Sunday, October 9, 2022

RECUPERAR LA GRATITUD - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2022


 RECUPERAR LA GRATITUD

Se ha dicho que la gratitud está desapareciendo del «paisaje afectivo» de la vida moderna. El conocido ensayista José Antonio Marina recordaba recientemente que el paso de Nietzsche, Freud y Marx nos ha dejado sumidos en una «cultura de la sospecha» que hace difícil el agradecimiento.

Se desconfía del gesto realizado por pura generosidad. Según el profesor, «se ha hecho dogma de fe que nadie da nada gratis y que toda intención aparentemente buena oculta una impostura». Es fácil entonces considerar la gratitud como «un sentimiento de bobos, de equivocados o de esclavos».

No sé si esta actitud está tan generalizada. Pero sí es cierto que, en nuestra «civilización mercantilista», cada vez hay menos lugar para lo gratuito. Todo se intercambia, se presta, se debe o se exige. En este clima social la gratitud desaparece. Cada cual tiene lo que se merece, lo que se ha ganado con su propio esfuerzo. A nadie se le regala nada.

Algo semejante puede suceder en la relación con Dios si la religión se convierte en una especie de contrato con él: «Yo te ofrezco oraciones y sacrificios y Tú me aseguras tu protección. Yo cumplo lo estipulado y Tú me recompensas». Desaparecen así de la experiencia religiosa la alabanza y la acción de gracias a Dios, fuente y origen de todo bien.

Para muchos creyentes, recuperar la gratitud puede ser el primer paso para sanar su relación con Dios. Esta alabanza agradecida no consiste primariamente en tributarle elogios ni en enumerar los dones recibidos. Lo primero es captar la grandeza de Dios y su bondad insondable. Intuir que solo se puede vivir ante Él dando gracias. Esta gratitud radical a Dios genera en la persona una forma nueva de mirarse a sí misma, de relacionarse con las cosas y de convivir con los demás.

El creyente agradecido sabe que su existencia entera es don de Dios. Las cosas que le rodean adquieren una profundidad antes ignorada; no están ahí solo como objetos que sirven para satisfacer necesidades; son signos de la gracia y la bondad del Creador. Las personas que encuentra en su camino son también regalo y gracia; a través de ellas se le ofrece la presencia invisible de Dios.

De los diez leprosos curados por Jesús, solo uno vuelve «glorificando a Dios», y solo él escucha las palabras de Jesús: «Tu fe te ha salvado». El reconocimiento gozoso y la alabanza a Dios siempre son fuente de salvación. 


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola

gruposdejesus.com

Lc (17,11-19)


Monday, May 17, 2021

ORACIONES A JESÚS SACRAMENTADO POR LOS ENFERMOS

  


Oraciones a Jesús sacramentado por los enfermos

Si tienes algún familiar en condiciones precarias de salud o algún conocido, acá tenemos para ti 2 oraciones para que con tu ayuda y la del Señor esta persona pueda sentir su alma más tranquila:


Oh Jesús:

Dale paz a quien esté en cama,

Dale fuerza a quien esté enfermo,

Dale esperanza a quien tiene cáncer,

Dale fortaleza a quien será operado,

Dale ánimo a quien siente dolor,

Dale paz al enfermo Señor.

A todos lo que no están bien de salud,

Muéstrales tu santísima misericordia,

Sánalos Señor mío,

Aleja todo mal interno

Que pueda producirles un deterioro

En su estado físico y espiritual,

Amén.




Señor mío:

Que con tu gracia divina el enfermo encuentre un lugar;

Te pedimos señor:

Que nunca falten las medicinas,

Las curas y la esperanza para quien está en cama,

Que ilumines los cuerpos de quienes están enfermos,

Que te busquen durante el día señor,

Pues en ti está la paz que tanto ellos necesitan,

Sálvanos Señor,

De todo virus o agente que pueda debilitarnos,

Permite que los enfermos se curen

Y encuentren en ti el camino hacia su sanación,

Amén.

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA CONTRA EL CORONAVIRUS

 

Tuesday, February 16, 2021

MIÉRCOLES DE CENIZA - 17 DE FEBRERO 2021

  



 ¡Miércoles 17 de febrero del 2021 empieza la Cuaresma!

No olvides ir  a imponerte la ceniza: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio"

Por: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net



El miércoles de ceniza, los buenos cristianos asisten a las iglesias a que les impongan la ceniza, al mismo tiempo que escuchan unas palabras: Arrepiéntete y cree en el Evangelio. Esas palabras explican el sentido de ese rito tan atrevido con el que da inicio la cuaresma. ¡Arrepiéntete!, se nos dice.

Hay tiempo de pecar y tiempo de convertirse. El tiempo de pecar suele ser muy largo. Todos pasamos por momentos malos, en que abandonamos el buen camino y nos adentramos en la mala vida. Incluso, podemos observar, cuando miramos hacia atrás, que hay un período en la vida en que nos hemos alejado mucho de Dios, de la Iglesia, de las buenas costumbres. Son esos días negros a los que no queremos mirar.

Pero hay también épocas buenas, en las que hemos sido capaces de hacer el bien, hemos estado en paz con Dios, con los demás y con nosotros mismos.

Si pudiéramos observar en una película nuestro mejor día vivido y nuestro peor día, nos asombraríamos de dos cosas: Primero: de cómo hemos bajado tanto. Quizá tendríamos que decir: "Nunca me imaginé que podía llegar a hacer lo que he hecho". Pero también nos asombraríamos de lo bien que nos hemos portado en nuestro mejor día; de tal forma que si todos los días de nuestra vida hubieran sido como ese día, podríamos ser contados entre los hombres verdaderamente buenos y honrados de este mundo.

De aquí podemos sacar la siguiente conclusión: el hombre puede, si se esfuerza, subir mucho, mejorar; o, por el contrario, bajar, corromperse, destruirse. El ser humano puede llegar a ser un ángel o un demonio.

Se cuenta que a la hora de buscar a un personaje que representara a Cristo en una película, eligieron a un joven que, por su vida y costumbres reflejadas en el rostro, parecía ser el más idóneo. Al pasar el tiempo se trató de buscar a alguien que representara el papel de Judas, y después de mucho buscar, encontraron por fin a un hombre que, por la expresión de su cara parecía el más acertado. Era el mismo hombre que un día representó el papel de Cristo. ¿Tanto había cambiado...?

En la cuaresma se nos invita a un cambio. Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos. Es un tiempo de gracia en que Dios nos ofrece su perdón con especial generosidad.

Aún sabiendo que lo tenemos que hacer, preferimos seguir lo mismo, dejando para más adelante esa conversión, ese cambio de vida que nos cuesta tanto.

Un hombre dejó hasta los 31 años su cambio. Una vez cuando sus compañeros decían: "vamos a cambiar la vida, pero más adelante", el convertido les contestó: "Si alguna vez lo vas a hacer, ¿por qué no ahora?, y, si no lo haces ahora ¿por qué dices que lo harás más adelante? ¿Podrás? ¿Querrás hacerlo? ¿Tendrás tiempo?"

También de él es esta frase significativa: "Teme a Dios que pasa y que no vuelve". Dios suele pasar una y varias veces por nuestra vida, pero no tiene obligación de volver a pasar. Por eso decía respetuosamente aquél, que primero no tenía ningún miedo ni respeto: "Teme a Dios que pasa y que puede no volver a pasar en tu vida".

IMÁGENES DE CUARESMA 2021 A COLORES Y EN BLANCO Y NEGRO PARA COLOREAR - DISEÑO FANO

  










































Thursday, May 28, 2020

Oración de Consagración al Espíritu Santo


Consagración al Espíritu Santo



Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén


(Rezar un Padrenuestro por las intenciones del Sumo Pontífice)

Secuencia de Pentecostés


Secuencia de Pentecostés





Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Tuesday, January 23, 2018

Oración a la Santisima Trinidad Para Casos Dificiles y Urgentes



Santísima Trinidad, Dios Trino y Uno,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, principio y fin nuestro,
postrado delante de Ti te rindo homenaje:

¡bendita y alabada sea la Santísima Trinidad!;
a Ti, Trinidad Santísima sea todo honor, 
gloria y alabanza por toda la eternidad,
de todo corazón creo en Ti y tu fiel devoto deseo ser,
yo ....... acudo a Ti con entera confianza
para pedirte me vea siempre libre del mal
así como de todas las adversidades y peligros,
y en mis necesidades, te ruego, me otorgues tu favor.

Padre del Cielo, Jesús Buen Pastor, Espíritu Santo,
os suplico por la intercesión y merecimiento
de la Santísima Virgen María,
me deis vuestra ayuda, guía y protección
en todos los asuntos y preocupaciones de mi vida.

Gloria a Ti Dios Padre, fuente de bondad y eterna sabiduría,
de ti procede la vida, de ti nos viene el amor,
haz que todo momento obre con rectitud y prudencia
para gozar de los bienes y consuelos que me envías;
acuérdate que soy tu hijo-a,
y apiádate de mis padecimientos, de mis necesidades
y concédeme asistencia en esta difícil situación:

(pedir con mucha fe lo que se desea conseguir).

Gracias Padre misericordioso por estar ahí.

Gloria a Ti Dios Hijo del Padre Celestial
en cuyo Sagrado Corazón mi alma encuentra refugio,
enséñame a imitar fielmente tu vida y tus virtudes,
dame firmeza y constancia para cumplir tus enseñanzas
y haz que practique más a menudo obras de caridad,
no me abandones en las luchas diarias,
líbrame de los lazos que me tienda el enemigo,
aléjame y protégeme de toda adversidad que me perturbe
y concédeme tu milagrosa ayuda en este problema:

(repetir la petición con gran esperanza).

Gracias mi buen Jesús por estar a mi lado
en los momentos de desesperanza y angustia.

Gloria a Ti Espíritu Santo, claridad que todo lo ilumina,
y que eres el gozo, la armonía y la alegría de la creación,
haz que sea siempre dócil a tus divinas inspiraciones
dame paz, dame auxilio en mis carencias y problemas
y concédeme tu ayuda para que pueda alcanzar
lo que en estos momentos tanta falta me hace:

(repetir confiadamente lo que se desea obtener).

Gracias Espíritu Divino de Amor por auxiliarme
cuando todo está oscuro y necesito Luz.

Madre y Reina mía, Señora de los Cielos
Tú que estar tan cerca de la Santísima Trinidad
ruega por mí y mis actuales problemas y carencias,
sé Tú mi abogada y media para que mi suplica sea atendida, 
haz que obtenga el milagro que tanto preciso en mi vida.

Gracias mi amada Madre, bendita Virgen María,
por tan ser comprensiva y atender siempre nuestras demandas.

Divina Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
concédeme tu clemencia, concédeme tu bondad
y dame pronta solución en mis tristezas y angustias.

Por Qué Debemos Orar a Dios?



 ¿A quién oramos?

Antes que podamos contestar, “por qué oramos”, debemos saber a quién oramos. Existe sólo un Creador supremo y Dios soberano. Hay un solo camino hacia Él y es a través de Su único Hijo Jesucristo. Dios, nuestro Padre Celestial, es el único que podemos estar seguros que escucha y responde a nuestras oraciones. El es el Dios de amor asombroso, misericordia, y perdón.

Por Él todas las cosas son posibles. Jesús dice en Marcos 10:27 ”Para los hombres es imposible, mas para Dios no, porque todas las cosas son posibles para Dios”
Daniel 9:18 nos dice: “... no elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias sino en tus muchas misericordias.” (Misericordia significa demostrar favor, compasión y bondad)
La mayor demostración del Dios de amor es el perdón de los pecados que cada uno de nosotros ha cometido. “Por que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su único Hijo para que todo aquél que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios Su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por Él” (Juan 3:16-17)
Por qué Debemos Orar - ¿Para qué oramos?
La oración es la llave al corazón de Dios. La oración es el único medio para lograr una relación real y personal con Dios.

Orar reconociendo que Él es Dios, y que tú aceptas Su regalo gratuito, Jesucristo como tu Señor y Salvador (Génesis 17:1, Romanos 6:16-18)
Orar confesando nuestros pecados y aceptando Su perdón (Romanos 3:23-26)
Orar para que Su voluntad sea hecha en nuestras vidas, que Su Espíritu Santo nos guíe y que seamos llenos con todo lo que Dios tiene para nosotros.
Orar pidiendo entendimiento espiritual y sabiduría (Proverbios 2:6-8; 3:5)
Orar con agradecimiento por todas las formas que Él nos bendice. (Filipenses 4:6)
Orar cuando estamos enfermos, solos, en pruebas o intercediendo por otros (Santiago 5:14-16, 2 Corintios 12:9-10)
Orar para adorarle (Salmos 95:6-7)
No existe nada por lo cual no podamos orar. Hay abundantes referencias en la Biblia acerca de la oración. La Biblia nos dice que “oremos sin cesar” y que “en todo demos gracias al Señor”. Cuando decidimos tener una actitud positiva, nos damos cuenta de que hemos recibido muchas bendiciones de parte de Dios por las cuales debemos alabarle. 

Alcanzamos intimidad con Dios cuando nos comunicamos con Él a través de la oración. Vamos a Él con fe, sabiendo que Él escucha y responde a todas nuestras oraciones (1 Juan 5:14). Confía que Dios conoce y desea lo que es mejor para nosotros; así que pídele que Su voluntad sea hecha en todo lo que buscamos de Él, dale gracias por ello, aún cuando todavía no haya sucedido.
Por qué Debemos Orar - ¿Cómo oramos?
Jesús les dio a sus discípulos, lo que llamamos “El Padre Nuestro” (Mateo 6) como modelo.

Además, Hebreos 4:14-16 nos dice que podemos orar con osadía "Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos. Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado. Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno." 

Sobre todo, oremos con sinceridad, honor y humildad ante el Dios Todopoderoso. “La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago 5:16)

Tuesday, November 28, 2017

NO TENGO GANAS DE ORAR!


NO TENGO GANAS DE ORAR


Frecuentemente, querido amigo, no tengo ganas de orar. Si he de ser sincero, debo confesar que estas veces son más numerosas que las otras. Me ha ocurrido también el sentirme extraño, nervioso, disipado, fastidiado hasta de encontrarme con las personas, en cumplir un favor prometido, y por si fuera poco, encontrar un amigo que me va y me cuenta las consecuencias de su úlcera... ¿Orar? No quiero ni pensarlo. ¿Quién tiene ganas de orar? 

Después de vagabundear un poco, he entrado en una iglesia sin demasiada convicción, con el propósito de salir cuanto antes de allí; no tenía ganas de orar.

He realizado un esfuerzo inmenso para permanecer arrodillado en el banco durante cinco minutos; experimentaba un malestar indecible.

Al fin, para despedirme, en un clima de sinceridad, dije con toda franqueza: "Señor, no tengo ganas de orar, es inútil insistir, excúsame, me voy... dejémoslo para una ocasión más propicia..."

Lo repetí una vez más y luego otra y otra, al final perdí la cuenta... pues bien, salí de la iglesia al cabo de una hora. Estaba distensionado, sereno, contento como en raras ocasiones. Reconciliado conmigo mismo y con todos los inoportunos de este mundo.

Por eso te digo, querido amigo: si esperas para orar hasta que tengas ganas, estás perdido. Debes tener el coraje para orar incluso cuando no tengas ganas. Sobre todo en ese momento, "todo es gracia"... introdúcete por el corredor oscuro de la desgana, sigue adelante aunque tengas la impresión de que no llegarás nunca a la luz. Sigue adelante aunque te sientas frío, árido, seco y vacío. A fuerza de insistir, el túnel oscuro desembocará en un espectáculo de luz resplandeciente.

Di al Señor, cuando te encuentres delante de Él, todo lo que sientas, todo lo que lleves dentro, lo que te preocupa y lo que te alegra. Y si estás fastidiado, díselo también, que Él comprende todo, entiende mejor que tú el estado de ánimo que llevas. Más todavía, Él te dará lo que necesitas para comunicarte mejor, Él te enviara su Espíritu sin el cual no podemos decir "¡Padre!". Déjate amar por Él. Quédate un momento en silencio. No te desconcierte ni desaliente que a veces el Señor parece también guardar silencio.

Es preciso creer que Dios está presente en las largas noches, en los días negros, para tomarte de la mano y guiar tus pasos por sus sendas. Cuando digas "no tengo ganas de orar" es precisamente el momento oportuno... es cuando Dios actúa, por lo que es preciso, es urgente, que no esperes más; es el "tiempo favorable" para iniciar un encuentro con quien siempre te espera, con el Padre que continuamente piensa en ti y se hace el encontradizo para demostrarte su amor.

¿No has visto nunca en la montaña ciertas flores que nacen en las oscuras hendiduras de las rocas? 
La oración más espontánea puede despuntar después de una larga preparación de aridez, después de momentos de desolación.

En cada uno de nosotros hay un niño que lloriquea: "no tengo ganas..." Pero hay, asímismo, un adulto que suplica: "No te preocupes. Ora como si las tuvieras". 

¡Cuando las ganas decrecen, es el momento en el que debes tener el coraje de orar! 

Monday, November 27, 2017

Oración de Protección Frente a Todo Mal




La oración de protección es la plegaria en la que clamamos al señor para que nos asista, y proteja. Ya sea frente a las amenazas, frente al mal, los enemigos, o bien cuando queremos proteger a un familiar, nuestros hijos o amigos.

Esta oración de protección, es importante ofrecérsela a Dios para que nos asista y nos de su apoyo. Pues el Señor protege a sus fieles, que mantienen su fe en él y no reniegan de su fe. Si crees que algún familiar, amigo o vecino tuyo puede necesitar el apoyo de Dios para que le proteja, reza. No dudes en realizar estas oraciones varias veces al día.

¿Por qué rezar una oración protectora?

Una de las cosas por las que más oramos a Dios es por la seguridad de nuestros seres amados y por la nuestra propia. Esta suplica se eleva al cielo cada día y siempre con la misma fe con la que la hemos venido haciendo.

Sin embargo, a veces más que un ruego deseamos emitir una plegaria que además de protegernos de los peligros terrenales, también sirva como escudo para los daños espirituales.

A continuación, las oraciones para la protección que nos permitirán salvaguardar aquello que deseamos:

Una plegaria para la protección

Oh gloriosísimo Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de rebeldes espíritus infernales.

Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza.

Que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor.

Que en tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte. Para que defendidos por tu poder de infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.

Amén