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Thursday, September 29, 2016
Sunday, July 24, 2016
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Consagración al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén
(Rezar un Padrenuestro por las intenciones del Sumo Pontífice)
EL BAMBÚ JAPONES
EL BAMBÚ JAPONÉS
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tuesday, July 5, 2016
Una Sencilla pero Poderosa Oración de Sanación Interior
Derrama tu paz, Señor de mi vida. Dice Isaías en el capítulo 6 que Él es príncipe de paz.
Entrega al Señor tus aflicciones, preocupaciones, tus miedos, angustias, soledades, confusiones, tus amarguras y vacíos… Entrégale al Señor tus complejos, culpabilidades, tus estados de ánimos, traumas, dile: "aquí estoy delante de Ti, con mis problemas, con mis enfermedades, con todas mis situaciones"
De inmediato, busca un espacio de silencio y comienza a hacer tuyas estas palabras. Con mucha fe, pronuncia cada una de ellas, como si estuvieses mirando el rostro del Señor en estos momentos.
Oración de Sanación
Señor, sé que Tú me amas y me bendices, todos los días te alabo, te bendigo, te doy gracias porque eres grande y maravilloso, bendito seas.
En este momento quiero entregarte, darte, donarte todos mis problemas porque sé que Tú me puedes ayudar, porque sé que Tú me puedes dar la paz que necesito.
Buen Jesús, en los momentos de oscuridad ilumina mi vida, sé el sol que se asoma por mi ventana, permíteme saber hacia dónde caminar.
Te pido, amado mío, que en los momentos de tristeza me des alegría. Me entrego a Ti y te suplico que actúes en mi corazón. Tú sabes que necesito de Ti, de tu protección, de tu fortaleza. Sin Ti no soy capaz de vencer, sin Ti los problemas me vencen pero contigo todo lo puedo. Te digo Señor que Tú eres un Dios bueno, alabado y glorificado seas.
Tú conoces mis debilidades y angustias en este momento, te pido que me llenes de tu bendición. Sé que Tú, en este momento estás pasando por aquí, Tú estás llenando de paz y serenidad a todos los que en este momento rezan esta oración, gloria a tu nombre bendito por siempre.
Ven Señor a tocar mi corazón que te necesita por diferentes situaciones, hoy te necesito más que nunca en mi vida. Ven Señor en mi ayuda, ven en mi auxilio, clamo a Ti, clamo por tu protección, clamo por tu fortaleza, clamo por tu perdón. Entra a mi corazón y renuévame, quita de mí las indecisiones, la tristeza, la melancolía, todo sentimiento de fracaso, de depresión, fobias, miedos, temores… Toma Señor mi dolor, bendito seas Jesús.
Mueve tu mano sanadora en mí, mueve Señor, tu mano poderosa para sentirme fortalecido. Que pueda yo creer en Ti. A pesar de que mi vida sentimental esté pasando por momentos duros, mira la crisis de: (mi matrimonio, mi trabajo, mi hogar, mis familiares) Las cosas no salen como las espero, Señor mío. Confío en Ti, confío en tu amor, sé que sólo Tú me puedes dar lo que nadie me puede dar. Tú eres el amigo que nunca falla. Señor, transfórmame con tu poder y tu misericordia. Bendito seas Jesús, bendito sea tu Santo Nombre.
Hoy, quiero entregarte Señor, todo mi tiempo, mis emociones, mis sentimientos, mis pertenencias, mis bienes materiales, mi vida, mi enfermedad. Te entrego, Señor mío, todo, absolutamente todo lo que tengo y todo lo que soy.
Santo, Santo, Santo eres Señor, Dios del Cielo y de la tierra, digno de adoración. Bendito y alabado seas, Santo eres Tú. Gloria a Ti, Gloria y alabanza por siempre.
Quiero unirme a los coros celestiales, a todos los coros angelicales y glorificarte con todos ellos. Te quiero bendecir por toda la eternidad con mi testimonio de vida. Tuyo soy Señor, tuyo soy. Sé que tu amor se derrama en mi vida en estos momentos y estás tocando lo profundo de mi corazón, sanando toda herida, toda frustración, todo dolor. Vienes a mi vida a darme consuelo y fortalecerme con tu compañía. Ven y quédate Jesús, quédate. Amén.
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Padre Pedro José Guerra, S.E. | Publicado originalmente en PildorasdeFe.net
Monday, July 4, 2016
SALVAR EL ALMA
Salvar el alma
Pocos son los que saben que lo único realmente importante en esta vida es salvar la propia alma. Pues efectivamente si perdemos el alma, si nos perdemos para siempre en el abismo infernal, lo habremos perdido todo para siempre. En cambio, si nos salvamos, seremos felices para toda la eternidad.
Por eso tantos santos se retiraron del mundo a hacer penitencia, pues se pusieron a considerar la palabra “eternidad”, y lo que ella significa; y entendieron que según fuera su vida en este mundo, les esperaría una eternidad de dicha sin fin, o de horror sin límites.
Entonces es muy bueno que tengamos presente que lo que realmente importa en este mundo es salvar el alma. Todo lo demás es cosa secundaria, aunque parezcan problemas graves, pues todo quedará de este lado del sepulcro, en cambio nuestra alma es sempiterna y existirá ya para siempre, en uno u otro lugar: Cielo o Infierno.
Si miramos todas las cosas a la luz del más allá, sí que entenderemos mejor las cosas que pasan en este mundo, porque ¿de qué sirve una vida de placer aquí, si luego se pierde el cuerpo y el alma en el Infierno eterno? Y ¿qué terrible puede ser una vida de dolor y sufrimiento en este mundo, si pronto tendrá un final, y luego se volará al Cielo a gozar para siempre de una Felicidad inenarrable?
Las cosas del mundo y de la vida cotidiana, adquieren una nueva dimensión vistas a la luz del más allá, porque esta vida en la tierra es muy fugaz. ¡Qué locura perder la eternidad de dicha, por gozar de un miserable y carnal placer en este mundo!
Estamos a tiempo todavía de dar el valor justo a cada cosa: a nuestra alma, la mayor atención, evitando el pecado y esforzándonos para adelantar en la virtud, lo cual será una buena inversión para el futuro, para cuando nos llegue la muerte y nos presentemos ante Jesucristo Juez en el juicio particular, donde recibiremos nuestra retribución eterna.
¿Qué importa si en este mundo somos unos fracasados, o sufrimos mucho, o vivimos en las desgracias, si después de esta corta vida nos espera la alegría del Cielo? ¿Y de qué sirve que lo pasemos bien en este mundo si luego nos tragará el abismo infernal?
Por ello tenemos que mirar todas las cosas a la luz del más allá, a la luz de la fe, con los ojos de Dios, y entonces tendremos la sabiduría de los santos.
© Sitio Santísima Virgen
EN EL SILENCIO ESCUCHÉ A DIOS
En el silencio escuché a Dios
Todo empezó en el silencio de un oratorio.
Todo empezó en el silencio de un oratorio.
Aprendí a querer a Jesús desde niño. Estudié en un colegio franciscano. Las dulces monjas nos relataban anécdotas de san Francisco. Y hacían vibrar mi corazón infantil con deseos de santidad.
Frente a mi casa las Siervas de María tenían una capilla. Solía visitarla, por las mañanas antes de ir al colegio. Era la gran ilusión de mi vida. Estar con Jesús.
Al crecer estos sueños de santidad se enfriaron. Me han dicho que cuando te alejas de la luz todo lo que te queda es la oscuridad. Y yo andaba en esa oscuridad, buscando respuestas a mis inquietudes.
Me ocurrió como a san Agustín. Buscaba la verdad cuando la llevaba conmigo.
Una mañana, cansado de buscar me senté en la banca de un parque y le dije:
"Bueno, aquí estoy. Haz de mí lo que quieras. A partir de hoy mi vida es tuya. Ya no quiero más que lo que tú quieras".
Estaba extenuado.
Me sentía como Elías en el Sinaí, cuando cansado le dice a Dios que ya no puede más.
A partir de ese instante sucedieron una cantidad impresionante de hechos. Eran tantos y tan maravillosos que no pude dejar de pensar: "Una vez, es casualidad, dos veces es casualidad, veinte veces seguidas, es Dios".
Y me decidí a escribir sobre mis vivencias con Dios. Contaba con sencillez las experiencias cotidianas de un papá de 4 hijos, casado, expuesto a las vicisitudes del mundo
¿QUÉ QUIERES DE MÍ?
Sabía que Dios buscaba algo de mí, como busca algo de ti.
Había leído la vida de Sor María Romero, una santa que se acercó al Sagrario y le preguntó a Jesús: "´¿Quién soy yo?" y escuchó una voz salida del Sagrario que le respondió: "Tú eres la predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre". Y de ti, quién soy? "¡Mi amada…!"
Se me ocurrió hacer lo mismo. Fui a verlo y le pregunté: "¿Qué quieres de mí?". En medio del silencio escuché una voz interior, dulce, maravillosa, que respondía:
"Escribe. Deben saber que los amo".
Aquella experiencia me dejó marcado, pero al tiempo la olvidé, dejando que otras prioridades movieran mi vida y mis anhelos. Las experiencias con la gracia y la Providencia se multiplicaron. Era como Dios quisiera llamar mi atención. Es un Dios celoso, de nuestro amor.
Ocurrió una tarde que fui a un supermercado a buscar a mi esposa Vida. Me telefoneó que la pasara a recoger. Le había dicho a Dios: "Si quieres que escriba me lo tienes que decir directamente". Vaya que a veces nos comportamos como unos perfectos tontos.
Llegué algo cansado por el trabajo. Me bajé del auto y frente a mí una señora que no conocía me preguntó: "¿Usted es Claudio de Castro?" Sonreí amablemente y añadió: "¿Qué ocurre? ¿Po qué no está escribiendo? Escriba". Aquello me sorprendió. "No puede ser", me decía. Entré al supermercado. Aún me veo caminando por sus pasillos cuando otra señora se me acerca. "¿Usted es el que escribe en Panorama Católico?... ¿Por qué no escribe? Debe escribir". A esta altura mis dudas se habían disipado. Me quedó claro lo que debía hacer. Me acerqué a mi esposa que conversaba con una prima y ésta al verme me dijo: "Tengo algo importante que decirte". "Mensaje recibido", exclamé riendo. "Me vas a decir que escriba". Ella me miró asombrada y preguntó: "¿Cómo lo sabes?" Entonces le conté.
Esa tarde regresé a mi casa y me senté a escribir. Desde entonces no me he detenido.
No pasa un día sin que tenga una experiencia maravillosa con Dios.
Una vez un amigo me preguntó: "´¿Acaso te crees especial?" "Por supuesto", le respondí. "Como tú, soy hijo de Dios, y eso nos hace especiales a todos".
Un amigo dijo estas palabras en un programa de radio: "En mi corazón hay un sello y ese sello dice: Jesús". Me pasó igual. Jesús selló mi alma con su infinito Amor. Encontré un tesoro interminable y ahora no lo cambio por nada.
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DIEZ SECRETOS DE LA FELICIDAD
10 SECRETOS DE LA FELICIDAD
1.- La Actitud
La Felicidad es una elección que puedo hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Mis pensamientos son los que me hacen sentir feliz o desgraciado, no mis circunstancias. Sé capaz de cambiarte a ti mismo, y el mundo cambiará contigo.
Recuerda que lo único que puedes controlar en el mundo son tus pensamientos...
2.- El Cuerpo
Mis sentimientos son influenciados por mi postura. Una postura adecuada genera una disposición feliz.
Es importante también que hagas ejercicio, éste nos libera del estrés y genera la secreción de endorfinas, que hacen que nos sintamos bien. Mira siempre hacia arriba y solo podrás reír, pues no conozco a nadie que haya podido llorar en esa postura.
3.- El Momento
La felicidad no esta en los años, meses, en las semanas, ni siquiera en los días. Solo se la puede encontrar en los momentos. "Hoy es el mañana de ayer"... además la vida siempre tiene derecho a sorprendernos, así que aprende a vivir el presente sin ninguno de los traumas del pasado ni las expectativas del futuro. Recuerda que la Felicidad no es una meta, sino un trayecto. Disfruta de cada momento como si en él se combinaran tu pasado,
tu presente y tu futuro.
4.- Nuestra Propia Imagen
Debo aprender a amarme a mi mismo como soy. Creer en ti mismo da resultados. Cuanto más te conozcas, mayor será tu ventaja con respecto a los demás.
Hammarshold decía: "El camino más difícil es el camino al interior"... pero, al menos una vez en la vida, debemos recorrerlo.
5.- Las Metas
¿Sabes cuál es la diferencia entre un sueño y una meta?
Una meta es un sueño con una fecha concreta para convertirse en realidad. Un sueño es solo un sueño, algo que esta fuera de la realidad... así que atrévete a soñar,
pero atrévete también a lograr que esos sueños se hagan realidad!. "Apunta hacia la Luna, pues aunque te equivoques, llegarás a las estrellas..." Y cuando te pongas una meta difícil o creas que tienes un sueño imposible, recuerda que el éxito es solo la recompensa, pues lo que vale es el esfuerzo.
6.- El Humor
La sonrisa es muy importante para mejorar la autoestima. Cuando sonreímos, aunque no sintamos nada, nuestro cerebro lo entiende como una señal que todo va bien y manda un mensaje al sistema nervioso central para que libere una sustancia llamada beta-endorfina, que da a la mente una respuesta positiva. Dicen que una sonrisa cuesta menos que la electricidad, pero que da más luz. Además, con cada sonrisa siembras una esperanza.
7.- El Perdón
Mientras tengas resentimientos y odios, será imposible ser feliz. Lo maravilloso del perdón no es que libera al otro de su eventual culpa, sino que te libera a ti de un sufrimiento.
8.- Dar
Uno de los verdaderos secretos para ser feliz es aprender a dar, sin esperar nada a cambio. Las leyes de la energía te devolverán con creces lo que des. Si das odio, recibirás odio, pero si das amor, recibirás invariablemente amor.
Solo el que aprende a dar está en camino descubrir la verdadera felicidad.
9.- Las Relaciones
La sinergia es unir fuerzas y caminar juntos para conseguir cosas. Siempre que dos o más personas se unen en un espíritu de colaboración y respeto, la sinergia se manifiesta en forma natural. Entiende a las personas que te rodean, quiere a tus amigos como son,
sin intentar cambiarlos, porque cuando te sientas mal, el verdadero amigo estará allí para apoyarte y brindarte todo su amor. Así que cultiva tus amistades, ellas nos son gratis!. La amistad, al igual que la mayoría de los sentimientos, debe fluir de manera natural.
10.- La Fe
La fe crea confianza, nos da paz mental y libera al alma de sus dudas, las preocupaciones, la ansiedad y el miedo.
Pero no te asustes cuando dudes, pues bien decía Miguel de Unamuno: Fe que no duda es fe muerta". Dicen que el hombre llega a ser sabio cuando aprende a reír de si
mismo. Ríe, ríe alegremente... y el mundo reirá contigo.
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