Wednesday, April 27, 2011

Testimonio: Joven Estudiante

Alejandro Gentili
País: Bolivia

Testimonio: Yo no tengo un testimonio de una cura de cáncer ni de una enfermedad incurable. Es mas creo que el testimonio más grande que el Señor me da todos los días es el de levantarme con vida, aunque últimamente me he estado olvidando de agradacerle por dicho milagro.
Siempre he esperado un milagro de esos que te sanan de una enfermedad, pero ahora me doy cuenta que el Señor trabaja con humildad y amor, y sabe lo que nos conviene. Nunca he conocido un amor tan grande como el de Jesucristo, se los aseguro que nunca se vera ese amor, que sigue fluyendo hacia nosotros por mas que nos alejamos de El. Es como cuando falta una oveja en el corral, el pastor sale a búsqueda de ella pero El nunca se da por vencido.
Una muestra de este amor se me demostró en este semestre que acabó hace unas 2 o 3 semanas atrás. Cristo me ayudo tanto en mis estudios que mi promedio de notas subió sorprendentemente, es algo hermoso, como El te ayuda a pesar de que por cosas vanas no se lo agradecía. Lo más lindo es que el Señor siempre estuvo ahí y yo no me daba cuenta, o Dios que amor el que me tienes!
Gracias.

Datos Curiosos ¿Por qué bostezamos?

http://www.sabercurioso.com/wp-content/bostezo.jpg
 
¿Por qué bostezamos?

El bostezo es un mecanismo natural de aviso: el organismo necesita reposo o un cambio de actividad. Se produce de modo involuntario, tanto en el hombre como en los animales, para indicar que hay necesidad de reponerse mediante el sueño.
El sistema nervioso recibe información del cansancio o el aburrimiento que está provocando una disminución de la atención, pérdida de concentración, laxitud muscular... Es entonces cuando entra en juego el sistema nervioso autónomo, responsable de que, de pronto, los ojos se cierren y la boca se abra al máximo, al tiempo que se inspira profundamente. Después se produce una pausa en el proceso respiratorio, conocida como apnea, a la que sigue una espiración del aire. Esta puede ir acompañada de un ruido característico que, en ocasiones, resulta incontrolable.

¿Acepta la Iglesia el noviazgo de un católico con una protestante?


Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.
Pregunta:

Soy un joven de 23 años, católico, cuya novia es protestante (no-denominacional). Me gustaría saber el punto de vista de la iglesia católica a cerca de los matrimonios entre católicos y protestantes.
 

Respuesta:

Estimado,

La Iglesia Católica no se opone al matrimonio (y por consecuencia, al noviazgo) entre católicos y cristianos no católicos. Sin embargo, advierte las dificultades que pueden provenir de esto para la fe de la parte católica y para la armonía conyugal en general, especialmente si la parte católica tiene una fe firme y quiere educar a sus hijos católicamente. Por este motivo, en el momento del matrimonio la Iglesia exige lo siguiente(se puede ver esto en el Código de Derecho Canónico, cánones 1124-1129):

1) La parte católica debe declarar que evitará cualquier peligro de perder su fe, y prometer que hará cuanto le sea posible por bautizar y educar a todos los hijos en la Iglesia Católica.

2) La parte no católica debe ser informada de estas promesas. No se le pide a él ninguna promesa por respeto a su conciencia, pero se le informa de cuanto ha prometido su cónyuge.

3) Ambos deben ser instruidos sobre los fines y propiedades del matrimonio, que no pueden ser excluidos por ninguno de los dos.

Espero que esta respuesta sirva a sus inquietudes.

Consejos Saludables: La Papaya

http://www.nutricion.pro/wp-content/uploads/2010/10/imagen-papaya1-300x234.jpg

La papaya

Contiene vitamina A, vitamina C, complejo B, potasio, magnesio, fibra, ácido fólico y pequeñas cantidades de calcio y Hierro.

En sus propiedades la papaya:

Combate el estreñimiento ya que actúa como un laxante suave.
Agiliza cicatrizaciones externas e internas (por ejemplo las úlceras gástricas).
Elimina los parásitos intestinales. También ayuda a eliminar las Amebas que son responsables de muchas diarreas crónicas ya que sus semillas frescas son muy ricas en un nutriente llamado Carpasemina.

Refuerza la inmunidad gracias a su alto contenido en Vitamina C.

La papaya facilita la digestión y calma el dolor e inflamación del estómago gracias a que contiene una enzima llamada Papaína. La Papaína es una enzima similar a la pepsina humana que desdobla las proteínas y favorece el proceso digestivo. Por eso la gente siente que les ayuda a digerir las carnes y las comidas pesadas.

Las personas con problemas de estreñimiento, parásitos y digestiones pesadas pueden probar a ver qué tal mejoran al consumir papaya.
Así pues hay que tomar papaya siempre que nuestra digestión necesite secreciones gastroduodenales y pancreáticas (las típicas digestiones muy lentas).

La papaína tiene también propiedades analgésicas o sea calmantes del dolor.
Muy útil en caso de gastroenteritis, colitis y colon irritable gracias a su efecto suavizante y antiséptico sobre los intestinos.

La papaya es gran amiga de nuestra piel ya que nos ayuda a limpiarnos por dentro. El jugo puede quitar las manchas de la piel y mejorar los eczemas.

La papaya es la fruta ideal si queremos hacer un poco de dieta ya que es baja en calorías y rica en nutrientes.

¿Sabías que la papaya es antioxidante y previene cánceres de pecho, vejiga, colon o cuello del útero?.

- Actúa contra la vejez prematura.
- Previene la degeneración visual.
- Protege el corazón.
- Combate el tabaquismo o alcoholismo.
- Es un buen recurso para conseguir aumentar la fertilidad de los hombres aunque no muy adecuada para la fertilidad en las mujeres.
- Favorecen la digestión, evitando la gastritis y la formación de gases.
- Elimina las lombrices intestinales.
- Facilita la menstruación.
- Incrementa la producción de leche en la mujer que están lactando.
- Ayuda en la expulsión de líquidos y resulta adecuada para dietas de adelgazamiento.

Las personas con problemas de estreñimiento, parásitos y digestiones pesadas pueden probar a ver qué tal mejoran al consumir papaya. Si el resultado no es el esperado siempre pueden consultar con su médico o especialista la conveniencia de tomar cápsulas o comprimidos de Papaína. El efecto medicinal es mayor aunque evidentemente no tiene el mismo valor nutricional ya que sólo estamos tomando una parte de la Papaya.

La papaya también se conoce con otros nombres: melón zapote, mamao, naimi, capaídso, fruta bomba, lechosa, mamón, nampucha, pucha y paque.

Sunday, April 17, 2011

JESÚS, VINO A CURAR A LOS ENFERMOS, LIBRAR A LOS OPRIMIDOS POR LOS ESPÍRITUS IMPUROS.

http://rlv.zcache.com/jesus_healing_the_sick_magnet-p147042935231473816q6ju_400.jpg
En muchos relatos de los Evangelios, podemos descubrir que Jesús se intereso siempre por todo lo que le sucedía a los hombres, El siempre estuvo preocupado del espíritu, el alma y cuerpo, para todos ellos, El quería la sanación. Recordemos algunos sucesos, La mujer enferma de hemorragias primero creyó en El y luego recibió la curación física (Marcos 5, 25-34); el ciego sanó físicamente y luego conoció a Jesús como su Señor (Juan 9, 1-38), y muchos empezaron a creer en El por las curaciones milagrosas que presenciaron.

En efecto, Jesús, vino a curar a los enfermos, librar a los oprimidos por los espíritus impuros, El nos trajo la buena noticia, El nos enseño lo mucho que nos ama nuestro Padre Bueno, pero una de las cosas más importante que hizo por nosotros, es enseñarnos a orar y darnos ejemplo de cómo orar, El, los hacia en un lugar tranquilo, apartado y siempre antes de algo importante, se retiraba a orar. Con la oración, podemos acercar la sanación de muchos males, solo debemos poner toda nuestra confianza, con toda nuestra fe, creyendo incondicionalmente en El. Cierto día, Jesús, puesto en pie, exclamó con voz potente: “El que tenga sed, que venga a mí, y que beba el que cree en mí.” Lo dice la Escritura: De él saldrán ríos de agua viva. (Jn 7; 37-38)

Es innegable, Dios tiene el poder de curar a los enfermos y lo puede hacer a través de sus hijos, nosotros mismos, con nuestra oración. Cuando un amigo nuestro, un familiar este enfermo, oremos por él y con él. Los milagros del Señor son sorprendentes, solo se necesita amor y fe. En efecto, por amor a nuestros hermanos y al Señor, con mucha esperanza y confianza dirijamos nuestras plegarias por aquellos que necesitan curarse de algún mal, y si nos flaquean las fuerzas por que dudamos, pidamos al Señor, que nos de más fe y que nos conceda un espíritu de confianza.




         JESÚS SANÓ A MUCHOS ENFERMOS, QUE SUFRÍAN DE DIVERSOS MALES, Y EXPULSÓ A MUCHOS DEMONIOS


El fragmento de este evangelio de San Marcos, en su primera parte tiene un breve relato en la casa de Pedro. Luego, llegado el atardecer, “puesto ya el sol”, en la puerta de la casa de Pedro, llegaron muchos enfermos y endemoniados.

Como esta actividad se realiza en sábado, se enfatiza que fue al atardecer y puesto ya el sol, para indicar que el reposo sabático había concluido, por tanto era lícito trasladar los enfermos. La grandeza de Jesús es muy grande, impactante, la ciudad entera se reunió delante de la puerta. La multitud reunida, esta conmovida.

Los enfermos son traídos en dos grupos: “le llevaron a todos los enfermos y endemoniados” Y la curación se da destacando específicamente que fueron “muchos” de estos dos grupos La insistencia, especialmente destacada, sobre los “endemoniados,” a los “que (demonios) no les permitía hablar, porque le conocían” como Mesías, queriendo hacernos ver el poder de Cristo sobre los “espíritus impuros,” como prueba de su poder y realidad mesiánica y evitar conmociones improcedentes en el pueblo.

A la mañana siguiente al sábado, fue a orar a un lugar desierto cercano a Cafarnaúm. Las curaciones del día anterior hacen que la gente le buscase. Luego San Marcos, nos presenta un cuadro esquemático de la predicación de Jesús por las sinagogas de Galilea. Marcos se complace todavía en poner como una nueva rúbrica al mesianismo de Cristo, al destacar que en estas actividades apostólicas expulsaba los demonios, destacando su poder y realidad de Mesías.

Hemos visto como en la sinagoga de Nazaret, Jesús desagradó sumamente a unos oyentes que no querían oír hablar de la buena noticia de su liberación dirigida a los pobres, a los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos, de una amnistía general de Dios, del perdón otorgado a la humanidad entera, luego predica en la sinagoga de Cafarnaún, situada algo mas al oriente, pero siempre en Galilea, allí para un endemoniado, como para otros presentes, Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos.

Ahora, después de estar en la sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón, allí encontró que la suegra de Simón (Pedro) tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y ésta desapareció, ella en seguida, se levantó y se puso a servirlos. La suegra de Pedro nos hace una bella enseñanza, que es la actitud de los seguidores de Cristo, al ponerse inmediatamente al servicio del Señor Jesús.

Jesús se ha dedicado a curar a los enfermos y a las personas que están dominadas por un espíritu maligno, y lo hace en forma individual, es así, como al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. El no hacer curaciones masivas, sino que personalmente, es una actitud de mucho respeto hacia la personalidad de cada enfermo.

Y los que estaban dominados por un espíritu maligno, poseídos por los demonios, también quedaban curados. Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías y Jesús no quiere que a El se le de un carácter distinto al que vino, porque El ha venido para servir y no para dominar; por eso quien se encuentra con él, como la suegra de Simón, se libera para el servicio.




           “VENGAN A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁN AFLIGIDOS Y AGOBIADOS Y YO LOS ALIVIARÉ” (MT 11,28)


Porque Jesús es el refugio de todas las necesidades y de las enfermedades su medicina, Jesús es la calma para los angustiados, los que lo siguen, saben que en El encontraran alivio, no solo a las cosas de salud, además a las del alma, por eso cuando gozamos de buena salud, también acudimos a El, y para cualquier caso, acudamos a El, como lo hacían los enfermos que rodeaban a Jesús, con sencillez y con gran confianza.

Nos enseña también Jesús que ha venido a salvar a todos los hombres, así cura a los enfermos de todas las dolencias, sin exceptuar a los mismos poseídos por el demonio.

Que bueno es saber, que para cualquier dolencia que nos aqueje, para las angustias que nos oprimen, o para los males del espíritu, tenemos a quien acudir,




           “VAYAMOS A OTRA PARTE, A PREDICAR TAMBIÉN EN LAS POBLACIONES VECINAS, PORQUE PARA ESO HE SALIDO”


En la segunda parte, el Evangelio nos relata que: Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Por eso, cuando la gente supo que cuando amaneció, Jesús se fue a un lugar desierto, comenzaron a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: --Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido --"

Los apóstoles le dijeron a Jesús, --Todos te andan buscando --, indicándonos, la necesidad de Jesús que tenían las gentes, la misma que tenemos hoy de nuestro Señor, necesidad de su Mirada, su cercanía y su Palabra, y especialmente en ese tiempo de oír su Voz. La mirada de Jesús nos conmueve, nos convierte, nos cambia, nos hace arrepentirnos, su suave susurro que nos llega al ponernos en su presencia, nos encanta y nos da paz. ¿Entonces como no buscarlo?. Busquemos también a Jesús, en cada instante de nuestra vida, para servirlo y conocerlo más, al encontrarlo, tendremos paz, alegría en el corazón y su gracia por siempre.

Dios les bendiga.

Oración de Sanación espiritual y física

 http://usuarios.advance.com.ar/pandeangeles/Eucharist3%20JESUS%20ESUCARISTIA%20MB.jpg

Oración de Sanación espiritual y física


Sáname Señor 
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo En el nombre de Jesús 
Señor, escúchame ...
Señor, úngeme con Tu Espíritu Divino...
Inflama mi corazón con el fuego de tu amor.....
Inunda mi ser con tu presencia majestuosa.....
Atiende por favor la llamada de mi alma ......
Señor, perdóname todas mis ofensas......
purifícame y cúrame de todos mis resentimientos......
que pude haber contraído en mi ignorancia........
Perdóname por todas las veces que te he desdeñado.....
cuando he pecado y no he sentido ningún remordimiento........
Dígnate en llenarme del regalo del perdón......
para que en este momento pueda perdonar a toda la gente que me
ha ofendido, y que le pueda enviar mi amor a ellos........
y para que ellos me perdonen también.......
Señor...... cura las heridas que yo mismo me he causado por falta de perdón y
de comprensión de mis hermanos.......
Sáname Señor......
Purifica mi alma.... de modo que pueda sentir que no
tengo ningún resentimiento contra ninguna persona.... o contra mí...... o en contra
Tuya......
Lléname con Tu Paz......
Satura mi ser con Tu Amor Divino, para deshacer las paredes
del orgullo y del egoísmo.......
Enséñame a amarte a Ti y a los demás.... como nunca he amado
antes........
Transfórmame en un sol de Amor Eterno....... para encender todos
los corazones con los rayos tiernos del amor.......
Sáname Señor.......
Lléname con Tu Luz.......
Lléname con Tu Amor......
Lléname con Tu Paz......
Amen.........

Señor Jesús, vengo humildemente ante tu cuerpo crucificado, allí donde tu recibiste todas las consecuencias de nuestro pecado, nuestras enfermedades, nuestras debilidades y la muerte.

Señor Jesús, en tu santo nombre
En el nombre de Jesús humildemente imploro tu misericordia y te pido por los méritos de tu pasión, agonía y muerte, y por los méritos de las penas del Inmaculado corazón de María, que me sanes, que sanes a N.N., no tengas en cuenta muestro pecado, sino la fe de tu Iglesia.

Señor Jesús, tu eres el mismo ayer, hoy y siempre, en tu santo nombre
En el nombre de Jesús te pido, que pases con tu mano santa sanando mis dolencias, ungiéndome con tu espíritu, tu conoces mi problema, sáname Señor Jesús. Sana a N.N.

Señor Jesús, tu eres el Dios que nos sanas, hoy me despojo de mi enfermedad y te la entrego a ti
en tu santo nombre En el nombre de Jesús , para que dispongas de acuerdo a tu misericordia, que no sea mi voluntad, sino la tuya, haz tu trabajo Señor para la gloria de tu Santo Nombre.

Sáname Señor Jesús por el poder de tu nombre
En el nombre de Jesús , sáname Señor por los méritos de tus santas heridas, sáname Señor por los méritos de tu preciosa sangre derramada por nuestros pecados, sáname Señor. Sana a N.N.

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Pongo toda mi confianza en ti, porque tu tienes todo el poder de sanarme, porque eres nuestro Dios misericordioso con caridad inigualable, porque me amas y hoy haz traído la salvación a mi casa.
Gracias Señor Jesús por tu santo nombre
En el nombre de Jesús , gracias Señor Jesús, gracias Señor Jesús. Gracias Virgen María por tu intercesión. Gracias Señor Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Sanación prodigiosa de una enferma


Corría el año 1880, y la pobre mujer hacía ya ocho meses que estaba en cama sin poderse mover de ella. Con motivo de acercarse la festividad del Corpus Christi, sintió en su alma gran fe y confianza de que el Señor la podría curar. Rogó, pues, a los vecinos la bajaran a la puerta de la calle cuando pasase la procesión, e hizo suplicar al sacerdote que llevaba el Santísimo Sacramento que, al estar junto a ella, le acercase un poco la Custodia para adorar a su buen Jesús en la Hostia sacrosanta.
Presente estaba todo el pueblo, compadecido del triste estado de la pobre enferma, y he aquí que en el momento mismo de dirigirse el sacerdote con la Sagrada Forma hacia la puerta de la casa donde yacía la enferma, con gran sorpresa y admiración de la muchedumbre, se verificó el instantáneo prodigio de quedar completa y radicalmente curada de su doble enfermedad, siendo testigos de tan gran maravilla todo el pueblo y el señor cura párroco, don Pedro Pons Bauzá, que llevaba el Santísimo Sacramento.

Vivió todavía diez años sin experimentar el más mínimo dolor. Durmió, por fin, el sueño de los justos en 1890, a los noventa de su edad.