La tradición y la enseñanza judía establecían que sólo Dios podía perdonar los pecados y nadie fuera de Él podía hacerlo. De hecho consideraban una blasfemia que alguien se arrogara ese derecho.
En el antiguo testamento encontramos citas que hacen referencia a lo antedicho.
2Cr 7:14 y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, rezando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo entonces los oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
Sal 103:3 El perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias.
Isa 1:18 Ahora Yavé les dice: “Vengan, para que arreglemos cuentas. Aunque sus pecados sean colorados, quedarán blancos como la nieve; aunque sean rojos como púrpura, se volverán como lana blanca.
Isa 43:25 Soy yo quien tenía que borrar tus faltas y no acordarme más de tus pecados.
Pero los judíos se encuentran con una verdad muy grande, que en ese momento no pudieron creer y que hasta el día de hoy hay muchos que no pueden asimilar.
Jesús como Hijo-Dios, los enfrentó claramente en una ocasión de la cual nos dan testimonio San Lucas y San Marcos.
Luc 5:20 Viendo Jesús la fe de estos hombres, dijo al paralítico: “Amigo, tus pecados quedan perdonados.
Luc 5:21 De inmediato los maestros de la Ley y los fariseos empezaron a pensar: “¿Cómo puede blasfemar de este modo? ¿Quién puede perdonar los pecados fuera de Dios?”
Mar 2:5 Al ver la fe de aquella gente, Jesús dijo al paralítico: “Hijo, se te perdonan tus pecados.
Mar 2:6 Estaban allí sentados algunos maestros de la Ley, y pensaron en su interior:
Mar 2:7 ¿Cómo puede decir eso? Realmente se burla de Dios. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?
No sólo para los maestros de la ley y los fariseos, sino también para nosotros solo Dios perdona los pecados, entonces como puede ser posible que una criatura de Dios como pretenden algunos pueda perdonar los pecados. En ningún lado dice la Biblia que los ángeles o los arcángeles puedan perdonar los pecados solo Dios.
Cómo puede ser posible que Jesús diga que puede perdonar los pecados si no es Dios?
Pero veamos algunas otras afirmaciones.
Jua 5:17 Pero Jesús les respondió: “Mi Padre sigue trabajando, y yo también trabajo.
Jua 5:18 Y los judíos tenían más ganas todavía de matarle, porque además de quebrantar la ley del sábado, se hacía a sí mismo igual a Dios, al llamarlo su propio Padre.
Pocos pasajes de la Biblia afirman con tanta fuerza la divinidad de Jesús como éste. Reparemos en el orden de las afirmaciones: llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose así igual a Dios.
Si Jesús es Hijo de Dios y ha salido del Padre-Dios, entonces no puede ser otra cosa que Dios. Es decir, si un oso macho se une con un oso hembra, no sale un perro, sale un oso.
Dice Juan 1:1-4
“En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz.”
En otras ediciones de la Biblia dice “el Verbo”, pero para el caso que nos ocupa resulta lo mismo Palabra o Verbo. Con esta denominación de Verbo o Palabra el evangelista se está refiriendo directamente a Jesús. Cristo es verdadera “Palabra de Dios”, la cual no es creada sino engendrada en el seno de Dios.
Esa Palabra al salir de Dios, hace que la misma sea eterna, lo que es afirmado en el versículo 1. Por la acción de la Palabra son creadas las cosas, es decir, que por el accionar de Cristo las cosas son hechas, clara alusión al primer capítulo del Génesis.
Si el Verbo o sea Cristo es creador, entonces el Verbo es Dios, ninguna creación (léase ángeles) tiene el poder de crear, solo Dios puede.
Por tanto, el Verbo de Dios, Hijo Unigénito del Padre, es en todo semejante e igual al Padre; es lo mismo que el Padre, pero no es el Padre. Por eso, como pronunciándose a sí mismo, el Padre engendró al Verbo igual en todo a sí.
El Espíritu Santo previó que habría algunos envidiosos y detractores de la gloria de Jesucristo, que proferirían sofismas para engañar a los que los oyesen, diciendo que si fue engendrado no era, y que no existía antes de ser engendrado. Y para que no pudiesen hacer alarde de ello, el Espíritu Santo dice: “En el principio era el Verbo”.
Pero dicen algunos: si es Hijo, ha nacido. Y en verdad que es así. Añaden después: si el Hijo ha nacido del Padre, el Padre es anterior al nacimiento del Hijo. La fe rechaza esto. Pero piden que expliquemos cómo ha podido el Hijo nacer del Padre para ser coetáneo de aquél de quien ha nacido; porque el hijo nace después del padre, y debe, por tanto, ser sucesor suyo.
Nadie ignora que la luz nace del fuego; digamos, pues, que el fuego es el padre de aquella luz. Y bien, en el momento que encendemos una antorcha, brota la luz al mismo tiempo que el fuego. Que aquellos que niegan la Divinidad de Cristo nos den un fuego sin luz, y entonces creeremos que el Padre pudo existir sin el Hijo.
Después de decir que el Verbo estaba con Dios, claro es que eran dos personas, aun cuando existiese una misma naturaleza en ellas. Por esto dice: “Y el Verbo era Dios”, para demostrar que así como es una misma naturaleza la del Padre y la del Hijo, así también es una misma divinidad.
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