «Hosanna al hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor» (Mt. 21. g) Los evangelistas recogen las profecías que se cumplen en Jesús: nacimiento en Belén, se sentará en el trono de David...

Jesús es el Hijo del hombre

Con este título mesiánico se denomina a sí mismo Jesús 81 veces en los evangelios. Con esta expresión indica su procedencia divina: «Nadie ha subido al cielo, sino aquél que ha bajado del cielo, el Hijo del Hombre» (Jn. 3, 13) Cuando Caifás pregunta a Jesús: «¿Eres tú el Mesías?... Jesús le respondió: Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo» (Mc. 14, 61) Cuando anuncia su segunda venida, al final de los tiempos, dice: «Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria» (Mt. 25, 31) Como se trata del juicio final, aparecen las características divinas de Juez y Señor que posee Jesucristo como verdadero Mesías.

Jesús, Mesías que sufre

Los Apóstoles y la Iglesia primitiva han identificado a Jesús como el Siervo de Yavé de las profecías. Un texto claro es el de la institución de la Eucaristía: «Esta es mi sangre de la Alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados» (Mt. 26, 28) San Juan presenta a Jesús como el Cordero que quita los pecados del mundo (cfr. 1, 19) Pero lo más elocuente es el cumplimiento, en la Pasión y Muerte de Cruz, de lo que habían anunciado, incluso con detalles, Isaías y los salmos.

JESUCRISTO ASUME SU FUNCIÓN MESIANICA

En tiempos de Jesús había una tensa y generalizada espera del Mesías. Aunque se resaltan las cualidades espirituales que tendrá el Mesías, se pone el acento en lo que representará de liberador de la opresión de los enemigos. No cabía en sus mentes la idea de un Mesías que sufriera y fuera humillado. Los mismos Apóstoles y discípulos de Jesús participaban de esta idea.

Jesús supera el mesianismo político

Jesús convoca al nuevo pueblo de Dios, su Iglesia, llamando primeramente a doce israelitas, que iban a ser las columnas del nuevo edificio espiritual o las cabezas de la nueva estirpe, en recuerdo, y a la vez en contraste con los doce patriarcas antiguos.

Los Apóstoles que eligió Jesús pertenecían a diversos grupos de los que existían entonces. El seguir a Jesús les fue llevando a superar sus antiguos horizontes meramente humanos. Jesús, con paciencia, les fue mostrando las nuevas perspectivas más profundas y, sobre todo, religiosas. El Espíritu Santo, que recibieron en Pentecostés, les dará la visión definitiva de su misión.

Carácter divino del Mesías

Jesucristo es hombre, pero también es Dios. Su naturaleza humana está unida a la segunda Persona de la Trinidad. Por eso, está por encima de todos los grupos religiosos judíos.

Para entender a Jesús, para creer en él, era necesario a todo israelita de su tiempo remontarse por encima de cualquier posición nacionalista, de carácter político. Podemos decir que esto sigue teniendo valor y que en cualquier época de la historia, para entender a Jesús hay que no confundir su misión con cualquier tarea política o meramente humana.

Testimonio de Sanación:

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Nombre: Sra. Nena Bencosme

Lugar: Comunidad de Oración Nuestra Señora de la Altagracia

Tipo de Testimonio: Sanación Tumor Maligno, Tumor en el Seno

En el año 1998, la hermana Nena Bencosme siendo miembro servidora de la Comunidad de Oración para ese entonces denominada “Cristo Vive”. Un día se palpa en el seno izquierdo, lo que ella define un nudo (masa endurecida), lo comenta a sus familiares e inmediatamente acude a su médico de confianza, Dr. Bayoan De los Santos, el que a su vez la refiere al médico sonografista, le realizan una sonomamografía en el que observa una masa tumoral, llama al oncólogo para que lo mirara directamente en el aparato, le toma la muestra para una biopsia, el resultado fue: tumor maligno. Se decide operar, un gran momento de angustia para toda la familia, se comienza a orar, una pariente de mucha fe la visitó en su casa y sintió en su interior que iba a ser sanada por intercesión de la Virgen María; luego el equipo de servidores ora por ella con imposición de mano y se le comunica palabra de conocimiento en el Espíritu Santo que aunque la iban a operar, el Señor obraba en sanación en ella.

Fue internada y cuando estaba en la sala de operaciones, antes de ser anestesiada rezaba el Santo Rosario y sintió una fuerte presencia de la Virgen María. Después de abrir el seno, los médicos tomaron la masa tumoral y lo analizaron a ver si extirpaban el seno en su totalidad. Sorpresa para ellos había desaparecido la malignidad, tuvieron un tiempo turbador por el resultado que observaron, la obra sanadora a través de la Virgen María estaba dada para la honra y gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Al momento de contar el testimonio, lágrimas intensas brotaron de nuestros ojos, la presencia de María estaba acompañándonos. Reza cada día de tu vida el Santo Rosario, hazte amigo (a) de ella y te llevará a los pies de su hijo Jesús.

Alimentos con Acido Urico

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La acumulación de ácido úrico en el cuerpo puede ser un gran problema. Existen una serie de alimentos que pueden hacer que por su alto contenido en purina y ácido úrico, puede provocar que nuestro cuerpo se sature y empiecen los problemas.

Cuando los niveles de ácido úrico son muy elevados en el organismo, pueden aparecer ataques de gota o hiperuricemia.

Lo más aconsejables es conocer los alimentos con ácido úrico y purina para así poder excluirlos de nuestra dieta y por consiguiente mejorar acabar con esta dolorosa patología.

Alimentos que no debemos tomar:

*Vísceras de animales como el hígado, riñones, sesos, mollejas…
*Carnes: Todo tipo de carnes grasas como el cordero, costillas.
*Carne Roja: La carne de ternera y de buey es fundamental no tomarlas para bajar los niveles de ácido úrico.
*Embutidos: No debemos tomar ningún tipo de embutido graso, ya que estos alimentos disparan los niveles de purina y ácido úrico en el organismo.
*Pescados y mariscos: Cualquier tipo de marisco debe quedar excluido ya que tienen mucho ácido úrico.
*Mantequilla: Debemos evitar también este alimento para bajar los nivels de ácido úrico.
*Lácteos: La leche y demás productos lácteos.
*Dulces: Es imprescindible dejar a un lado todos los dulces, tartas, chuchería, bollería y azúcares refinados.
*Alcohol: Bajo ningún concepto se debe tomar alcohol.
*Frutos secos fritos: Los frutos secos fritos no son un alimento que contenga mucho ácido úrico pero no es aconsejable consumirlos durante los primeros días.

Alimentos permitidos:

Verduras y ensaladas: Todo tipo de verduras y ensaladas podemos consumirlas sin problema ya que no contienen purina ni ácido úrico.
Carnes: Solo las bajas en grasa como el jamón York, pavo etc.
Pescados: Solo pescado azul y en bajas cantidades
En cuanto a bebida, solo beberemos agua, nada de zumos azucarados, refrescos etc.

El exceso de ácido úrico en el organismo causa hiperuricemia y ataques de gota, muy dolorosos. Saber elegir bien los alimentos es lo más fundamental para acabar con el ácido úrico en el organismo.

Sunday, October 16, 2011

ORACIÓN DE SANACIÓN DEL RENCOR Y LA ENVIDIA

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Señor Jesús, Tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial, que cures aquellos que son causa de pecado.

Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de las heridas que han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, Tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu Corazón de Buen Pastor.

Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación.

Cura, Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas . Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.

Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia viviente entre nosotros. ¡Amén!