Wednesday, December 9, 2015

Dios Siempre Escucha y Concede..



Evangelio: 

Mt 15, 21-28 Después que Jesús salió de allí, se retiró a la región de Tiro y Sidón. En esto una mujer cananea, venida de aquellos contornos, se puso a gritar:
         —¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija está poseída cruelmente por el demonio.
         Pero él no le respondió palabra. Entonces, se le acercaron sus discípulos para rogarle:
         —Atiéndela y que se vaya, porque viene gritando detrás de nosotros.
         Él respondió:
         —No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
         Ella, no obstante, se acercó y se postró ante él diciendo:
         —¡Señor, ayúdame!
         Él le respondió:
         —No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos.
         Pero ella dijo:
         —Es verdad, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
         Entonces Jesús le respondió:
         —¡Mujer, qué grande es tu fe! Que sea como tú quieres.
         Y su hija quedó sana en aquel instante.

Dios siempre escucha y concede


        Se nos manifiesta a través de estos versículos del Evangelio según San Mateo que Dios desea el bien de los hombres y su felicidad. De hecho, todo verdadero bien humano nos acaba produciendo sea grata impresión de plenitud que llamamos felicidad. Esos bienes que también cuestan... El dolor, el cansancio, el trabajo... pueden estar unidos a bienes para los hombres y, entonces, ese dolor que se sufre y podría empañar la felicidad, es compatible con ella. No hay que tener miedo a sufrir si es por el bien. En nuestra condición, sucede y no pocas más veces, que los mayores bienes son arduos.

        Aquella mujer padece considerablemente por su hija y acude a Jesús con confianza. Con confianza, con humildad y, a la vez, con urgencia. Apurada, diríamos, por la necesidad. Pero a Jesús le concede lo que pide aunque la mujer se haya acordado de Él sólo a impulsos de su desdicha. De sobra conoce Jesucristo la penuria humana hasta para lo que puede parecer puramente terreno. Por eso es tan duro vivir sin Dios, y más cuando somos conscientes de lo que somos y podemos: de la felicidad que nos puede colmar ya en esta vida.

        Sin embargo, el Señor parece resistirse. ¿Acaso no le preocupa el problemas de esa madre? Sin duda que se siente conmovido desde el primer instante. No olvidemos la ternura que demuestra con los niños; cómo reprocha a los que impiden que se le acerquen aquella actitud. Jesús hizo suyos de inmediato el dolor de la madre y el padecimiento de la hija y no podía sino remediarlos. Sin embargo, parece resistirse.

        Pero ese modo de negarse de Cristo es ocasión de grandeza para la madre. Ya había manifestado su fe y su humildad con sólo dirigirse a Jesús con aquella audacia y sencillez. Ahora argumenta con ingenio. Pone –diríamos– todos los medios humanos a su alcance, como manifestación de verdadero interés y de su seguridad en el poder de Cristo. Toda una lección para nosotros que pensamos, en ocasiones, haber hecho ya bastante con sólo intentarlo una vez y tal vez con menos empeño del posible. Cuando se trata de hacer el bien y en la medida en que es más necesario, únicamente es manifestación de auténtico deseo agotar todas las posibilidades humanas y sobrenaturales.

        Un buen criterio es poner todos los medios humanos como si no existieran los sobrenaturales y, simultáneamente, todos los medios sobrenaturales como si no existieran los humanos. Hacer todo lo posible y encomendarnos al Señor con fuerza y confianza. Dios, Creador nuestro, nos ha otorgado, junto a la inteligencia, una serie de cualidades personales, que podemos desplegar en hacer el bien y agradarle. Junto a esos talentos Él mismo se nos ofrece. Disponemos de su ayuda poderosa que, como buen Padre, no nos sabe negar. No interpretaremos por eso jamás que Dios no nos escucha, que no quiere ayudarnos. Él siempre quiere y hace en cada caso lo mejor para sus hijos. En ocasiones algo distinto de lo que pensamos –es Dios infinitamente sabio y poderoso–, con lo que nos brinda la ocasión de someter nuestra inteligencia humana a su absoluto saber: sólo así, aceptando esa natural limitación personal, le reconocemos en la práctica como Dios: la primera condición para el crecimiento en santidad.

        La buena madre cananea, que persevera siguiendo al Señor sin recibir respuesta de Él, no se escandaliza ni se revela menospreciando la bondad o el poder de Jesucristo: insiste. Persevera en su súplica como quien, apoyada sólo en la bondad gratuita de Dios y sin derecho propio, confía indudable en obtener el bien que desea. Muestra así su convencimiento, su fe, en que, a pesar de la aparente indiferencia, Cristo es, sin embargo, infinitamente poderoso y bueno. Nos enseña a no juzgar nunca a Dios. Y san Josemaría apunta:

        La primera condición de la oración es la perseverancia; la segunda, la humildad.
         —Sé santamente tozudo, con confianza. Piensa que el Señor, cuando le pedimos algo importante, quizá quiere la súplica de muchos años. ¡Insiste!..., pero insiste siempre con más confianza.

        Aunque experimentemos que no nos cumple Dios los deseos de nuestras reiteradas súplicas, Él siempre sabe más. Posiblemente desea otorgarnos el mérito sobrenatural y trascendente de corresponder a la fe: tesoro indudablemente más valioso que lo que pedimos.

        Bienaventurada porque has creído, alaba Isabel a María. La Madre de Dios es por excelencia la que confía en el Señor. Le pedimos que nos enseñe a sus hijos a creer, para ser así, como Ella, un consuelo para Dios en el mundo.

        María, Maestra de oración –recuerda san Josemaría–. —Mira cómo pide a su Hijo, en Caná. Y cómo insiste, sin desanimarse, con perseverancia. —Y cómo logra.

Friday, November 20, 2015

ORACIÓN PARA VENCER LA INFIDELIDAD



Señor Jesús, hoy llego delante de Ti, reconociendo que soy un pecador, hoy llego delante de Ti. 

Señor, reconociendo que no soy digno de que entres a mi vida, porque me he equivocado, porque  he pecado y Tú eres  limpio,  Tú eres puro, Señor.  Sin embargo, a pesar de estas equivocaciones que he cometido a lo largo de mi vida.   Quiero en este instante Señor, reconocer que no me han hecho feliz. Al contrario, en silencio siento tristeza por el mal que he realizado  a los otros, especialmente, por el mal provocado a mi pareja y a toda familia

 Tantas equivocaciones, tantas fallas, tanto pecado me han convertido en una persona triste. Dios no quiero volver a fallar, no quiero volver a ser infiel, dame fuerza para perseverar en ésta decisión que tomo desde ahora Señor. Por eso en este momento te pido que me ayudes a  renovar mi vida. Hazme tuyo, Señor. Quiero ser una persona distinta  para Ti. Reconozco que me había equivocado por pensar que de esta manera iba a ser reconocido y valorado.

Te pido perdón por las veces  que, a través de mis actos de infidelidad he  jugado con los sentimientos de las personas que han creído en mis palabras. Te pido perdón por las veces que  por causa de mi infidelidad, he  provocado tristeza  a mi pareja matrimonial. Te pido perdón por las veces que, por mis actos de infidelidad he provocado miseria  y ruina a mi familia.  Desde  hoy,  delante de Ti,  asumo el compromiso de  serle  fiel a mi pareja. 

Desde hoy asumo el compromiso de reorientar  mi vida. Desde  hoy asumo el compromiso de recuperar el tiempo perdido  y hacer lo que sea necesario para recuperar su confianza. Sé que contigo lo puedo lograr Señor porque me perdonas, porque me amas y sobre todo, porque quieres hacer de mí una persona nueva.  

Gracias por ayudarme a comprender que  el más grande tesoro que me has regalado es mi familia y que debo luchar y trabajar por ella, para que esté unida  siempre. Amén.

Thursday, November 12, 2015

Consejo Saludables: Rosa de Jamaica Reduce la Presión Arterial en Hipertensos



Dra. Gloriana Navarro S, Nutricionista.

Actualmente, tanto a nivel mundial como en nuestro país, la hipertensión arterial ha ido en aumento con el pasar de los años, poniendo en riesgo nuestra salud y aumentando el riesgo de muerte. En Costa Rica, la prevalencia de esta enfermedad, es de 25,6%, según la encuesta Multinacional de Diabetes e Hipertensión del 2004.


Comúnmente se habla, de remedios naturales ya sean hierbas, alimentos o bebidas, para tratar diversos síntomas o enfermedades. La rosa o flor de Jamaica, ha sido estudiada ampliamente; ya que, se ha visto que tiende a controlar la presión arterial en aquellas personas, que padecen de presión alta.


Esto se debe a que, esta bebida posee componentes activos llamados fitoquímicos, los cuáles son sustancias o nutrientes, que tienen efectos positivos en la salud y se encuentran naturalmente en las plantas. La rosa de Jamaica, posee específicamente antocianinas, llamadas cianidina y delfinidina, las cuáles son responsables de bajar la presión arterial.


En nuestro país, se realizó una investigación llevada a cabo por dos nutricionistas, la Dra. Gloriana Navarro Sánchez y Dra. Stephanie López Piñate; en dónde se buscó un remedio natural, que ayudara a bajar la presión en personas hipertensas, que sirviera de complemento al tratamiento farmacólogico que reciben estos pacientes.


Las personas que participaron, debían seguir su estilo de vida como de costumbre; sin embargo, debían tomar todas las mañanas en ayunas, un vaso de agua con 10 gramos de flor de Jamaica que habían dejado reposando la noche anterior, diluida en 240 mililitros, sin azúcar; y su presión arterial fue medida con regularidad para evaluar los posibles cambios antes, durante y después de la intervención.


Además, a diferencia de los estudios que sirvieron de referencia, este proyecto tomó en cuenta el tratamiento farmacológico, y aún así se pudo ver que la rosa de Jamaica, causa una disminución de la presión arterial, que los medicamentos por si solos no habían logrado. Esto se ajusta a la realidad, ya que lo más probable, es que las personas hipertensas continúen con sus medicamentos antihipertensivos, y con esto, se pudo demostrar que la bebida tiene el mismo efecto positivo en la presión arterial.


Se encontró que, sí existe un beneficio al tomar rosa de Jamaica como método complementario de tratamiento para el control de la presión arterial, ya que redujo la presión arterial de forma significativa, a pesar de que se estaban tomando medicamentos antihipertensivos también durante el estudio.


Se logró una reducción promedio de la presión arterial de 8 a 10mmHg; esto es bastante significativo, ya que se dice que una reducción de 5-6mmHg, disminuye la mortalidad por enfermedad cerebrovascular en 35–40% y  enfermedad isquémica del corazón 15-20%. Además, la C.C.S.S, se impuso como meta, lograr una presión arterial menor de 140/90 mmHg en pacientes hipertensos; por lo que este estudio brinda un aporte importante a la salud de la población costarricense.


La rosa de Jamaica es una bebida de fácil acceso económico, es agradable al gusto, no tiene efectos secundarios de cuidado para la salud, es de fácil consumo, benefició a la muestra en reducir más de 5 mmHg; lo cual, a la vez, trae consigo un gran beneficio a la salud de los pacientes


A pesar de los resultados tan significativos que se obtuvieron, las nutricionistas recomiendan acompañar la toma de rosa de Jamaica, con una alimentación saludable, balanceada y apropiada para personas hipertensas, así como consultar con su médico y nutricionista acerca del tratamiento farmacológico que están recibiendo y la rosa de Jamaica.

Thursday, November 5, 2015

Milagros Eucaristicos: Una Hostia se Transforma en un Trocito de Corazón Vivo.


En 1996 se produjo el llamado Milagro Eucarístico de Buenos Aires, donde una hostia se transformó en carne y sangre. Informado el cardenal Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, ordenó tomar fotos y una intensa investigación de laboratorio y por el Dr. Castañón, cuyo testimonio se puede ver en el video.

Es de destacar que desde principios de mayo de 2015 la página de la Parroquia de Buenos Aires donde se produjo el Milagro Eucarístico fue hackeada por musulmanes.

milagro-eucaristico-de-buenos-aires-

Los estudios mostraron que era una parte del ventrículo izquierdo del músculo del corazón, de una persona de aproximadamente 30 años, sangre grupo AB y que había sufrido mucho al morir, con seguridad maltratado y golpeado. Los científicos que hicieron el estudio no sabían que era una hostia, se lo dijeron luego de los análisis y quedaron asombrados, pues tiene glóbulos rojos, glóbulos blancos, y células palpitando y latiendo, al clavarle una jeringa salía sangre.


LOS ANTECEDENTES

Previo al suceso de 1996 hubo en la Parroquia de Santa María del barrio de Almagro de Buenos Aires antecedentes; esto es lo que dice oficialmente la parroquia Santa María:

Mayo 1992

Después de la Misa del viernes 1 de mayo, al hacer la reserva  del Santísimo Sacramento, el ministro de la Eucaristía  encontró dos trozos de Hostia sobre el corporal del Sagrario.  Consultado el sacerdote, le indicó que los colocara en un  recipiente con agua en el Sagrario(una de las formas  habituales para esperar que se disuelvan y luego poder  purificar).
En los días siguientes, algunos sacerdotes miraban  para ver si ya se habían disuelto, sin observar cambios. Siete  días más tarde, el viernes 8 de mayo, encontraron que las formas tenían un color rojizo, con  apariencia de sangre.
edificio iglesia santa maria1
El domingo  siguiente, 10 de mayo, durante las dos  Misas vespertinas, se observaron unas  gotitas de sangre en las patenas con las  que los sacerdotes distribuían la  Comunión.

Julio 1994

El domingo 24, durante la Misa con  niños, cuando el ministro de la  Eucaristía retiraba el copón del Sagrario,  al destaparlo, vio una gota de sangre  que corría por la pared interna del  mismo.

Agosto 1996

En la Misa de las Fiestas Patronales de la  Asunción de la Santísima Virgen,  nuevamente se tuvo que poner una Hostia en un recipiente con agua para su disolución.
Unos días más tarde, el 26, una ministra de Eucaristía, al hacer la reserva  del Santísimo Sacramento, encontró que la forma se había  vuelto carne.
La hostia que ha sido estudiada por orden del cardenal Bergoglio, y es venerada públicamente en la parroquia
custoria con la hostia

UNA HOSTIA CONSAGRADA SE CONVIERTE EN CARNE Y SANGRE

A las siete de la tarde el 18 de agosto de 1996, el P. Alejandro Pezet decía la santa misa en la iglesia católica en la Iglesia Santa María del Barrio de Almagro, de Buenos Aires. Cuando estaba terminando la distribución de la Sagrada Comunión, una mujer se acercó para decirle que había encontrado una hostia descartada en un candelabro en la parte posterior de la iglesia.
Al ir al lugar indicado, el P. Alejandro vio la hostia profanada. Puesto que él era incapaz de consumirla, la colocó en un recipiente con agua y lo guardó en el sagrario de la capilla del Santísimo Sacramento.
El lunes, 26 de agosto, al abrirse el sagrario, vieron con asombro que la hostia se había convertido en una sustancia sanguinolenta. El párroco informó al cardenal Jorge Bergoglio, quien dio instrucciones para que la hostia fuera fotografiada de manera profesional.
bergoglio y hostia
Las fotos fueron tomadas el 6 de septiembre. Muestran claramente que la hostia, que se había convertido en un trozo de carne ensangrentada, había aumentado considerablemente de tamaño.

ANÁLISIS CLÍNICOS

Por varios años la Hostia se mantuvo en el tabernáculo, y todo el asunto en un secreto estricto. Dado que la hostia no sufrió descomposición visible, el cardenal Bergoglio decidió hacerla analizar científicamente.
Una muestra del tejido fue enviada a un laboratorio en Buenos Aires. El laboratorio reportó el hallazgo de células humanas rojas y blancas de sangre y de tejido de un corazón humano.
El laboratorio informó además de que la muestra de tejido parecía estar aún con vida, ya que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.

VIAJA EL DR. CASTAÑÓN

Tres años más tarde, en 1999, el Dr. Ricardo Castañón Gómez fue contactado para realizar algunas pruebas adicionales.
El 5 de octubre de 1999, en presencia de representantes del Cardenal Bergoglio, el Dr. Castañón tomó una muestra del fragmento ensangrentado y lo envió a Nueva York para su análisis. Puesto que él no deseaba perjudicar el estudio, a propósito no informó al equipo de científicos de su procedencia.
El laboratorio informó de que la muestra recibida era de tejido muscular de corazón humano vivo.
relicario enfocado con linterna

ANÁLISIS DE UN CARDIÓLOGO FAMOSO

Cinco años más tarde, en 2004, el Dr. Gómez se contactó con el Dr. Frederick Zugibe y le pidió evaluar una muestra de prueba, una vez más sin decirle nada acerca de la muestra o de su origen.
El Dr. Frederic Zugibe, un cardiólogo reconocido y patólogo forense, determinó que la sustancia analizada era de carne y sangre que contiene el ADN humano.
Zugibe declaró que,
“el material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. Este músculo es responsable de la contracción del corazón. Hay que tener en cuenta que el ventrículo cardíaco izquierdo bombea sangre a todas las partes del cuerpo. El músculo cardíaco está en una condición inflamatoria y contiene un gran número de células blancas de la sangre. Esto indica que el corazón estaba vivo en el momento en que se tomó la muestra. Mi argumento es que el corazón estaba vivo, ya que las células blancas de la sangre mueren fuera de un organismo vivo. Él requiere de un organismo vivo para mantenerlo. Por lo tanto, su presencia indica que el corazón estaba vivo cuando se tomó la muestra. Lo que es más, estas células blancas de la sangre habían penetrado el tejido, lo que indica, además, que el corazón había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho“.

SORPRESA DEL CARDIÓLOGO AL SABER LA PROCEDENCIA DEL TEJIDO

Dos australianos, el periodista Mike Willesee y el abogado Ron Tesoriero, fueron testigos de estas pruebas. Sabiendo de donde la muestra había venido, estaban estupefactos por el testimonio del Dr. Zugibe.
Mike Willesee preguntó al científico cuánto tiempo las células blancas de la sangre se habrían mantenido con vida si hubieran venido de un pedazo de tejido humano, que se hubiera mantenido en el agua. Ellas habrían dejado de existir en cuestión de minutos, respondió el Dr. Zugibe.
El periodista le dijo entonces al médico que la fuente de la muestra había sido un principio dejada en agua corriente durante un mes y luego por otros tres años en un recipiente con agua destilada, y sólo entonces había sido tomada la muestra para el análisis.
Dr. Zugibe dijo que no había manera de explicar científicamente este hecho. Sólo entonces Mike Willesee informó al Dr. Zugiba que la muestra analizada provino de una hostia consagrada (pan blanco, sin levadura) que se había vuelto misteriosamente en carne humana con sangre.
Sorprendido por esta información, el Dr. Zugibe respondió:
“cómo y por qué una hostia consagrada puede cambiar su carácter y convertirse en carne viva y sangre humana seguirá siendo un misterio inexplicable para la ciencia, un misterio totalmente fuera de mi competencia“.
Fuente: Foros de la Virgen Maria.

Wednesday, October 28, 2015

Oración de San Patricio

Me levanto hoy

Por medio de poderosa fuerza,

la invocación de la Trinidad,

Por medio de creer en sus Tres Personas,

Por medio de confesar la Unidad,

Del Creador de la Creación.

 

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,

Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,

Por medio de la fuerza de Su resurrección y ascención,

Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.

 

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza del amor de Querubines,

En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,

En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,

En oraciones de Patriarcas,En palabras de Profetas,

En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,

En obras de hombres de bien.

 

Me levanto hoy

Por medio del poder del cielo:

Luz del sol,

Esplendor del fuego,

Rapidez del rayo,

Ligereza del viento,

Profundidad de los mares,

Estabilidad de la tierra,

Firmeza de la roca.

 

Me levanto hoy

Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:

Poder de Dios que me sostiene,

Sabiduría de Dios que me guía,

Mirada de Dios que me vigila,

Oído de Dios que me escucha,

Palabra de Dios que habla por mí,

Mano de Dios que me guarda,

Sendero de Dios tendido frente a mí,

Escudo de Dios que me protege,

Legiones de Dios para salvarme

De trampas del demonio,

De tentaciones de vicios,

De cualquiera que me desee mal,

Lejanos y cercanos,

Solos o en multitud.

 

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,

Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,

Contra conjuros de falsos profetas,

Contra las negras leyes de los paganos,

Contra las falsas leyes de los herejes,

Contra obras y fetiches de idolatría,

Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,

Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.

 

Cristo escúdame hoy

Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,

Contra sofocación, Contra heridas,

De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.

 

Cristo conmigo,

Cristo frente a mí,

Cristo tras de mí,

Cristo en mí, Cristo a mi diestra,

Cristo a mi siniestra,

Cristo al descansar,

Cristo al levantar,

Cristo en cada ojo que me mira,

Cristo en cada oído que me escucha.

 

Me levanto hoy

Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,

Por medio de creer en sus Tres Personas,

Por medio de confesar la Unidad,

Del Creador de la Creación.

Amén.

Tuesday, October 13, 2015

Aparición del 13 de Octubre de 1917


LA APARICIÓN DEL 13 DE OCTUBRE DE 1017
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA



Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones. Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba el encino.

En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.

"¿Qué quieres de mi?"

Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.

"Si, Si"

"¿Me dirás tu nombre?"

Yo soy la Señora del Rosario

"Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?"

Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!

" ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?"

No hay nada más.

Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.

"¡Miren el sol!"

En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.

Después que la Virgen se desapareció en la inmensa distancia del filmamento, vimos San José y al Niño Jesús que parecían estar bendiciendo el mundo, ya que hacían la señal de la cruz con sus manos. Un poco después cuando esta aparición terminó vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, me parece que era lo Dolorosa. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo al igual que lo había hecho San José. Esta aparición también desapareció y vi a Nuestra Señora una vez más, parecida a nuestra Señora del Carmen (Sólo Lucia vio la última aparición, anticipando su entrada al Carmelo unos años después.

Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco. Sin embargo a Lucía nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova, antes de dejar Fátima para ir a un internado de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios.

Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol. Entre los testigos estaban los siguientes:

O Seculo (un periódico de Lisboa por gobierno y anticlerical.

Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado ya que no querían vencer el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjo un gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores más cercanos gritas: ¡un milagro! ¡un milagro!

Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos tenían la cabeza descubierta, y que buscaban ansiosamente algo en el cielo, el sol temblaba, hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las layes cósmicas – el sol "danzaba" de acuerdo a las expresiones típicas de la gente.

Había un viejecito parado en las escaleras de un ómnibus con su rostro volteado hacía el sol que recitaba el credo en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos. Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro.

La gente se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima. Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.

O Dia (otro diario de Lisboa, edición 17 de octubre de 1917)

" A la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla que se tornó en una lámina de plata que se rompió cuando las nubes se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar y moverse en el circulo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso…..

La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos, las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra. La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado. Los segundos parecían como horas, así de intensos eran.

Ti Marto (padre de Jacinta y Francisco)

Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía titilar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mi era que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.

María Capelinha (una de las primeras creyentes)

El transformó todo de diferentes colores – amarillo, azul y blanco, entonces se sacudió y tembló, parecía una rueda de fuego que caía sobre la gente. Empezaron a gritar "¡nos va ha matar a todos!", otros clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto de contrición. Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta, diciendo que había hecho esto y aquello….

Cuando al fin el sol dejó de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aun estabamos vivos, y el milagro predicho por los niños fue visto por todos.

Yo estaba mirando hacia el lugar de las apariciones, esperando serena y fríamente que algo sucediera, y con una curiosidad en descenso por que había pasado mucho tiempo sin que sucediera nada que me llamara la atención, entonces escuche miles de voces gritar y vi que la multitud de pronto se voltio, hacia el lado contrario, sus espaldas en contra del sitio donde yo tenía dirigida mi atención y miré al cielo del lado opuesto.

La hora legal era cerca de las 2 de la tarde, alrededor del medio día solar. EL sol unos momentos antes había aparecido entre unas nubes, las cuales lo ocultaban y brillaba clara e intensamente. Yo me volví hacia el magneto que parecía atraer todas las miradas y lo vi como un disco con un aro claramente marcado, luminoso y resplandeciente, pero que no hacía daño a los ojos. No estoy de acuerdo con la comparación que escuchado han hecho en Fátima y la de un pesado disco plateado. Era un color más claro rico y resplandeciente que tenía algo del brillo de una perla. No se parecía en nada a la luna en una noche clara porque al uno verlo y sentirlo parecía un cuerpo vivo. No era una esfera como la luna ni tenía el mismo color o matiz. Perecía como una rueda de cristal hacha de la madre de todas las perlas. No se podía confundir con el sol visto a través de la neblina (por que no había neblina en ese momento), porque no era opaca, difusa ni cubierta con un velo. En Fátima daba luz y calor y aparentaba un claro cofre con un arco bien difundido.

Fuente: www.ewtn.com

Saturday, October 10, 2015

Papa Francisco Responde a los que Dicen «Yo me Confieso sólo con Dios»



PAPA FRANCISCO RESPONDE A LOS QUE DICEN:
YO ME CONFIESO CON DIOS 


Cuando yo voy a confesarme, es para sanarme: sanarme el alma, sanarme el corazón por algo que hice que no está bien  


El Papa francisco, en su catequesis realizada el 19 de Abril de 2014 en la Plaza de San Pedro ha explicado la importancia y la necesidad del Sacramento de la Reconciliación (confesión); y en su reflexión, respondió a los que erradamente piensan en la idea de que "Yo me confieso solamente con Dios". A continuación la reflexión y explicación del Santo Padre


A través de los Sacramentos de la iniciación cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, el hombre recibe la vida nueva en Cristo. Ahora, esta vida, nosotros la llevamos en vasijas de barro, estamos todavía sometidos a la tentación, al sufrimiento, a la muerte y, a causa del pecado, podemos incluso perder la nueva vida. Por esto, el Señor Jesús, ha querido que la Iglesia continúe su obra de salvación también hacia sus propios miembros, en particular, con el Sacramento de la Reconciliación y el de la Unción de los enfermos, que pueden estar unidos bajo el nombre de “Sacramentos de sanación”.



El sacramento de la reconciliación (confesión) es un sacramento de sanación.



Cuando yo voy a confesarme, es para sanarme: sanarme el alma, sanarme el corazón por algo que hice no está bien. El ícono bíblico que los representa mejor, en su profundo vínculo, es el episodio del perdón y de la curación del paralítico, donde el Señor Jesús se revela al mismo tiempo médico de las almas y de los cuerpos (Mc 2,1-12 / Mt 9,1-8; Lc 5,17-26)



1.- El Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación (Confesión), brota directamente del misterio pascual. En efecto, la misma tarde de Pascua el Señor se apareció a los discípulos, encerrados en el cenáculo, y luego de haberles dirigido el saludo “¡Paz a ustedes!”, sopló sobre ellos y les dijo: "Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen" (Jn. 20,21-23) Este pasaje nos revela la dinámica más profunda que está contenida en este Sacramento. Sobre todo, el hecho que el perdón de nuestros pecados no es algo que podemos darnos nosotros mismos: yo no puedo decir: "Yo me perdono los pecados"; el perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos perdón a Jesús.



El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino es un regalo, es don del Espíritu Santo, que nos colma de la abundancia de la misericordia y la gracia que brota incesantemente del corazón abierto del Cristo crucificado y resucitado. En segundo lugar, nos recuerda que sólo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en paz. Y ésto lo hemos sentido todos, en el corazón, cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza. Y cuando sentimos el perdón de Jesús, ¡estamos en paz! Con aquella paz del alma tan bella, que sólo Jesús puede dar, ¡sólo Él!



2.- En el tiempo, la celebración de este Sacramento ha pasado de una forma pública (porque al inicio se hacía públicamente) ha pasado de esta forma pública a aquella personal, a aquella forma reservada de la Confesión. Pero esto no debe hacer perder la matriz eclesial, que constituye el contexto vital. En efecto, es la comunidad cristiana el lugar en el cual se hace presente el Espíritu, el cual renueva los corazones en el amor de Dios y hace de todos los hermanos una sola cosa, en Cristo Jesús. He aquí por qué no basta pedir perdón al Señor en la propia mente y en el propio corazón, sino que es necesario confesar humildemente y confiadamente los propios pecados al ministro de la Iglesia.


En la celebración de este Sacramento, el sacerdote no representa solamente a Dios, sino a toda la comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él, que lo alienta y lo acompaña en el camino de conversión y de maduración humana y cristiana.


¿Confesarse directamente con Dios?



Alguno puede decir: “Yo me confieso solamente con Dios”. Sí, tú puedes decir a Dios: “Perdóname”, y decirle tus pecados. Pero nuestros pecados son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del sacerdote. “Pero, padre, ¡me da vergüenza!”. También la vergüenza es buena, es ‘salud’ tener un poco de vergüenza. Porque cuando una persona no tiene vergüenza, en mi País decimos que es un ‘senza vergogna’ un ‘sinvergüenza’. La vergüenza también nos hace bien, nos hace más humildes. Y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios, perdona.



También desde el punto de vista humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y decirle al sacerdote estas cosas, que pesan tanto en mi corazón: uno siente que se desahoga ante Dios, con la Iglesia y con el hermano. Por eso, no tengan miedo de la Confesión. Uno, cuando está en la fila para confesarse siente todas estas cosas, también la vergüenza, pero luego, cuando termina la confesión sale libre, grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo hermoso de la Confesión.



Quisiera preguntarles, pero no respondan en voz alta ¿eh?, cada uno se responda en su corazón: ¿cuándo ha sido la última vez que te has confesado? Cada uno piense. ¿Dos días, dos semanas, dos años, veinte años, cuarenta años? Cada uno haga la cuenta, y cada uno se diga a sí mismo: ¿cuándo ha sido la última vez que yo me he confesado? Y si ha pasado mucho tiempo, ¡no pierdas ni un día más! Ve hacia delante, que el sacerdote será bueno. Está Jesús, allí, ¿eh? Y Jesús es más bueno que los curas, y Jesús te recibe. Te recibe con tanto amor. Sé valiente, y adelante con la Confesión.



Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos aquella bella, bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo. Tanta culpa había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a hablar y a pedir perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo una fiesta! Y yo les digo, ¿eh? ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino. Que el Señor los bendiga”.



-Papa Francisco, 

Audiencia general Plaza de San Pedro, 19 de febrero de 2014


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Redacción: PildorasdeFe.net | Fuente de la homilía: Radio Vaticana

Tuesday, September 29, 2015

ORACIÓN DE SANACIÓN POR UN NIÑO ENFERMO (P. José Luis Aguilar)




"Fue, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea donde había convertido el agua en vino. Había en Cafarnaúm un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo. Cuando oyó aquel que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a él y le rogó que descendiera y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir.

Entonces Jesús le dijo: Si no veis señales y prodigios, no creeréis. El oficial del rey le dijo: “Señor, desciende antes que mi hijo muera”. Jesús le dijo: “Vete, tu hijo vive”. El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.

Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirlo, y le informaron diciendo: “Tu hijo vive”. Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a mejorar. Le dijeron: “Ayer, a la hora séptima, se le pasó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su casa. (Jn 4, 46-53)


(Un momento de silencio para que la Palabra de Dios con su poder penetre en su corazón y se sienta movido a un acto de fe carismática: Dios Puede hacerlo otra vez)

Amado Señor, tú conoces el corazón de tus hijos y no te quedas indiferente ante el pobre que te suplica. Tú sabes lo que nos aflige el bienestar de nuestros niños, tu comprendes la preocupación de los papás ante la enfermedad de alguno de sus hijos. Vengo hoy, como el funcionario real del Evangelio, a pedirte que desciendas y sanes a nuestro niño/a (nombre con fe al niño/a enfermo por quien se está orando de manera especial y el mal que lo aqueja).

Aún desde la preocupación que nos causa su enfermedad, desde el dolor y el desconcierto, si esta enfermedad está dentro de lo que tu permites, aceptamos este momento como ocasión de purificación, de abandono en tus manos, de ofrecimiento generoso de nuestras vidas. Aceptamos este momento como una ocasión para unirnos desde el sufrimiento a los dolores de Cristo por la salvación del mundo (Colosenses 1, 24) (Tómese unos minutos y, en calma, que su corazón se una a lo que acaba de decir con sus labios: "con este sufrimiento, me uno, Señor, a tu pasión...")

Ahora, Señor, a ti que quieres que tengamos vida en abundancia, te pido que por el poder del misterio de tu infancia y tu vida oculta en el hogar de Nazaret, sanes al niño/a a quien tú conoces y amas. Cuida de su cuerpito y de su alma. Pasa tu mano sanadora sobre él para que sienta tu alivio, tus cuidados y se reestablezca prontamente, según tu voluntad.

Tú, que recibiste los amorosos cuidados de María y José, consuela y reanima a su papá y a su mamá. No dejes que caigan en la desesperación, en la duda, en la depresión, sino que desde su dolor y preocupación recurran a ti como fuente de verdadera, plena, y duradera sanación del cuerpo y del alma.

Te presentamos el lugar donde se encuentra el niño, reviste ese sitio con tu fuerza y gracia. Aleja de allí todo lo que, material o espiritualmente, puedan ser un obstáculo para la pronta recuperación.

Te presentamos los profesionales médicos que atienden al niño, revístelos con tu sabiduría, ilumínalos para que logren dar con acierto en el diagnóstico y encuentren la medicación y tratamiento indicado. Tómalos como instrumentos de tu sanación.

María, madre de Jesús y madre nuestra, que con esmero y constancia, cuidabas de tu niño, mira el corazón de la madre e infúndele confianza, para que también ella, como tu, pueda ver crecer a su hijo en estatura, sabiduría y gracia, delante de Dios y de los hombres.

Querido San José, tú que fuiste el protector de la Sagrada Familia, y la defendiste de todos los peligros y hasta de la muerte segura en la persecución de Herodes, te presento al papá de esta criatura, intercede ante tu amado Hijo Jesús para que logre mantenerse fuerte aún en el dolor y la preocupación. Que logre conseguir los medios necesarios para la buena atención de su hijo/a ayúdalo a no decaer y a mantenerse lúcido a la voluntad de Dios.

Señor, tu dijiste que creyéramos que ya hemos obtenido lo que te pedimos con fe en oración, ahora levanto mi voz y mis brazos para darte gracias por la salud que recibirá este niño por el poder de tu amor que escucha esta oración confiada. Reconocemos que ya estás actuando y sanando. Como el funcionario del Evangelio, nosotros también reconoceremos que es en este mismo momento que estas restableciendo salud y bienestar. Te alabo en fe. Te reconozco Señor y Salvador de nuestras vidas, sin ti estamos perdidos. Te amamos Señor y reconocemos tu grandeza. A ti la gloria por los siglos sin fin. Amén.

(Padrenuestro, Ave María, Gloria)