AYUNO Y ABSTINENCIA
La Cuaresma es un período de cuarenta días reservado a la preparación de la muerte y resurrección de Jesús durante la Semana Santa.
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.
La ley del ayuno obliga a hacer una sola comida durante el día, pero no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche. La ley del ayuno obliga a todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Son días de ayuno y abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Estas mortificaciones mínimas de ayuno y abstinencia deben ser completadas por cada uno según las personales necesidades y exigencias espirituales.
La Cuaresma no es sólo tiempo de mortificación. Es, además, tiempo de retiro espiritual en el que la meditación y la oración personal deben ser intensificadas para lograr la renovación espiritual que se anhela conseguir durante este tiempo.
DECÁLOGOS CUARESMALES
LA CENIZA que Dios quiere
Que no te consideres dueño de nada, sino humilde administrador.
Que no te gloríes de tus talentos, sino que con ellos edifiques a los demás.
Que no te creas santo o te creas algo, porque santo y grande es sólo Dios
Que no te deprimas ni te acobardes, porque Dios es tu victoria.
Que aprecies el valor de las cosas sencillas.
Que valores más la calidad que la cantidad.
Que vivas el tiempo presente, sin tantos miedos y añoranzas.
Que estés abierto siempre a la esperanza.
Que ames la vida y la defiendas.
Que no temas la muerte, porque siempre es Pascua.
EL AYUNO que Dios quiere