Friday, May 24, 2013

Testimonio..

Nota: Hasta el presente dia, Dios sigue haciendo milagros entre sus hijos. Muchos perdemos la Fe al no ver milagros de sanacion espectaculares. Los milagros de sanacion de parte de Dios pueden ser al instante o pueden ser a traves de nuestra constancia y Fe en El. Dios obra de mil formas diferentes.

Leamos el siguiente testimonio de como poniendo nuestra parte y voluntad, Dios hace su obra en sus hijos.

    
Cuando me diagnosticaron por primera vez la diabetes en el año 2000, estaba convencida que los medicamentos me curarían. Esta, después de todo, era la era de la tecnología y las drogas milagrosas.

No conté con mi aumento de peso ni me enteré que, al verse afectado mi sistema inmunológico, fuese diagnosticada con artritis. Para la primavera de 2004 me forcé a mí misma a ir al médico con la peor infección respiratoria de mi vida. Melancólicamente, seguí repitiéndome a mí misma: “los diabéticos son seis veces más propensos a morir de un resfriado”. Para cuando puse mi pie en la balanza del médico, estaba tan enferma que la muerte sería la buena noticia.

Entonces noté mi peso. ¡Pesaba 196 libras! ¡Estaba a cuatro libras de llegar a ser mi abuela!

Mi doctor me cargó con un suministro de dos semanas de antibióticos, una botella de “prednisone” y entonces abandonó su puesto. Ahora tenía que buscar otro médico.

¡Qué bien! Estaba aterrada, pero a pesar de mis temores, mi búsqueda resultó una de las mayores bendiciones de mi vida.

A través de las conexiones familiares y mucha oración, hallé a mi doctor, una holandesa de habla suave, que no veía mi condición médica como una sentencia de muerte.

Ella visualizó mi condición como un punto de partida para una mejor salud. Estuvo abierta a métodos alternos para el control de la diábetes. Fue compasiva, profunda, y entusiasta sobre mi plan de ejercicios y una dieta de bajas calorías. “Usted puede lograrlo”, me aseguró, y yo le creí.

Me fui a casa y comencé a examinarme el corazón. ¿Creo que mi vida y mi cuerpo son dones de Dios? ¿Creo que tengo una responsabilidad por mi propia salud?

¿Creo que la única manera de agradecerle a Dios por esta vida es honrar Su don? ¿Le debo a mis hijos una madre? ¿Quiero envejecer con el amor de mi vida? Mi respuesta entonces y ahora ¡es un resonante sí!

Hace un año, celebré mi cumpleaños cincuenta y ocho comprando una caminadora motorizada. Comencé una dieta saludable baja en carbohidratos de vegetales y frutas. Para fines del primer mes había avanzado de unos pasos a media milla ¡y había perdido seis libras!

Mi paladar se hizo más sensible y comencé a notar el sabor único de las comidas frescas. Una manzana y un par de cucharaditas de mantequilla de maní se tornaron una delicia para mí. Sin agregar azúcar descubrí que me encantaba el verdadero sabor de la zarzamora y del arándano.

Fue sorprendente cuán rápidamente me adapté a mi nuevo estilo de vida saludable. Gracias a Dios, tomé mi decisión al comienzo del movimiento de bajos carbohidratos.

He descubierto deliciosos alimentos con bajos carbohidratos, justo en mi abarrotería local. Hasta puedo convidarme a mí misma a comer pan, budines y mi favorita personal, leche achocolatada, con bajos carbohidratos. Me consagré a reinventar mis recetas favoritas, creando saludables delicias con bajos carbohidratos, como panecillos y crepes de soya, ¡que saben como los originales!

En tan sólo unos cuantos meses, caminaba una milla diaria en mi caminadora. Naturalmente impaciente, me fue difícil caminar en mi lugar por una media hora completa con sólo mis pensamientos para entretenerme. Por lo tanto, decidí separar aquel tiempo para adorar.

Mientras escucho mis alabanzas favoritas, le agradezco a Dios por cada buena dádiva en mi vida. Me he sorprendido al descubrirme a mí misma agradeciéndole también por mis dificultades, que han creado en mí una terca perseverancia y fortaleza.

En poco más de un año, he perdido cuarenta libras y cuatro números de vestimenta, ¡y sigo perdiendo! Pruebo el azúcar en mi sangre frecuentemente durante el día, especialmente antes y después del ejercicio.

Hace un año me quitaron todo medicamento para la diábetes y, el azúcar en mi sangre, en mi cumpleaños cincuenta y nueve, permanece felizmente bajo control. Mi artritis es menos dolorosa, y estoy practicando la jardinería de nuevo.

Mi sistema inmunológico otrora falluco se ha rejuvenecido. Me defiendo de la infección y la enfermedad, ¡y tengo más energía que la que había tenido en años!

C Jaye Lewis

No te des por vencido o vencida. Dios te ama y te ha convertido en un regalo para los tuyos. Cuida tu vida y tu cuerpo por amor a Dios, a ti mismo y a los tuyos.

Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Romanos 12:1.   

Oracion en las Dificultades Economicas


 


Señor,
que has creado todo el universo,
Y has dotado a la tierra de riquezas suficiente
para alimentar a todos los hombres que habitan,
Ven en nuestra ayuda.

Señor, que cuidas de los lirios del campo
y de las aves del cielo,
los vistes, los nutres y los haces prosperar,
manifiesta sobre nosotros tu providencia paterna.

Ayúdanos, Señor:
Ya que nuestra salvación
sólo puede venir de hombres honestos y buenos,
Infunde en el corazón de nuestros prójimos
El sentido de la justicia, de la honestidad,
y de la Caridad.

Cuida de nuestra familia
que confiadamente espera de ti el pan de cada día.
Fortalece nuestros cuerpos.
Da serenidad a nuestra vida,
A fin de que podamos corresponder más fácilmente,
A tu gracia divina,
Y sentir que sobre nosotros,
Sobre nuestras preocupaciones y angustias,
Vela tu amor de Padre.

Amén.

Friday, May 17, 2013

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Especial de Pentecostés
Inicio de la Iglesia Católica, fiesta que se celebra 50 días después de la Pascua, 19 de mayo de 2013
 
Especial de Pentecostés
Especial de Pentecostés
Origen de la fiesta

Los judíos celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el sentido de la celebración cambió por el dar gracias por la Ley entregada a Moisés.

En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios: ellos se comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios se comprometió a estar con ellos siempre.

La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pentecostés.

En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta cristiana de Pentecosté
s.

Especial de Pentecostés



La Promesa del Espíritu Santo

Durante la Última Cena, Jesús les promete a sus apóstoles: “Mi Padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad” (San Juan 14, 16-17).

Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San Juan 14, 25-26).

Especial de Pentecostés



Explicación de la fiesta:

Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban reunidos los apóstoles con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés. Tenían miedo de salir a predicar. Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.

Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas desconocidas.

Especial de Pentecostés



¿Quién es el Espírtu Santo?

El Espíritu Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande y tan perfecto que forma una tercera persona. 


 El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y después, de manera perfecta, en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.

Especial de Pentecostés


Señales del Espíritu Santo:

El viento, el fuego, la paloma.

Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los laboratorios médicos para purificar a los instrumentos se les prende fuego.
El Espíritu Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso al amor.