Wednesday, March 30, 2011

¿QUÉ ES ADORAR A DIOS?

 
Es reconocerlo como

nuestro Creador y nuestro Dueño

Es reconocerme en verdad lo que soy:
hechura de Dios, posesión de Dios.
Dios es mi Dueño.
Yo le pertenezco.  


Adorar a Dios, entonces,
es tomar conciencia
de nuestra dependencia de El
y de la consecuencia lógica
de esa dependencia:
entregarnos a El y a su Voluntad.

Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
Tú mi Hacedor, yo tu hechura,
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.
Aquí estoy para hacer tu Voluntad.

LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

http://sp1.fotolog.com/photo/17/50/41/luisa_sauceda/1236714447282_f.jpg



LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

En el mes de marzo, presentamos una enseñanza sobre "SANACIÓN DE LOS MORIBUNDOS" partiendo de las siete Palabras que Jesús pronunció, moribundo, clavado en la cruz. Estas siete Palabras daban pie a una sanación completa de toda persona que está en los momentos últimos de su vida.

Pero en la Iglesia, tenemos además un Sacramento que puede recibir todo fiel cristiano, estando en una enfermedad grave. Todos los sacramentos son fuentes de sanación en una etapa de nuestra vida y el sacramento, en particular, de la Unción de los enfermos, está dirigido especialmente para sanar tanto las enfermedades físicas como espirituales; es un sacramento para vivir.

Creemos necesario darlo a conocer como sacramento y como fuente de sanación integral del hombre, y al mismo tiempo para clarificar la idea errónea que durante mucho tiempo se le daba, de ser el sacramento para la hora de la muerte, cuando ya no hay nada que hacer; cuantas personas y familiares no permitían que el enfermo recibiese este sacramento porque era señal de muerte, y no había que asustar al enfermo.

HISTORIA DEL SACRAMENTO.

Durante los primeros nueve siglos se habla indistintamente del carisma de curaciones y de unción. Los cristianos reconocen ciertos efectos corporales y espirituales que producen este sacramento. En este período no se ve la relación que existe entre unción y muerte.

A partir del siglo décimo se considera al sacramento como la última gracia que otorga la Iglesia a los cristianos antes de partir de este mundo. Esta práctica influye en los teólogos que recomendaban la recepción de los sacramentos a última hora, cuando ya no existía la posibilidad de cometer la más mínima falta. Por ello, a partir del siglo doce comienza a llamársela "Sacramento de la Extremaunción", por ser la última de las unciones que imparte la Iglesia.

Esta mentalidad creada en torno a este sacramento hizo que los cristianos lo olvidaran en la práctica y no valoraran su recepción.

Será en el siglo dieciséis, con el Concilio de Trento, que se vuelve hacia la tradición de los primeros siglos, reconociendo que el sacramento era: "Para que la fe salve al enfermo; para que el Señor lo alivie y para que se le perdonen los pecados." Ya no se le considera como sacramento de los moribundos.

El Concilio Vaticano II recoge la doctrina del Concilio de Trento e introduce algunas modificaciones accidentales: "Se prefiere llamarlo Unción de los enfermos".

Una de las últimas reformas que ha vivido el sacramento, ha sido con la Constitución Apostólica firmada por Pablo VI, en 1972. Por su importancia, la vamos a reproducir.

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA "SACRAM UNCTIONEM INFIRMORUM".

"La Sagrada Unción de los enfermos, tal como lo reconoce y enseña la Iglesia católica, es uno de los siete sacramentos del Nuevo Testamento, instituido por Jesucristo nuestro Señor "esbozado ya en el Evangelio de Marcos (Mc. 6,13), recomendado a los fieles y promulgado por el Apóstol Santiago, hermano del Señor:

¿Está enfermo alguno entre vosotros? Mande llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él y lo unjan con el óleo en el nombre del Señor; y la oración de la fe salvará al enfermo y el Señor lo aliviará y los pecados que hubiere cometido le serán perdonados: Stg. 5, 14-1 5. (Concilio de Trento. Sesión 14).

Testimonios sobre la Unción de los enfermos se encuentran desde tiempos antiguos en la Tradición de la Iglesia, especialmente en la Liturgia, tanto en oriente como en occidente. En este sentido se pueden recordar de manera particular la carta de nuestro predecesor Inocencio I a Decio, obispo de Gubbio y el texto de la venerable oración usada para bendecir el óleo de los enfermos: "Envía, Señor, tu Espíritu Santo Paráclito", que fue introducido en la plegaria eucarística y se conserva aún en el Pontifical Romano.

A lo largo de los siglos se fueron determinando en la tradición litúrgica con mayor precisión, aunque no de modo uniforme, las partes del cuerpo del enfermo que debían ser ungidas con el santo óleo y se fueron añadiendo distintas fórmulas para acompañar las unciones con la oración, tal como se encuentran en los libros rituales de las diversas iglesias. Sin embargo, en la Iglesia Romana prevaleció desde la edad media la costumbre de ungir a los enfermos en los órganos de los sentidos, usando la fórmula: "Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia te perdone el Señor todos los pecados que has cometido" adaptada a cada uno de los sentidos.

La doctrina acerca de la santa Unción se expone también en los documentos de los Concilios ecuménicos, a saber, el Concilio de Florencia, sobre todo el de Trento y el Vaticano II..

El Concilio de Florencia describió los elementos esenciales de la Unción de los enfermos, el Concilio de Trento declaró su institución divina y examinó a fondo todo lo que se dice en la carta de Santiago acerca de la Santa Unción, especialmente lo que se refiere a la realidad y a los efectos del sacramento: "tal realidad es la gracia del Espíritu Santo, cuya unción limpia los pecados, si es que aún quedan algunos por expiar, y las reliquias del pecado, alivia y conforta el alma del enfermo, suscitando en él gran confianza en la divina misericordia, con lo cual el enfermo, confortado de este modo, sobrelleva mejor los sufrimientos y el peso de la enfermedad, resiste más fácilmente las tentaciones del demonio "que le acechan al calcañar" (Gen. 3, 15) y consigue tal vez la salud del cuerpo si fuera conveniente a la salud del alma". El mismo santo Sínodo proclamó además que las palabras del apóstol indican con bastante claridad que "esta unción se ha de administrar a los enfermos y, sobre todo, a aquellos que se encuentran en tan grave peligro que parecen estar ya en fin de vida, por lo cual es también llamado sacramento de los moribundos". Finalmente, por lo que se refiere al ministropropio declaró que éste es el presbítero.

Por su parte el Concilio Vaticano II ha dicho ulteriormente: "La Extremaunción" que puede llamarse también y más propiamente "Unción de los enfermos", no es sólo el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida. Por tanto, el tiempo oportuno para recibirlo empieza cuando el cristiano comienza a estar en peligro de muerte por enfermedad o por vejez". Por lo demás, que el uso de este sacramento sea motivo de solicitud para toda la Iglesia, lo demuestran estas palabras: "Con la sagrada Unción de los enfermos y la oración de los presbíteros, toda la Iglesia encomienda los enfermos al Señor paciente y glorioso, para que los alivie y los salve (Stg. 5, 14-16), e incluso los exhorta a que, asociándose voluntariamente a la pasión y a la muerte de Cristo (Am 8, 17; Col. 1,24; 2 Tim 2, 11-12), contribuyan así al bien del pueblo de Dios".

Todos estos elementos debían tenerse muy en cuenta al revisar el rito de la santa Unción, con el fin de que lo susceptible de ser cambiado se adapte mejor a las condiciones de los tiempos actuales.

Hemos pensado, pues cambiar la fórmula sacramental de manera que, haciendo referencia a las palabras de Santiago, se expresen más claramente los efectos sacramentales.

Como por otra parte el aceite de oliva, prescrito hasta el presente para la validez del sacramento, falta totalmente en algunas regiones o es difícil de conseguirlo, hemos establecido, a petición de numerosos obispos, que en adelante pueda ser utilizado también, según las circunstancias, otro tipo de aceite, con tal de que sea obtenido de plantas, ya que éste se asemeja más al aceite de oliva.

En cuanto al número de unciones y a los miembros que deben ser ungidos, hemos creído oportuno proceder a una simplificación del rito actual.

Por lo cual, dado que esta revisión atañe a ciertos aspectos, al mismo rito sacramental, establecemos con nuestra autoridad apostólica que en adelante se observe en el rito latino como sigue:

El sacramento de la Unción de los enfermos se administra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva o, según las circunstancias, con otro aceite de plantas debidamente bendecido, y pronunciando una sola vez estas palabras:

"Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. R/. Amén. Para que libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en la enfermedad. R/. Amén."

Sin embargo, en caso de necesidad, es suficiente hacer una sola unción en la frente o por razón de las particulares condiciones del enfermo, en otra parte más apropiada del cuerpo, pronunciando íntegramente la fórmula.

Este sacramento puede ser repetido, si el enfermo que ha recibido la Unción se ha restablecido y después ha recaído de nuevo en la enfermedad, o también durante la misma enfermedad si el peligro se hace más serio.

......................................................

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 30 de noviembre de 1972. Año X de nuestro Pontificado. Paulus PP VI".

Es bueno, también, meditar sobre la actual bendición del óleo para la administración del Sacramento de la Unción, que emplea el Obispo durante la misa Crismal. Nos da luz sobre el verdadero sentido de este sacramento, lo cual nos mostrará la necesidad e importancia del mismo.

OREMOS:

"Señor Dios, Padre de todo consuelo, que has querido sanar las dolencias de los enfermos por medio de tu Hijo: escucha con amor la oración de nuestra fe y derrama desde el cielo tu Espíritu Santo Paráclito sobre este óleo.

Tú que has hecho que el leño verde del olivo produzca aceite abundante para vigor de nuestras fuerzas, enriquece con tu bendición este óleo, para que cuantos sean ungidos con él, sientan en cuerpo y alma tu divina protección y experimenten alivio en sus enfermedades y dolores. Que por tu acción, Señor, este aceite sea para nosotros, óleo santo, en nombre de Jesucristo nuestro Señor que vive y reina por los siglos de los siglos." Amén.



ASPECTOS PRINCIPALES DEL SACRAMENTO.

Queremos resaltar algunos aspectos del sacramento, conforme al nuevo ritual.

1. El sacramento mira al hombre integral. Dios quiere la salud completa del hombre y en este sacramento, al mismo tiempo que confiere la gracia, perdona los pecados y da fuerza en las tentaciones, se pide al Señor que experimenten en su cuerpo, alivio en sus enfermedades y dolores.
2. Se ve claro con lo que antecede, que el sacramento no es de moribundos. Es un sacramento para vivir; para que el hombre, al mismo tiempo que recupera la gracia, recupere la salud y pueda servir al Señor con alegría. Si muchos de nuestros enfermos conociesen la virtud de este sacramento, no cabe duda que al mismo tiempo que acuden al médico, acudirían al sacerdote para que les administre el sacramento de la Unción.
3. Un detalle muy importante que se ha introducido en el nuevo ritual del sacramento, es: pedir y reclamar de los enfermos su participación en la pasión y muerte de Cristo. Si el enfermo se acerca a la pasión de Cristo, sus propios dolores quedan mitigados al compartir con Cristo los mutuos sufrimientos. Si a nivel humano, cuando nosotros nos abrimos a otra persona contándole todo lo que nos pasa, parece que se nos van la mitad de nuestros sufrimientos, con mucha más fuerza y eficacia sentimos mejoría cuando participamos de la pasión de Cristo. La experiencia lo está proclamando cada día.
4. Al ser un sacramento para vivir, se puede administrar a quienes comienzan a estar en peligro de enfermedad o vejez. Además, se puede repetir, si el enfermo se cura y vuelve a la vida ordinaria. Igualmente se puede repetir el sacramento durante la misma enfermedad, si el peligro se hace más serio.

LA UNCIÓN COMO SACRAMENTAL.

Nos vemos obligados a copiar del P. Darío Betancourt ("Fuentes de Sanación) unos párrafos referentes a la Unción como sacramental, práctica bastante olvidada, conforme a lo que él nos confiesa, y que podría ser un medio, a mano, de alivio y sanación de enfermos.

El Sr. Obispo Luis Ma.. Estrada, administrador apostólico de Izabal (Guatemala) comenta: "Muchos sacerdotes católicos no se han percatado de que existe una bendición especial para el aceite, que no es ningún sacramento, sino más bien se trata de una bendición para aceite que se bendice precisamente para el uso diario de sanación, y que las personas puedan entonces llevar consigo a casa y usar para orar unos por otros. Al igual que el agua bendita, cuya intención es para uso diario, nos recuerda el agua del bautismo, así también este aceite, un sacramental, nos recuerda el sacramento de la Unción. Obsérvese que en la oración de bendición se habla de: "aquellos que van a usar este aceite", y asume que ellos serán distintos al sacerdote que bendice el aceite.

Los católicos podríamos recobrar la herencia de orar por los enfermos, redescubriendo algunos de los medios que existen a mano. Medios similares que han sido descubiertos a través del estudio profundo de la epístola de Santiago y otros textos que hacen referencia a la sanación. Todo lo que necesitamos los católicos es una sólida instrucción en esta materia. Que los sacerdotes aprendan acerca de esta oración del antiguo Ritual Romano, e! cual pueden utilizar para luego instruir bien y con sana doctrina a los seglares, cómo usar el aceite y cómo orar por los miembros de sus familias, amistades y vecinos en forma sencilla.

Hay muchas otras bendiciones en las cuales se bendicen objetos para fines de sanación y que proceden de Ordenes y Congregaciones religiosas. En los Hechos de los Apóstoles leemos que Dios obraba por medio de San Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos. (Hech. 19, 11-12).

La bendición del aceite para sanación está reservada al obispo o al sacerdote. Su uso como sacramental se extiende indistintamente al obispo, sacerdotes, religiosos, religiosas y los laicos. La bendición de este aceite se encuentra en el Ritual Romano, Tit. VIII Cap. XIX.

Bendición del aceite.

* Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.

* Que hizo el cielo y la tierra.

Oleo, criatura de Dios, yo expulso fuera de ti al Demonio, por Dios Padre todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que ellos contienen. Que el poder del adversario, las legiones del Diablo y todos los ataques y maquinaciones de Satanás sean dispersadas y llevadas lejos de esta criatura aceite; que traiga salud al alma de todos los que lo usan, en el nombre de Dios Padre todo poderoso, de nuestro Señor Jesucristo su Hijo y del Espíritu Santo, el abogado, así como en el Amor del mismo Jesucristo, Nuestro Señor, quien ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y al mundo por el fuego.

* Señor, escucha nuestra oración.
* Y llegue a ti nuestro clamor.

- El Señor esté con vosotros,

- Y con tu espíritu.

Oremos:

Señor, Dios todopoderoso, a quien venera el coro de los ángeles en el cielo y cuyo servicio celestial reconocemos; dígnate mirar favorablemente y bendecir, y santificar esta criatura aceite, el cual por tu poder ha sido prensado del jugo de las olivas. Tú lo has ordenado para la unción de los enfermos, a fin de que, al ser sanados, te puedan dar gracias a ti, el Dios vivo y verdadero. Concede, te rogamos, que aquellos que vayan a usar este óleo, el cual estamos bendiciendo en tu nombre, sean liberados de todo sufrimiento, de toda enfermedad y de todas las astucias del enemigo. Permite que sea un medio para alejar del hombre, hecho a tu imagen y redimido por la preciosa Sangre de tu Hijo, toda clase de adversidad, a fin de que él nunca vuelva a sufrir el aguijón de la antigua serpiente. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

(Se asperje con agua bendita).

Da lástima que valores como éste hayan caído en el olvido y no sean aprovechados cuando tenemos tantas necesidades.

No se trata de restar importancia al sacramento de la Unción de los enfermos, cuyo valor estamos apreciando mejor ahora, sino de beneficiarnos también con este aceite bendito en el ministerio de sanación, tanto interior como Corporal.

Cuando usamos el aceite como sacramental en el ministerio de sanación, no estamos haciendo ritos de sabor mágico, ni mucho menos; lo hacemos porque tenemos fe en el poder de Dios que se manifiesta también a través de esa unción sobre la cual se ha invocado la fuerza y la acción del Espíritu del Señor."

Que el Señor bendiga este trabajo, haciendo que todos valoremos cada día más el Sacramento de la Unción y le tengamos el mayor aprecio, tal como corresponde. Igualmente que sepamos aprovecharnos de la Unción como sacramental, ya que el mismo, lo tenemos a nuestra disposición como medio para evangelizar.

No olvidemos que en la práctica de nuestra religiosidad necesitamos mucha dosis de fe, sin la cual nos quedamos inertes y sin vida espiritual. Si, al menos, por condicionamientos de sanación, podemos incitar a nuestros hermanos a desarrollar su fe religiosa, sería bien empleado el reavivar la práctica del Sacramento de la Unción y la Unción sacramental.

ORACION POR LOS ENFERMOS DE CUERPO ENTERO

ORACION POR LOS ENFERMOS DE CUERPO ENTERO

Jesús sabemos que tú estás presente en el santísimo sacramento del altar con tu cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Bendito y adorado sea el sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús.

-Te alabamos y bendecimos quisiste tener una mamá para que te diera su cuerpo y su sangre para que tú la derramaras por nosotros. Gracias Jesús.

-Y como María queremos abandonarnos a tu voluntad, para que en tus manos de alfarero divino reconviertas nuestra vasija en una obra de arte para ti.

-Aquí estoy Jesús tal y como soy, tal vez humillado, tal vez perseguido, incomprendido, calumniado, alegre, triste, enfermo, sea como sea mi estado te digo “Señor hágase en mí según tu Palabra”

Tú eres Cristo Jesús Salvador de mi historia presente pasada y futura, ven a caminar por ellas y bendícelas.

-Tú curaste a los leprosos, cura mi lepra espiritual, producida por mi pecado, pecado de soberbia, debilidad o ignorancia, arrogancia que fueron los que originaron en mi enfermedad.

Clávalos Cruz y unge mis heridas con tu bendita sangre.

-Tú que abriste los oídos a los sordos, cura y libérame del espíritu de ceguera que no me permite verte para poder alabarte y bendecirte, ni me permite ver las necesidades de mis hermanos.

-Tú que sanaste a los epilépticos y a los mudos, libérame de los espíritus de epilepsia y mudez que me impiden expresarme y transmitir tu palabra con sabiduría, prudencia, claridad, afecto y firmeza.

-Tú que hiciste caminar a los paralíticos, libérame del espíritu de parálisis s que me impiden moverme y me dejan postrado largo tiempo haciéndome perder la alegría y no sé donde debo ir para cumplir tu voluntad, y no me dejan caminar para evangelizar.

-Tú que resucitaste a los muertos, resucita las áreas de mi vida y de mi historia que están marchitas, agonizantes o muertas. Resucita mi matrimonio, mi trabajo, mis relaciones familiares, con mis hermanos de grupo, resucita mi corazón que murió al amor, o a mis sentimientos que mataron, o dejaron herido y no puedo amar más.


-Tú que liberaste a los poseídos por el espíritu del mal, libérame de toda influencia maligna, a mi persona, a mi familia, a mi entorno, y cólmame de tu espíritu santo para que rotas las cadenas que me atan pueda reflejar tu gloria a través de tu obra.

-Tú Señor que sanaste a tus discípulos del miedo que los mantenía encerrados, libérame de toda clase de miedos, al agua, a la gente, a las multitudes, a Dios, a las alturas, a la enfermedad, al dolor, a la muerte, a la soledad a los lugares cerrados. Libérame a mí y toda mi familia.

Señor tú que abriste el Mar Rojo, ábreme los caminos en mi trabajo, en mis decisiones, en las dudas que me atormentan, en la oscuridad de mi camino de fe.
Libérame a mí y a toda mi familia..

Tú que entregaste la bendición a Abrahán, Jacob e Isaac, bendice hoy a toda mi generación Señor. A todos mis antepasados, a las generaciones presentes y futuras.

Libéranos de los odios, muertes, suicidios, enfermedades mentales, cualquier tipo de brujerías, magia negra, tarot, ciencias ocultas, maldiciones, etc. y de todo aquello que pudiera estar atado y que me estuviera produciendo un continuo sufrimiento, desesperación, depresión etc.

Yo renuncio en nombre de Jesucristo a todos los caminos del mal, negatividad y falta de amor.

Te pedimos que nos liberes del espíritu de blasfemia que tuvieron mis antepasados y que aún me salpican a mí y a mis generaciones futuras.

-Te pido Señor que traigas a mi mente cualquier actitud negativa arraigada profundamente de dolor odio, remordimiento, desgracia, suicidio, alcoholismo malos tratos, o cualquier tipo de vicio.

Te pedimos que sean sanadas y liberadas por el misterio de tu presencia Real en la eucaristía.

Gracias Señor. Envíanos a tus santos ángeles y arcángeles para que nos guíen a lo largo del camino a mí y a mi familia. Amén.

Testimonio: Como el Señor libera a través del Sacramento de la Reconciliación.

http://diocesisdecordoba.org.mx/images/noticias/320x240/478_1.jpg


Gabriela Padron Gamboa - Como el Señor libera a través del Sacramento de la Reconciliación.

Pais: mexico

Testimonio: Hace cuatro años tuve mi encuentro personal con Jesús, mi vida era totalmente diferente a lo que hoy en día vivo pues anteriormente vivía une vida doble, para mi familia era una persona responsable y llena de triunfo pero en realidad mi verdadera vida era un caos pues yo bebía demasiado y a consecuencia de esta vida en el vicio me llevo a conocer otras personas con mi mismo vicio y que a demás veían películas pornográficas y sostenían relaciones sexuales fuera del matrimonio y clandestinamente con cualquier persona. Al rolarme en este ambiente aparentemente libre y de amplio criterio resulte siendo esclava de mis bajas pasiones.

Durante tres años lleve una relación con una persona ambos nos hicimos mucho daño y lo peor de todo es que Yo deseaba salir de esta situación pues en mi trabajo y en mi casa comenzaba a tener comportamientos "extraños" anormales deseaba de todo corazón cambiar pero no podía cada vez que intentaba cortar con esta vida algo dentro de mi se oponía y caía horriblemente, era una tremenda opresión lo que Yo sentía.

Un día me invitaron a un retiro abierto en el centro de convenciones y fui casi obligada por mi mamá, bueno no recuerdo nada lo único que recuerdo es que el predicador hablo del sacramento de la reconciliación y de como Jesús libera a través de este sacramento. Al día siguiente Yo tenia que irme al extranjero (pues pensaba que era la única forma de alejarme de mi misma y comenzar de nuevo), pero Jesús tenia otro plan, en otra ciudad sin amigos, ni siquiera hablaban español, en esta soledad Yo sentí como Jesús me amaba sentía muchos deseos de beber y otras cosas pero había en mi corazón una fuerza que me impulsaba a solo pensar que Jesús me amaba y solo eso me bastaba para que mis deseos se calmaran o ya no sentía tantos deseos. Dure en el extranjero un año por cuestiones de trabajo, pero al volver busque reconciliarme con Jesús y fue en este sacramento donde me sentí profundamente amada y aceptada por Jesús, posteriormente asistí a un curso de evangelización y comprendí que necesitaba ayuda de mis hermanos de comunidad pues me sentía libre pero continuamente tenia ataques, mis hermanos de comunidad me ayudaron y después de varios meses de en los cuales hicimos oración y ayunos el ministerio de discernimiento en conjunto con los ministerios de sanidad e intercesión oraron por mi, he de decir que fueron varias veces estas oraciones, recuerdo que fueron catorce meses de de continua oración.

Hoy en día pertenezco a una pequeña comunidad y sirvo en los ministerios de enseñanza y discernimiento el Señor me ha regalado varios carismas, pero lo mas importante es que Jesús me liberó y sanó todo mi ser, hasta mi cuerpo pues como consecuencia del alcohol padecía de dispepsia y actualmente estoy completamente sana. Jesús me ama tanto que actualmente llevo una relación de noviazgo muy sano y puro y el próximo verano pensamos contraer matrimonio.

Gloria a Dios.

Oracion SALVE

http://fundacioncatolicasantosangeles.org/oraciones/ORACIONCOTIDIANAPARAOBTENERLAPROTECCIONDELAREINADELOSSANTOSANGELES.png

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve,
a ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima!
¡Oh piadosa!
¡Oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios,

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

¡Amén!

¡La castidad me resulta difícil! ¡Ayúdeme!

http://www.berriozar.es/upload/imgs/juventud/jovenes.jpg
 
¡La castidad me resulta difícil! ¡Ayúdeme!

Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.
 
Pregunta:

Hola Padre: Gracias por sus anteriores mensajes; me están ayudando mucho. Quisiera que usted me aconsejara algo para poder adquirir la castidad, porque verdaderamente me cuesta bastante, y hay momentos en que me resulta muy difícil. Le agradezco lo que pueda hacer por mí. Ed.
Respuesta:

Estimado Ed.:

Lo importante es que sepas que la castidad es posible. También es muy importante que te des cuenta que la castidad es 'parte' de un conjunto de virtudes que deben ir juntas. Quien busca sólo la castidad no la encontrará. Es necesario que practiques o te esfuerces por adquirir no sólo la castidad sino también la mortificación (en tus miradas, conversaciones), que tengas vida de oración (trata de rezar el Rosario o una parte de él cada día), que seas devoto de la Eucaristía y de la Virgen Santísima, que frecuentes una vez por semana o cada dos semanas el sacramento de la confesión, y sobre todo que te alejes de las ocasiones de pecado.

También puede ser útil ayudar este trabajo con ciertas actividades de orden humano: deporte, buenos amigos, tener el tiempo ocupado para que el ocio no se nos convierta en ocasión de pecado.

Cuida mucho lo que ves por televisión y lo que lees.

Y prontamente la castidad comenzará a ser algo más fácil para ti.

Enseñale a tus hijos a comer de forma saludable

http://2.fimagenes.com/i/5/6/7f/220_49529_3440186_828202.jpg

 Enseñale a tus hijos a comer de forma saludable

Una buena dieta es una de las mejores formas de mantenernos saludables y en forma. Si queremos que nuestros hijos lleven una correcta alimentación durante su adultez debemos educarlos desde sus primeros años. Sin dudas, las comidas en familia son la oportunidad perfecta para desarrollar en nuestros hijos una actitud saludable y una correcta alimentación.

Procura planear al menos una comida en familia todos los días. Si no pueden almorzar todos juntos por lo menos intenta que se reunan durante el desayuno o para la cena. Un punto básico es asegurarnos de que nuestra familia se está alimentando de forma nutritiva (nada mejor que el ejemplo para enseñarles a alimentarse de forma saludable).

Si tu hijo sufre de sobrepeso procura preparar comidas saludables para toda la familia y no únicamente para él. Así crearás un ambiente positivo y de apoyo. Además, intenta realizar las comidas en horarios regulares. De esa forma evitarás que los chicos terminen comiendo snacks poco saludables y ricos en calorías.

Enseña a tus hijos a comer en la cocina o en el comedor. En lo posible, no frente a la computadora o la televisión. Además. procura no restringerle la comida. Esto puede conducir a que el niño se sienta castigado o rechazado. Cualquier dieta restrictiva debe estar bajo la orientación de un profesional de la salud. ¡Tampoco utilices comida para premiar, consolar o castigarlo!

Anima a tu pequeño a comer lentamente. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar invitalo a que coloque el tenedor en la mesa entre bocado y bocado. Además, intenta que no trague un bocado antes de terminar con el primero. Si al terminar tu hijo quiere repetir el plato hazlo esperar durante cinco minutos para comprobar que todavía tiene hambre. Ten en cuenta que el segundo plato no debe ser más de la mitad del primero.

Sin dudas, seguir estas sugerencias es una excelente manera de educarlos para que en el futuro lleven una buena alimentación.