EL BEATO MIGUEL AGUSTIN PRO, S.J.
1891-1927
El 23 de Noviembre es la fiesta del Beato Miguel.
Miguel Pro nació el día 13 de enero de 1891, en Guadalupe, Zacatecas en la República Mexicana. Desde su infancia, la risa y la alegría fueron características importantes de su personalidad.
A los 20 años de edad ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús (Jesuitas). Muy poco tiempo después, los novicios tuvieron que salir del país a causa de la Revolución Mexicana. Así fue como llegó a ordenarse Sacerdote Jesuita en Bélgica el día 25 de agosto de 1925.
El Padre Pro sufrió gravemente de una enfermedad de estómago y aún después de varias operaciones, no se mejoró. Posteriormente, a pesar de la gran persecución un su país, le fue permitido regresar a México en 1926.
Se sintió obligado a pasar el resto de su vida llevando a Cristo a sus paisanos. Esto fue como su misión especial. Pasó su tiempo atendiendo secretamente a los tenaces católicos mexicanos, muchas veces en una forma incógnita o disfrazada. Muchas veces apenas pudo escaparse y finalmente, se publicó una orden formal de su detención; con esto, empezó a esconderse.
Fue acusado falsamente de traición en conexión con un atentado, y aunque hubo pruebas para confirmar su inocencia, ordenaron su ejecución. Fue traicionado a la policía por un joven que temía la muerte de su mamá; y resultó que unos pocos días antes de su detención había dicho a un amigo suyo que había ofrecido su vida para salvar a México y que pensaba que Dios había aceptado su ofrenda.
Mientras lo llevaban a su ejecución, perdonó tanto al carcelero como al pelotón de ejecución. Como su último deseo, pidió permiso para orar; luego, rehusando que le vendaran los ojos, extendió sus brazos en forma de cruz y con voz firme exclamó: " ¡ VIVA CRISTO REY !" entregando así su vida consagrada a Dios Nuestro Señor.
CRISTO REY, por la intercesión del BEATO MÁRTIR MIGUEL PRO, te pedimos responder a nuestras peticiones. Danos, te rogamos, la gracia y la fuerza necesarias para seguir su ejemplo heroico y así vivir nuestra fe católica, a pesar de todas las tentaciones y adversidades. Amén
ORACIÓN
Dios y Padre nuestro, que concediste a tu hijo Miguel Agustín, en su vida y en su martirio, buscar con entusiasmo tu mayor gloria y la salvación de los hombres, concédenos, a ejemplo suyo, servirte y glorificarte cumpliendo nuestras obligaciones diarias con fidelidad y alegría, y ayudando eficazmente a nuestros prójimos. Te pedimos también, Padre Santo, que, si es tu voluntad, podamos pronto venerar al Beato Miguel Agustín, como un nuevo Santo de la Iglesia.
Por Cristo Nuestro Señor
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