Monday, June 2, 2014

Mi Hijo Tiene una Enfermedad Terminal

Carta de un desesperado padre de familia que tiene un hijo con enfermedad terminal.

Responde el padre Emmanuel.

Mi nombre es Fernando. Hace aproximadamente año y medio a mi hijo, Sebastián, le diagnosticaron leucemia. Esa noticia destrozó no sólo a mi hijo, que tan sólo tiene 17 años de edad sino a todos los que lo queremos.

Me es muy difícil contar esto, pues todo ha sucedido muy rápido, la impotencia de no poder hacer nada para que mi hijo recupere la salud me hizo sentir completamente devastado. Verá, mi hijo llevaba una vida normal; es rebelde como todos, pero buena persona, cursa el quinto semestre de preparatoria y antes de su enfermedad practicaba por las tardes basquetbol, era un chico muy sano.

En cierto momento comenzó a llegar a la casa muy cansado; mi esposa y yo lo notábamos un poco extraño: ya no tenía el mismo apetito de antes y decía que le dolía mucho el cuerpo. Lo llevamos al médico para que lo revisara y éste le dijo que era una simple fiebre causada por el exceso de estrés. Sin embargo, pasado un tiempo empeoró pues incluso le comenzó a salir sangre por las encías. Asustados por semejante reacción lo llevamos nuevamente al médico quien mandó hacerle varios análisis, hasta que casi después de un mes nos confirmó el resultado: Sebastián tenía una leucemia aguda linfoblástica.

El médico nos dijo que había esperanza si tomaba las quimioterapias, pero que éstas no garantizaban que la condición de Sebastián mejorara o que el cáncer desapareciera. Perplejos por la noticia, mi esposa y yo no nos permitimos caer en llanto, tristeza o desánimo para no contagiarlo a él, a pesar de nuestra desesperación quisimos apoyarlo en lo que fuera necesario.
Al principio él tomó lo mejor que pudo su enfermedad y le echó ganas, pero éstos dos últimos meses han sido los más difíciles y es que uno como padre no puede soportar que su hijo lleve año y medio sufriendo, a veces más por la medicina que por la enfermedad... Padre, no es fácil vivir pensando que tal vez tu hijo se vaya antes que tú, me duele tanto este tema que ni siquiera tengo el valor de hablarlo con mi esposa, pero tengo mucho miedo de que algo pase y puedo ver el miedo de mi esposa en sus ojos.

Hemos asistido a misas de sanación y siempre pedimos y oramos para que Dios nos haga el milagro de darle la salud a nuestro hijo, pero no hay mejora, sé que Dios no cumple antojos... pero cómo me gustaría que me escuchara. Mi esposa y mi hijo comenzaron a perder poco a poco la esperanza, y se pierde más cada vez que tiene que ir a su tratamiento; él ya no quiere hacerlo, nos grita que lo dejemos así y ya, no encuentra ningún sentido en seguir.

Su reflexión es que si Dios quiere que muera ninguna oración, milagro o tratamiento sucederán para impedirlo: “Dios ha querido que esto me suceda, así que no me queda de otra que vivir lo que más pueda”. Cuando nos dijo esto yo me sentí asfixiado, sé que sufre mucho y no puedo soportarlo, quería darle algunas palabras de esperanza, pero no supe qué hacer.

Padre la verdad es que en la familia nos encontramos muy agotados, impotentes y deprimidos. Fui a confesarme con el sacerdote, en la confesión me dijo que Sebastián ya está preparado; me enojé tanto que salí de allí corriendo, estaba con ganas hasta de demandarlo, ¡cómo se atreve a decirme eso! Ahora reconozco que hice mal, pero lo único que deseo es que mi hijo sea feliz y alcance la paz en estos momentos, no sé qué más escribir, padre ¿qué hago?

Muy estimado Fernando:

Mi respuesta es extensiva para su esposa y para Sebastián. Elevo, por primero, una plegaria en mi Celebración Eucarística para que Dios, nuestro Señor, les ayude a encontrar un poco de aliento en las palabras que dirijo a ustedes desde el carisma que Él mismo me ha participado para consolar. De hecho, dice la Palabra de Dios que Él es el único en quien puede nuestra alma hallar reposo.

Hasta el momento de escribir su carta, don Fernando, usted ha reaccionado como puede reaccionar un padre desesperado por encontrar el modo de aliviar o al menos aligerar los terribles dolores de su hijo. ¿Qué no estaría dispuesto a hacer un padre para conseguirlo? “Mi hijita está en las últimas; ven a imponerle las manos para que le salves la vida”, suplica el afligido padre del Evangelio al Señor Jesús (Mc 5, 22).

Elevar una plegaria

 Don Fernando creo que usted ha escrito lo que siente y eso basta por lo pronto, pues usted ha logrado expresar su dolor de padre que compadece, “padece-con” su hijo. A la vez comparte usted no sólo con nosotros sino con todos los lectores. Al conocer su carta varios de ellos se reflejarán o al menos evocarán sus propias experiencias tan parecidas a la suya. Considere esto: unos sufrimos de un modo, otros de otro. Puede haber sufrimientos menores pero también mayores que los nuestros.

Eso no nos consuela mayor cosa pues cada uno lleva sus propios dolores pero quiero decirle que como seres humanos el sufrimiento nos marca a todos, puede variar la reacción pero de hecho todos tenemos sufrimientos y eso nos tiene que hacer comprensivos y solidarios. De hecho les estoy pidiendo a todos los lectores que sean solidarios, que eleven sus plegarias, aunque sencillas, por usted que ahora está siendo probado por el sufrimiento.

Esperanza: Aprender de job y san Pablo

Hay un personaje de la Biblia, Job, que llegó a experimentar el sufrimiento hasta el punto de llegar a maldecir su existencia: “Maldito el día en que vi la luz primera, mal haya la noche testigo de la concepción de un niño” (Job 3, 3-6). Como Job, usted ha expresado su dolor y, por lo que dice, parece que Dios no escuchara, o como dijo Sebastián: “si Dios quiere que muera pues ninguna oración, milagro o tratamiento sucederán para impedirlo; Dios ha querido que esto me suceda, así que no me queda de otra que vivir lo que más pueda”.

Pero ahora los invito a leer Job 38, 4-41 para conocer cómo Dios desafía al adolorido y prácticamente desesperado Job, no para hundirlo sino para ayudarle a reflexionar, a poner en orden sus sentimientos y a sacar fuerzas cuando parece que todo terminó… Esta confrontación es un llamado a reconocer la grandeza y el poder de Dios, grandeza y poder que Él dispone para nuestro bien y Él, en su sabiduría infinita sabe cómo y cuándo actuar.

Dice también san Pablo que “a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan para su bien” (Rm 8, 28). Según nosotros ni el dolor, ni el sufrimiento, ni la muerte son para nuestro bien, pero tenemos que encontrar precisamente cuál es el mensaje que Dios nos da conforme a la vida misma que vamos llevando.

Cuántas personas se han encontrado o rescatado en el dolor y el sufrimiento; y para muchos (particularmente para los cristianos) la muerte misma nos da un mensaje de alivio y de esperanza. Dice la Santa Biblia, dichosos los que mueren en el Señor, ya descansan en sus fatigas y sus obras los acompañan.

Comprender las fases de la enfermedad

Entiendo que a usted se le revuelven sus sentimientos en conflicto. Recuerde, por favor, don Fernando que las enfermedades delicadas pasan, para el enfermo y la familia, por tres estadios: primero la reacción violenta de rechazo y negación; luego sigue una fase de confusión y reflexión y por fin la fase de aceptación. Sólo entonces entendemos el sentido de lo que pasa y descubrimos cómo rescatar valores y enseñanzas de las tragedias que vivimos.

Cuántas personas se han encontrado o rescatado en el dolor y el sufrimiento; y para muchos (particularmente para los cristianos) la muerte misma nos da un mensaje de alivio y de esperanza. Dice la Santa Biblia, dichosos los que mueren en el Señor, ya descansan en sus fatigas y sus obras los acompañan.

Conclusión: Aprender de las situaciones difíciles para aumentar nuestra fe.

Mi invitación es que siga usted atento a sus sentimientos, los de su hijo y los de su esposa y que, por difíciles, absurdos o dolorosos que parezcan los lamentables hechos, terminemos por aceptarlos y aprendamos de ellos para fortalecer nuestra tambaleante fe y, en medio de nuestras lágrimas, pedirle al Señor la fortaleza necesaria para afrontar las pruebas.

Ello no significa que nos pongamos de capa caída sino al contrario trabajar, comer, descansar para poder ayudar adecuadamente al hermano hundido en su lecho. ¿Quién si no nosotros le va a dar ayuda y valor? Si nos ve llorar está bien porque comprenderá que estamos con él, más aún si ha visto que no hemos dejado de hacer lo que hayamos podido para apoyarlo. Dios les dé la fortaleza y su bendición.

Y reitero mi petición a los hermanos lectores que oren por esta familia probada por el dolor físico en el caso de Sebastián, y moral en el caso de la familia. Ustedes, por favor, no desesperen, no se alejen de quien con tanto amor entregó a su propio Hijo al tormento de la cruz para nuestra salud y nuestra paz.

Padre Emmanuel (Paulinos de México)

Consejos Saludables: El azúcar de Coco



El azúcar de coco: Un azúcar de bajo índice glicémico rico en aminoácidos y vitaminas B

Michael Ravensthorpe

El azúcar de coco, también conocido como azúcar de lechaza de coco, es un azúcar derivado de la savia de flores de cocoteros. Se ha usado como un endulzante tradicional desde hace siglos en regiones donde florecen los cocoteros tales como el Sureste asiático. El azúcar de coco está mayormente compuesto de sucrosa que le da su sabor dulce acaramelado. Al contrario que el azúcar refinado blanco, el azúcar de coco se procesa muy poco y se le añaden pocos o ningún producto químico, esto significa que la mayoría de sus minerales se dejan intactos. Por esta razón el azúcar de coco se ha vuelto cada vez más popular en Occidente como sustituto de azúcar blanco y moreno y se vende comúnmente en tiendas de dietética.

Beneficios para la salud

Monday, May 26, 2014

Las Florecillas de San Francisco. Capiltulo 1



En el nombre de nuestro Señor Jesucristo crucificado
y de su madre la Virgen María.

Este libro contiene ciertas florecillas, milagros y ejemplos devotos del glorioso pobrecillo de Cristo messer San Francisco y de algunos de sus santos compañeros.

En alabanza de Cristo. Amén


Capítulo I
Los doce primeros compañeros de San Francisco

Primeramente se ha de considerar que el glorioso messer San Francisco, en todos los hechos de su vida, fue conforme a Cristo bendito; porque lo mismo que Cristo en el comienzo de su predicación escogió doce apóstoles, llamándolos a despreciar todo lo que es del mundo y a seguirle en la pobreza y en las demás virtudes, así San Francisco, en el comienzo de la fundación de su Orden, escogió doce compañeros que abrazaron la altísima pobreza.

Y lo mismo que uno de los doce apóstoles de Cristo, reprobado por Dios acabó por ahorcarse, así uno de los doce compañeros de San Francisco, llamado hermano Juan de Cappella, apostató y, por fin, se ahorcó. Lo cual sirve de grande ejemplo y es motivo de humildad y de temor para los elegidos, ya que pone de manifiesto que nadie puede estar seguro de perseverar hasta el fin en la gracia de Dios.

Y de la misma manera que aquellos santos apóstoles admiraron al mundo por su santidad y estuvieron llenos del Espíritu Santo, así también los santísimos compañeros de San Francisco fueron hombres de tan gran santidad, que desde el tiempo de los apóstoles no ha conocido el mundo otros tan admirables y tan santos. En efecto, alguno de ellos fue arrebatado hasta el tercer cielo, como San Pablo, y éste fue el hermano Gil; a otro, el hermano Felipe Longo, le fueron tocados los labios con una brasa, como al profeta Isaías; otro, el hermano Silvestre, hablaba con Dios como lo hace un amigo con su amigo, como lo hacía Moisés; otro volaba con la sutileza de su entendimiento hasta la luz de la sabiduría divina como el águila, o sea, Juan Evangelista, y éste fue el humildísimo hermano Bernardo, que explicaba con gran profundidad la Sagrada Escritura; otro fue santificado por Dios y canonizado en el cielo cuando aún vivía en la tierra, y éste fue el caballero de Asís hermano Rufino (1).

Y así, todos se distinguieron por singulares señales de santidad, como se irá viendo seguidamente.

Las Florecillas de San Francisco Capitulo 2




Capítulo II
Cómo messer Bernardo,
primer compañero de San Francisco,
se convirtió a penitencia

El primer compañero de San Francisco fue el hermano Bernardo de Asís, cuya conversión fue de la siguiente manera: San Francisco vestía todavía de seglar, si bien había ya roto con el mundo, y se presentaba con un aspecto despreciable y macilento por la penitencia; tanto que muchos lo tenían por fatuo y lo escarnecían como loco; sus propios parientes y los extraños lo ahuyentaban tirándole piedras y barro; pero él soportaba pacientemente toda clase de injurias y burlas, como si fuera sordo y mudo. Messer Bernardo de Asís, que era de los más nobles, ricos y sabios de la ciudad, fue poniendo atención en aquel extremo desprecio del mundo y en la gran paciencia de San Francisco ante las injurias, y, viendo que, al cabo de dos años de soportar escarnios y desprecios de toda clase de personas, aparecía cada día más constante y paciente, comenzó a pensar y decirse a sí mismo:

-- Imposible que este Francisco no tenga grande gracia de Dios.

Y así, una noche lo convidó a cenar y a dormir en su casa. Y San Francisco aceptó; cenó y durmió aquella noche en casa de él.

Entonces, messer Bernardo quiso aprovechar la ocasión para comprobar su santidad. Le hizo preparar una cama en su propio cuarto, alumbrado toda la noche por una lámpara. San Francisco, con el fin de ocultar su santidad, en cuanto entró en el cuarto, se echó en la cama e hizo como que dormía; poco después se acostó también messer Bernardo y comenzó a roncar fuertemente como si estuviera profundamente dormido. Entonces, San Francisco, convencido de que dormía messer Bernardo, dejó la cama al primer sueño y se puso en oración, levantando los ojos y las manos al cielo, y decía con grandísima devoción y fervor: «¡Dios mío, Dios mío!» 

Polémico Guionista de Hollywood Revela su Conversión al Catolicismo.


Joe Eszterhas es un guionista de cine conocido en Hollywood como el creador del "thriller erótico", un género compuesto por películas oscuras que combinan el sexo y la violencia. En unos días publicará su más reciente libro en el que narra su asombrosa conversión al Catolicismo.

Eszterhas se hizo millonario por escribir los guiones de películas taquilleras como Basic Instinct, Showgirls y Jagged Edge, todas conocidas por su explícito contenido sexual. Además fue editor de la revista Rolling Stone.

El escritor, nacido en 1944, creció en campos de refugiados en Hungría después de la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó con su familia Cleveland, Estados Unidos. Trabajó como reportero de noticias policiales, cubriendo incontables tiroteos y peleas urbanas.

En ese tiempo, sostiene que su vida era muy oscura, llena de muerte, asesinatos, crímenes y caos, lo que marcó su posterior carrera de guionista.

 En el verano del año 2001, Eszterhas fue diagnosticado con cáncer de garganta. Debió someterse a una delicada cirugía y recibió la orden médica de dejar el alcohol y el tabaco. Eszterhas tenía 56 años, siempre tuvo un estilo de vida alocado y sabía que cambiar sus hábitos no sería fácil.

Sunday, May 18, 2014

¿QUÉ ES LA SANACIÓN INTERIOR? 7 PASOS PARA LOGRARLA.



Colaboracion del Padre Jose Luis Aguilar.

La sanidad interior o sanidad del alma es el proceso mediante el cual el individuo es liberado de ataduras que le impiden gozar de su nueva vida en Cristo y tener una plena realización como cristiano bíblico y como individuo.

La obra redentora de Jesús.
La obra redentora de Jesús ofrece mucho mas que solamente el perdón; ofrece también la redención integral y total del individuo en su Espíritu, Alma y Cuerpo. Siendo el hombre un ser tripartido (tres partes) tiene necesidades en cada una de esas áreas, pero en Jesucristo hay provisión para cada una de ellas.

Isaías 53,4-6, 11.

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Yahve cargó en él el pecado de todos nosotros.”. “11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”.

LA MENTE O EL ALMA
1) Nuestra mente o alma tiene 3 niveles, el conciente, el subconsciente y el inconciente.

A. El conciente es todo conocimiento o pensamiento, que sabemos con claridad. A este nivel opera el carácter social.

B. El subconsciente es el reino de oposición a la razón. Aquí opera sentimientos y deseos egoístas.

C. El inconciente es el reino de los pensamientos descontrolados.


2) Nada se olvida. Nuestra mente es como una grabadora.

3) Heridas que permanecen sin sanar, afectan nuestra conciencia, cambian, controlan nuestro carácter y permanecen hasta que tomamos acción para eliminarla.

El Orden de Dios para el hombre.
El orden que Dios ha dado al hombre para que se gobierne a si mismo, es que su espíritu debe gobernar sobre su alma (emociones, mente y voluntad) y sobre su cuerpo. Sin embargo a causa de heridas sufridas en nuestro interior, este orden se pierde en varias formas:

Debido al pecado (heridas), el cuerpo gobierna al hombre, quedando sujetas el alma y el espíritu (Gálatas 5,16-17). Ver 2 Timoteo 1,7. “7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

¿En que consiste la sanidad interior?
La sanidad interior esta relacionada con el individuo y su pasado. En la vida emocional no hay espacio ni tiempo, lo que afecto al individuo en el pasado (niñez, adolescencia, adultez) tiene vigencia en el presente y futuro.

ORACIÓN PARA LA SALUD DE UN HIJO ENFERMO



 Amado Señor, tú conoces el corazón de tus hijos, y no te quedas indiferente ante el pobre que te suplica. Tú sabes lo que nos aflige el bienestar de nuestros niños, tu comprender la preocupación de los papás ante la enfermedad de alguno de sus hijos. Vengo hoy, como el funcionario real del Evangelio, a pedirte que desciendas y sanes a nuestro niño/a (nombre con fe al niño/a enfermo por quien se está orando de manera especial y el mal que lo aqueja). 

Aún desde la preocupación que nos causa su enfermedad, desde el dolor y el desconcierto, si esta enfermedad está dentro de lo que tu permites, aceptamos este momento como ocasión de purificación, de abandono en tus manos, de ofrecimiento generoso de nuestras vidas. Aceptamos este momento como una ocasión para unirnos desde el sufrimiento a los dolores de Cristo por la salvación del mundo (Colosenses 1, 24) (Tómese unos minutos y, en calma, que su corazón se una a lo que acaba de decir con sus labios: “con este sufrimiento, me uno, Señor, a tu pasión…”) 

Ahora, Señor, a ti que quieres que tengamos vida en abundancia, te pido que por el poder del misterio de tu infancia y tu vida oculta en el hogar de Nazaret, sanes al niño/a a quien tú conoces y amas. Cuida de su cuerpito y de su alma. Pasa tu mano sanadora sobre él para que sienta tu alivio, tus cuidados y se restablezca prontamente, según tu voluntad. 

Tú, que recibiste los amorosos cuidados de María y José, consuela y reanima a su papá y a su mamá, no dejes que caigan en la desesperación, en la duda, en la depresión, sino que desde su dolor y preocupación recurran a ti como fuente de verdadera, plena, y duradera sanación del cuerpo y del alma. Te presentamos el lugar donde se encuentra el niño, reviste ese sitio con tu fuerza y gracia. Aleja de allí todo lo que, material o espiritualmente, puedan ser un obstáculo para la pronta recuperación. Te presentamos los profesionales médicos que atienden al niño, revístelos con tu sabiduría, ilumínalos para que logren dar con acierto en el diagnóstico y encuentren la medicación y tratamiento indicado. Tómalos como instrumentos de tu sanación. 

María, madre de Jesús y madre nuestra, que con esmero y constancia, cuidabas de tu niño, mira el corazón de la madre e infúndele confianza, para que también ella, como tu, pueda ver crecer a su hijo en estatura, sabiduría y gracia, delante de Dios y de los hombres. 

Querido San José, tú que fuiste el protector de la Sagrada Familia, y la defendiste de todos los peligros y hasta de la muerte segura en la persecución de Herodes, te presento al papá de esta criatura, intercede ante tu amado Hijo Jesús, para que logre mantenerse fuerte aún en el dolor y la preocupación. Que logre conseguir los medios necesarios para la buena atención de su hijo/a. ayúdalo a no decaer y a mantenerse lúcido a la voluntad de Dios. 

Señor, tu dijiste que creyéramos que ya hemos obtenido lo que te pedimos con fe en oración, ahora levanto mi voz y mis brazos para darte gracias por la salud que recibirá este niño por el poder de tu amor que escucha esta oración confiada. Reconocemos que ya estás actuando y sanando. Como el funcionario del Evangelio, nosotros también reconoceremos que es en este mismo momento que estas restableciendo salud y bienestar. Te alabo en fe. Te reconozco Señor y Salvador de nuestras vidas, sin ti estamos perdidos. Te amamos Señor y reconocemos tu grandeza. A ti la gloria por los siglos sin fin. Amén. 

(Padrenuestro, Ave María, Gloria)