Creo en la Iglesia Católica por gracia de Dios. La fe es un regalo inmerecido que libremente recibimos.
Creo en la Iglesia porque creo en Jesucristo.
Quien cree que Jesús es Dios debe creer también en todo lo que El ha hecho y dispuesto para nuestra salvación. La Iglesia nace de su costado traspasado de donde vertió agua y sangre.
La Iglesia sigue viviendo del agua (Bautismo) y de la sangre (Eucaristía) derramada en la cruz.
Creo en la Iglesia por la Eucaristía. Dios hace muchísimos milagros para recordarnos las verdades de la fe. Muchos de estos son verificados por rigurosos estudios cinéticos: Lanciano, Lourdes, Guadalupe y muchos otros. El milagro más grande es la Eucaristía. El dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día" (Juan 6,54).
Es El mismo Cristo en la Eucaristía quien se hace realmente presente cada día en más de 500.000 iglesias católicas en todos los continentes.
Algunos dicen: "Jesús está en todas partes. Para que ir a la Iglesia".
Hay que enseñarles: Si, Jesús está en todas partes, pero solo en la Eucaristía esta presente en forma substancial para que lo comamos y tengamos vida nueva. Para sanarnos, liberarnos del mal, unirnos en la Iglesia y darnos fuerza para vivir la santidad. Solo en la Iglesia se encuentra Cristo Eucaristía. Cristo ha venido para reunirnos, como un pastor recoge a sus ovejas. Quiere así que seamos su Cuerpo Místico para que en él seamos todos hijos del Padre. Quiso hacernos familia suya. Por eso fundó una sola Iglesia, con un sola fe, un solo bautismo.
Creo en la Iglesia porque es obra de Dios y no de hombres. No escogió a la Iglesia como podría escoger mi plato favorito. La Iglesia es institución divina y no capricho humano. Los hombres pueden fundar otras muchas iglesias y religiones para reunirse y hacer cosas buenas. A estas guardo respeto y a quienes buscan la verdad con sinceridad les tengo admiración. Pero no por eso olvido que Jesús, Dios y hombre verdadero, quiso reunirnos en UNA IGLESIA, la que El fundó.
Creo en la Iglesia "Católica" que significa "Universal".
La Iglesia católica no es solo para un grupo o religión. Es para todo pueblo, raza y nación. Está en todas partes es la más grande y bien organizada del mundo. No porque sus miembros sean más inteligentes sino porque es obra de Dios. ¿Sabía usted que cada día hay en el mundo 50.000 nuevos católicos? Cada mes hay un millón y medio de católicos más que el mes anterior. Cada año hay 18 millones de católicos más que el año anterior. Durante el gobierno del Papa Pablo VI, la Iglesia Católica paso de 600 millones a 750 millones.
Durante el gobierno del Papa Juan Pablo II el número de católicos pasó de 750 millones a 1086 millones 2003.
Esto a pesar de un esfuerzo intenso de parte del mundo para desprestigiarla y destruirla.
Creo en la Iglesia porque solo ella enseña con autoridad divina toda verdad.
Jesús confió a los Apóstoles la revelación divina contenida en su Palabra. Les prometió el Espíritu Santo y les comunicó la facultad de enseñar en Su nombre. << Quien a vosotros os escucha, a mi me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí, me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado. >>_ (Lucas 10, 16). Solo la Iglesia Católica es gobernada por el Papa y los Obispos, sucesores de los Apóstoles, herederos de esta promesa.
Ellos poseen por lo tanto la autoridad del magisterio para enseñar toda Palabra revelada y profundizar su contenido sin error. Con la protección y guía del Espíritu Santo. Mientras que en otras iglesias hay diversidad de interpretaciones Bíblicas, solo la Iglesia Católica ha enseñado la verdad plena con total consistencia en todas partes desde el principio. Solo ella posee el Depósito de Fe que contiene lo que Jesús nos revelo: La Biblia y la Tradición Apostólica.
Creo en la Iglesia Católica, porque veo la obra de Dios en María nuestra madre.
Los católicos hacemos lo que Jesús pidió al discípulo amado en la cruz: Llevamos a María a nuestra casa. (CF.Jn 19,27).
Creo en la Iglesia Católica por el testimonio de los Apóstoles y los Padres
Creo en la Iglesia Católica por el testimonio de los santos.
Nuestros hermanos mayores. Ellos son Evangelios vivos, ejemplos de lo que Dios hace en los que viven plenamente en la Iglesia y son alimentados con Cristo vivo a través de ella.
Creo en la Iglesia Católica porque no me dejo llevar por los escándalos sino por la Palabra de Dios.
Es cierto que hay escándalos en la Iglesia. Ya Jesús lo advirtió. Pero también hay cientos de miles de mártires que han derramado su sangre por Cristo en cada siglo incluso el nuestro. Millones y millones viven su fe inspirados por el Evangelio. Se bien que la Iglesia está formada por seres humanos pecadores. Pero Jesús quiso reunir en ella a los pecadores para hacerlos hijos de su Padre, Dios. No todos se convierten. Desde el principio algunos desde adentro le traicionan. Pero Jesús no revoca su alianza sellada con Su Sangre. Sigue siempre fiel a sus promesas. Jesús dijo: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella." (Mateo 16,18)
Cada uno pone sus ojos en lo que le interesa: unos miran a los santos y ven Evangelios vivos dignos de ser imitados. Otros en cambio solo miran los malos ejemplos para justificar el rechazo a la Iglesia. ¿Donde pones tus ojos en los santos o en los escándalos? Jesús nos advierte: " el que no tiene pecado, que tire la primera piedra" Por mi parte prefiero mirar a los santos, nuestros hermanos mayores pues tengo mucho que aprender de ellos y aprecio sus ayudas, No desisto en la esperanza de llegar a ser uno de ellos por la misericordia de Dios que perdona y da la gracia.
En cada siglo los enemigos de la Iglesia Católica anuncian su inminente desaparición.
Sin embargo ella los entierra a todos. Han pasado 2000 años. Todo imperio se ha derrumbado pero la Iglesia Católica sigue siendo la misma madre con más de mil millones de hijos e hijas, más de 405.450 sacerdotes y más de 3.000 obispos.
Hoy la Iglesia es perseguida, despreciada y difamada por todas partes. Pero su autoridad moral sigue siendo un faro de luz inextinguible que puede ser odiado pero no ignorado. La sucesión de Pedro jamás se ha roto. El Papa sigue gobernando a la Iglesia y los católicos por todo el mundo siguen unidos en comunión con él. Todo esto solo puede ser obra de Dios. Por eso creo y por eso no puedo dejar de anunciar la verdad de mis hermanos.
Y usted: ¿Conoces la Iglesia católica o la caricatura que hacen de ella sus enemigos?
¿Está usted sobre la roca firme establecida por Cristo o en las arenas movedizas de interpretaciones humanas? Jesús te llama. No lo hagas esperar.
La serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella.
Padre Jordi Rivero
Dios les bendiga
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