Wednesday, November 16, 2011

¿Sabes Cuál es tu Indice de Masa Corporal o IMC?

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Índice de masa corporal o IMC

El Índice de Masa Corporal (IMC), determina, a partir de la estatura y el peso, el peso más saludable que puede tener una persona. Así, la fórmula se obtiene de una asociación entre el peso y la talla de un individuo.

Para poder calcular si una persona está por encima o por debajo de su peso considerado ideal se utiliza el IMC o Índice de Masa Corporal, también conocido como BMI (Body Mass Index) o IQ (Índice de Quetelet, nombre del matemático y astrónomo belga que desarrolló el cálculo).

¿Cómo calcular el IMC?

El cálculo es bastante sencillo. Consiste en dividir el peso -expresado en kilos-, entre la estatura -expresada en metros y elevada al cuadrado (kg/m2)-. El IMC resultante le indica si su peso es correcto en función de su estatura, o si es demasiado bajo o elevado.

El valor obtenido no es constante, sino que varía con la edad y el sexo y también depende de otros factores, como las proporciones de tejidos musculares y adiposos.

Calculo del índice de masa corporal

A continuación, observamos una tabla en la cual según el resultado obtenido podemos saber en qué fase estamos y si necesitamos una dieta o un aporte extra de calorías.

Índice de masa corporal
Índice de masa corporal
Entre 18.5 y 24.9 Peso normal
Entre 25.0 y 29.9 Sobrepeso
Entre 30.0 y 39.9 Obeso
40.0 y más Obesidad extrema

A saber sobre el IMC

- Se suele considerar como peso ideal un IMC o índice de masa corporal situado entre 18,5 y 25 (mujeres) o entre 20 y 25 (hombres).
- Si el IMC es inferior a 18,5 (mujeres) o a 20 (hombres) podría ser un indicativo fiable de que le faltan kilos o está demasiado delgado.
- En cambio, si el IMC es superior a 25 tiene muchas posibilidades de tener sobrepeso y necesitará visitar a un endocrino.
- Si el valor obtenido está por encima de 30 estamos hablando de obesidad.

Los límites del índice de masa corporal

Aunque es bastante revelador de los problemas de sobrepeso y los riesgos relacionados, el Índice de Masa Corporal no es aplicable a todo el mundo.

De hecho, no tiene en cuenta la masa muscular ni la masa ósea. Cuando los músculos pesan mucho más que la grasa, puede aparecer un IMC elevado sin que haya sobrepeso, como es el caso de algunos deportistas.

A este respecto, también hay que ser cautos con respecto a los niños, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, los enfermos y las personas de edad avanzada.

Para una precisión mayor, se debe completar con otras pruebas como la impedanciometría (que disocia masa grasa y masa dura) o la medida del espesor de los pliegues de la piel.

Thursday, November 10, 2011

Medalla Milagrosa-Catalina Laboure-Francia

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París, Francia

La Virgen María se aparece en 1830 a una joven postulante a noviciado en el convento de la Rue de Bac, iniciando una era de apariciones que permiten catalogar a los tiempos desde allí en adelante como una verdadera era Mariana universal. Se habían producido diversas apariciones en los siglos previos: la primera fue la Virgen del Pilar en España, con María aún viva en la tierra, al apóstol Santiago, y luego muchas otras en distintos lugares y momentos. Pero la cantidad e importancia de lo que ocurrió desde la Medalla Milagrosa en adelante marcaron el inicio de los tiempos de María como Capitana de sus fieles hijos enamorados.

La Hermana Catalina de Labouré había luchado muchos años, desde niña, para realizar su sueño de ingresar a un convento y consagrarse a la vida religiosa. La temprana muerte de su madre la llevó a entregar todo su amor de hija a la Madre de Dios. Enfrentó tremenda oposición de su padre, vivió humildemente y con una escasa educación, esperando con paciencia que Dios haga Su Voluntad en su vida. San Vicente de Paul obró entonces un milagro: en un sueño le marcó a Catalina el camino a seguir, sin que ella llegue a reconocer en ese momento quien era el sacerdote que le hablaba así. Después de varios años, reconoció en su llegada al convento de la Rue de Bac al patrono de la orden de las Hijas de la Caridad en un retrato: San Vicente de Paul, muerto algunos siglos antes, era el sacerdote que se había presentado en sus sueños.

Segura a partir de allí de que estaba realizando la Voluntad de Dios, Catalina vivió desde sus primeros meses en el convento la Presencia Mística de Jesús: durante la Eucaristía El se presentaba a Catalina con ornamentos de Rey, pero mostrando los agravios que el mundo le realizaba a pesar de Su Divinidad. Catalina sólo confió a su confesor sus visiones, manteniendo el secreto de las revelaciones que recibía hasta el final de su vida. Pero ella secretamente añoraba la Presencia Mística de su amadísima Madre Celestial. Ante sus insistentes ruegos, en la noche del 18 de julio de 1830 un ángel se presenta a Catalina y la conduce a ver a la Virgen María, quien se le manifiesta esplendorosa en la capilla del convento. Dialogan durante más de dos horas, y allí la Madre de Dios guía amorosamente a Catalina hacia la obra que le encomienda.

Sucesivas revelaciones le indican la necesidad de difundir una Medalla por todo el mundo. Catalina revela el pedido a su confesor, quien sin el conocimiento de Catalina lucha y logra que la Medalla se diseñe y se difunda. La impresionante cantidad de milagros que se generan a partir de allí hacen que la Medalla Milagrosa sea distribuida en millones de copias por muchos países, sin que nadie pueda conocer el nombre de la vidente que recibió tan noble encargo. Catalina, en absoluta humildad, vivió en silencio y trabajo permanente toda su vida, hasta que una muerte apacible la llevó a los brazos de su Madre Celestial por siempre. El mundo conoció entonces el nombre de la vidente que tuvo la gracia de recibir a la Virgen en la Rue de Bac: Catalina fue canonizada como Santa Catalina de Labouré, mientras su cuerpo milagrosamente incorrupto aún en la actualidad, es expuesto en París ante la admiración de las multitudes que la visitan.

La vida de Santa Catalina de Labouré fue de una simplicidad y humildad extrema, oculta totalmente de la vista de los hombres y de las cosas del mundo. Sin embargo ella vivió en silencio la Presencia permanente de Jesús, María, los ángeles y los santos, que la regocijaban con la promesa de la vida en la Patria Celestial. Catalina se entregó totalmente a la Voluntad de Dios, y ese fue su secreto: la obediencia total, aún sin entender, la humildad total aceptando el sufrimiento como parte del plan de Dios.

Admiremos una de las obras más importantes de Dios en nuestros tiempos: la Medalla Milagrosa es una imagen y un mensaje que nos rodea, por Gracia Divina. María merece todo nuestro amor de hijos, y este amor se alimenta con el conocimiento de la Presencia de Ella entre sus almas elegidas, como la sencilla y humilde Catalina.

Monday, October 31, 2011

La Virgen de Lourdes, Patrona de los Enfermos.

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La Virgen de Lourdes, Patrona de los Enfermos.


LAS APARICIONES EN LOURDES

El 11 de febrero, de 1858, era el día elegido para que el cielo se hiciera presente en la tierra. Ese día cambiaría para siempre, no solo la vida de Bernardita, sino que marca el comienzo de una fuente de gracia que ha brotado para toda la humanidad. Fuente que solo crece con el tiempo.

La madre de Bernardita permitió a esta ir con su hermana menor llamada María, y con otra niña, al campo a buscar leña seca. El lugar preferido para recoger leña era un campo que había frente a la gruta. Bernardita por su fragilidad física se quedó atrás.

Las compañeritas habían pasado ya el arroyo, pero Bernardita no se atrevía a meterse al agua porque estaba muy fría. Las demás insistían en que lo hiciese y cuando ella empezó a descalzarse, un ruido muy fuerte, parecido a un viento impetuoso, la obligó a levantar la cabeza y mirar hacia todos los lados.

!Qué es esto!,decía. Las hojas de los árboles estaban inmóviles.

El ruido del viento empezó de nuevo y mas fuerte en la gruta. Y ahí, en el fondo de la gruta, una maravillosa aparición se destacaba delante de ella. En este mismo momento empezaron a sonar las campanas de la Iglesia parroquial y se oía el canto del Ángelus.

Primera Aparición:

Una luz resplandeciente como la del sol, pero dulce y apacible como todo lo que viene del cielo, una Señora prodigiosamente bella se dejó ver por Bernardita. Vestía un traje blanco, brillante y de un tejido desconocido, ajustado al talle con un cinta azul; largo velo blanco caía hasta los pies envolviendo todo el cuerpo. Los pies, de una limpieza virginal y descalzos, parecían apoyarse sobre el rosal silvestre. Dos rosas brillantes de color de oro cubrían la parte superior de los pies de la Santísima Virgen. Juntas sus manos ante el pecho, ofrecían una posición de oración fervorosa; tenia entre sus dedos un largo rosario blanco y dorado con una hermosa cruz de oro.

Todo en Ella irradiaba felicidad, majestad, inocencia, bondad dulzura y paz. La frente lisa y serena, los ojos eran azul celeste llenos de amor y los labios mostraban suavidad y mansedumbre. La Señora parecía saludarla tiernamente mientras se inclinaba ante Bernardita.

Bernardita buscó su rosario (que traía siempre en su bolsillo), haciendo, como para defenderse, la señal de la cruz, pero su mano quedó paralizada. En ese momento la Virgen tomo la cruz del rosario e hizo la señal de la cruz y le dijo a Bernardita que lo hiciera como ella.

En ese momento su brazo paralizado quedó libre. La Señora empezó a pasar las cuentas del rosario entre sus dedos y Bernardita empezó a rezar el suyo. Al terminar, la Virgen le hizo señas con el dedo para que se acercara y entendiendo el brazo, se inclinó dulcemente y sonrió como despidiéndose de Bernardita. ¡La Visión había desaparecido!

Bernardita preguntó a las otras niñas si habían visto algo y al estas responderle que no, les contó su experiencia y les pidió silencio. Pero la hermana de Bernardita se lo contó a su mamá. La madre no le creyó y ordenó a Bernardita que se dejase de imaginaciones y que le estaba prohibido regresar a la gruta.

Esa noche, mientras rezaban el rosario en familia, Bernardita rompió en llantos, repitiendo su invocación favorita: "Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que acudimos a ti"

Segunda aparición:

El día 14 de febrero, las niñas insistieron en que les dieran permiso para regresar a la gruta. Todos pensaban que lo que le había pasado a Bernardita era un engaño del demonio, y entonces le dijeron que fuera a la gruta y rociara agua bendita. Así huiría el demonio y se quedarían tranquilos.

Cuando llegaron a la gruta, Bernardita les pidió que se arrodillaran a rezar el Rosario. Apareció de nuevo la Virgen. El rostro de Bernardita se transfiguró. Esta tiró el agua bendita y dijo: "Si vienes de parte de Dios, acércate a nosotras". El agua bendita llegó hasta los pies de la Virgen y sonriendo con mas dulzura se acercó a Bernardita. Tomó el rosario y se persignó con el. Empezaron ambas a rezarlo.

Al atardecer ya toda la población comentaba las maravillas que ocurrían en la gruta de Lourdes, pero a los comentarios se unían las burlas, desprecios e insultos.

Tercera Aparición:

Los padres de Bernardita empezaron a creerle ya que ella jamás había mentido y se caracterizaba por su obediencia. Además los convenció la naturalidad con que ella exponía los eventos y sus mas pequeños pormenores.

El 18 de febrero, una señora y una religiosa deseaban acompañar a Bernardita a la gruta. Fueron con ella primero a la Santa Misa de las 5:30 a.m. y de allí se dirigieron a la gruta. Bernardita caminaba tan rápido que parecía como si una fuerza superior la empujase hacia allá.

Se arrodilló y empezó el rezo del rosario, lanzó un grito de jubilo al ver al fondo de la gruta a la Señora. Le preguntó si se podían quedar sus dos acompañantes y la Virgen dijo que sí. Ellas también se arrodillaron y se pusieron a rezar mientras encendían un cirio bendito.

Bernardita le pasó un papel a la Virgen pidiéndole que escribiera cualquier cosa que deseaba comunicarle.

La Virgen le dijo: "Lo que tengo que comunicarte no es necesario escribirlo, hazme únicamente el regalo de venir aquí durante quince días seguidos". Bernardita se lo prometió y la Virgen le respondió: "Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro"

La quincena milagrosa:

El rumor de las apariciones se esparció rápidamente y una gran multitud acudió a la gruta.

19 de febrero: Llegó Bernardita a la gruta acompañada de sus padres y un centenar de personas. A partir de este día, iba a todas las apariciones con una vela encendida.

20 de febrero: Alrededor de 500 personas la acompañaban.

21 de febrero: Varios miles de personas llenaban todos los alrededores de la gruta. Hubo un momento en que la aparición parecía hacerse hacia atrás, y como hundirse en el interior de la roca. Para no perderla de vista, Bernardita fue acercándose de rodillas. Observó que la Virgen se había puesto triste. Le pregunto, ¿qué te pasa?, ¿qué puedo hacer?

La Virgen respondió: "Rogad por los pecadores".

Bernardita era objeto de toda clase de burlas, persecuciones y ofensas. Incluso las autoridades civiles tomaron carta en el asunto. El comisario llegó a recogerla para hacerle un largo examen. Amenazó con llevarla a la cárcel si continuaba yendo a la gruta. Uno de los principales médicos de Lourdes se dedicó a estudiarla,observarla y examinarla. Este llegó a la conclusión que en Bernardita no había ningún signo de alucinación, histeria o escape de la realidad. Dijo así: "Aquí hay un hecho extraordinario, totalmente desconocido a la ciencia y a la medicina"

Sin embargo, las persecuciones no terminaron; la policía continuó tratándola indignamente. El Párroco de Lourdes la defendió enérgicamente. En todo esto Bernardita se mantuvo firme pero con humildad, nunca tomando una posición defensiva, ni de ataque contra nadie.

22 de febrero: La Virgen no se le apareció. Todos se burlaban de Bernardita. Ella lloraba pensando que quizás había cometido alguna falta y que por eso la Virgen no se le había aparecido. Pero tenía la firme esperanza de volver a verla.

Una de las cosas que mas sorprendía a la gente era ver a una humilde y sencilla pastorcita, carente de adecuada educación, saludar con gracia y dignidad a la Virgen al concluir la aparición. Le preguntaron una vez: "Dime, ¿quién te ha enseñado a hacer tan graciosos saludos?". "Nadie, contestó, no se como habré saludado, trato de hacerlo como lo hace la Visión y ella me saluda de este modo cuando se marcha."

23 de febrero: Primera vez que la Virgen formula una orden concreta. Ante 10 mil personas la Virgen le da a Bernardita un secreto que solo a ella le concierne y que no puede revelar a nadie. También le enseñó una oración que le hacía repetir, pero que no quiso que la diera a conocer.

La Virgen le dijo: "Y ahora, hija mía, ve a decir a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un Santuario, y que a el debe venirse en procesión"

Bernardita se dirigió inmediatamente hacia la Iglesia a darle el mensaje al Párroco. El sacerdote le preguntó el nombre de la Señora, a lo cual Bernardita le respondió que no sabía.

Después de escucharla, el párroco le dijo: "Puedes comprender que yo no puedo bastarme de tu solo testimonio; di a esa gran Señora que se de a conocer; si es la Virgen, que lo manifieste mediante un gran milagro. ¿No dices que se te aparece encima de un rosal silvestre? Entonces dile de mi parte, que si quiere un Santuario, que haga florecer el rosal¨.

24 de febrero: Toda la gente quiso saber que pasaría con el encargo del Párroco y si la Virgen haría el milagro del rosal. Bernardita como siempre llegó a la gruta y se arrodilló, sin poner atención en absoluto a la gente que iba por curiosidad.

Bernardita le contó a la Virgen lo que el sacerdote le había pedido. La Virgen solo sonrió, sin decir una palabra. Después la mando a rogar por los pecadores y exclamo tres veces: ¨¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!¨Le hizo repetir estas palabras y Bernardita lo hacia mientras se arrastraba de rodillas hasta el fondo de la gruta. Ahí le reveló un secreto personal y después desapareció.

Bernardita por humildad no relató todo los detalles, pero los testigos contaron que también se le vio besar la tierra a intervalos, La Virgen le había dicho: "Rogaras por los pecadores...Besarás la tierra por la conversión de los pecadores". Como la Visión retrocedía, Bernardita la seguía de rodillas besando la tierra.Bernardita se volvió hacia los asistentes y les hacia señas de: "Ustedes también besen la tierra"

Desde entonces se le fue encomendada a Bernardita la penitencia por los pecadores. Un día la Virgen la mandó a subir y bajar varias veces la gruta de rodillas, la Virgen tenía la cara de tristeza.

"La Virgen me lo ha mandado por mi y por los demás" dijo ella.

25 de febrero: "Hija mía¨, le dijo en la Visión, ¨quiero confiarte solamente para ti el ultimo secreto; igualmente que los otros dos, no los revelaras a ninguna persona de este mundo"

Y ahora -le dijo la Virgen después de un momento de silencio- ve a beber y lavarte los pies a la fuente, y come de la hierba que hay allí.

Bernardita miro a su alrededor pues no miraba ninguna fuente. Ella pensó que la Virgen la mandaba al torrente y se dirigió hacia allá.

La Virgen la detuvo y le dijo: "No vayas allá, ve a la fuente que está aquí". Le señaló hacia el fondo de la gruta.

Bernardita subió y, cuando estuvo cerca de la roca, buscó con la vista la fuente no encontrándola, y queriendo obedecer, miró a la Virgen. A una nueva señal Bernardita se inclinó y escarbando la tierra con la mano, pudo hacer en ella un hueco. De repente se humedeció el fondo de aquella pequeña cavidad y viniendo de profundidades desconocidas a través de las rocas, apareció un agua que pronto llenó el hueco que podía contener un vaso de agua.

Mezclada con la tierra cenagosa, Bernardita la acerco tres veces a sus labios, no resolviéndose a beberla. Pero venciendo su natural repugnancia al agua sucia, bebió de la misma y se mojó también la cara. Todos empezaron a burlarse de ella y a decir que ahora si se había vuelto loca. Pero, ¡...misteriosos designios de Dios!, con su débil mano acababa Bernardita de abrir, sin saberlo, el manantial de las curaciones y de los milagros mas grandes que han conmovido la humanidad

El agua milagrosa de Lourdes ha sido analizada por hábiles químicos: es un agua virgen, muy pura, un agua natural que carece de toda propiedad térmica. Además tiene la peculiaridad que ninguna bacteria sobrevive en ella. (Simboliza la Inmaculada Concepción, en cuyo ser nunca hubo mancha de pecado original ni personal)

26 de febrero: El agua milagrosa obró el primer milagro. El buen párroco de Lourdes había pedido una señal, y en vez de la muy pequeña que había pedido, la Virgen acababa de darle una muy grande, y no solo a el, sino a toda la población.

El primer milagro de curación
Había en Lourdes un pobre obrero de las canteras, llamado Bourriette, quien veinte años antes había tenido el ojo izquierdo horriblemente mutilado por la explosión de una mina. Era un hombre muy honrado y muy cristiano. Mandó a la hija a buscarle agua a la nueva fuente y se puso a orar, aunque estaba un poco sucia, se froto el ojo con ella. Comenzó a gritar de alegría..Las negras tinieblas habían desaparecido; no le quedaba mas que una ligera nubecilla, que fue desapareciendo al seguir lavándose. Los médicos habían dicho que el jamás se curaría. Al examinarlo de nuevo no quedo mas remedio que llamarle a lo sucedido por su nombre: milagro. Y lo mas grande era que el milagro había dejado las cicatrices y las lesiones profundas de la herida, pero había devuelto aun así la vista. Muchos milagros siguen sucediendo en Lourdes por lo que en el santuario hay siempre una multitud de enfermos.

La primera vela en la gruta de Lourdes

Un día al final de la aparición, Bernardita se acerco a su tía que la acompañaba y le dijo: ¿Quieres darme una vela y permitirme dejarla en la gruta? Entonces se dirigió hasta el fondo de la gruta y allí la dejo encendida, apoyándola en la roca.

Esta vela quizás en un momento fue la única; ahora son millones las que arden constantemente ante la imagen de la Virgen. La vela encendida es un hermoso símbolo: la cera blanca y virgen de la que esta formada, siempre ha representado la humanidad que Cristo tomó de María, y que unida a la Divinidad es la luz del mundo. Como la cera de la vela, esta humanidad sagrada se consumirá delante de Dios en adoración, suplicas y acción de gracias. La luz de la vela, resplandeciente y radiante, simboliza la Divinidad del Hijo de María. La vela encendida representa igualmente al cristiano, que iluminado por la fe debe consumirse delante de Dios como víctima de penitencia y amor.

El 2 de marzo, Bernardita fue de nuevo a ver al párroco de Lourdes, recordándole la petición de la Virgen de levantar un Santuario en el lugar de las apariciones. El párroco le contesto que era obra del Obispo quien ya estaba enterado de la petición y sería el encargado de poner por obra el deseo celestial de la Visión.

Ultimo día, 4 de marzo, siguiendo su costumbre, Bernardita, antes de dirigirse a la gruta, asistió a la Santa Misa. Al final de la aparición, tuvo una gran tristeza, la tristeza de la separación. ¿Volvería a ver a la Virgen?

La Virgen siempre generosa, no quiso que terminara el día sin una manifestación de su bondad: un gran milagro, un milagro maternal, coronación de la quincena de apariciones. milagro: un niño de dos años estaba ya agonizando, se llamaba Justino. Desde que nació tuvo una fiebre que iba poco a poco desmoronando su vida. Sus padres, ese día, lo creían muerto. La Madre en su desesperación lo tomó y lo llevó a la fuente. El niño no daba señales de vida. La madre lo metió 15 minutos en el agua que estaba muy fría. Al llegar a la casa, notó que se oía con normalidad la respiración del niño. Al día siguiente, Justino se despertó con tez fresca y viva, sus ojos llenos de vida, pidiendo comida y sus piernas fortalecidas. Este hecho conmocionó a toda la comarca y pronto a toda Francia y Europa; tres médicos de gran fama certificaron el milagro, llamándolo de primer orden.

Entonces el gobernador de Tarbes, ciudad a la que pertenecía Lourdes, reunió a todos los alcaldes de la zona para dar instrucciones precisas de prohibir de inmediato la asistencia a la gruta de todo ciudadano. Todo fue en vano, cada día acudían mas peregrinos de todas partes.

No obstante las persecuciones, las burlas y las injurias, Bernardita continuaba visitando la Gruta. Iba a rezar el Rosario con los peregrinos. Pero la dulce visión no aparecía. Ella ya estaba resignada a no volver a ver a la Virgen.

El 25 de Marzo, día de la Anunciación, Bernardita se sintió fuertemente movida a ir a la Gruta; muy contenta obedeció ese llamado en su corazón, y se fue inmediatamente hacia la Gruta.

Como era una fecha solemne, los peregrinos tenían la esperanza de que la Virgen se aparecería y cuando llego Bernardita se asombró de la cantidad de personas que encontró. Fue este día 25, en la historia de las apariciones, un día de gloria. Bernardita volvió a preguntarle a la Señora.."quieres tener la bondad de decirme quien eres y cual es tu nombre?" (la visión resplandecía mas que nunca; sonriendo siempre, y siendo su sonrisa la única respuesta.)

Bernardita insistió..."¿quieres decirme quien eres?, te lo suplico Señora Mía".

Entonces la Señora apartó su vista de Bernardita, separó sus manos, hizo deslizar en su brazo el rosario que tenía en sus dedos, levanto a un mismo tiempo sus manos y su cabeza radiante, en tanto que sus manos se juntaron delante del pecho, su cabeza se afirmo y, mas resplandeciente que la luz del sol, dirigida la vista al cielo dijo: "YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN", y así desapareció, dejando en Bernardita esta imagen y ese nombre.

Bernardita, oía por primera vez esas palabras. Mientras se dirigía a la casa parroquial, para contarle al párroco (ya que este le había dado el encargo de preguntar a la visión como se llamaba), iba ella por todo el camino repitiendo "Inmaculada Concepción", esas palabras tan misteriosas y difíciles para una niña analfabeta.

Cuando el párroco oyó el relato de Bernardita, quedó asombrado. ¿Como podía una niña sin ninguna instrucción religiosa saber el dogma que solo unos cuatro años antes había la Iglesia promulgado? En 1854, el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción.

El sacerdote comprobó que Bernardita no se había engañado, era ella, la Virgen Santísima, la soberana Madre de Dios quien se le aparecía en la Gruta.

5 de Abril: El día lunes de Pascua, volvió a la gruta, rodeada de una verdadera multitud de personas que oraban con ella. Bernardita arrodillada como era de costumbre habitual, tenia en la mano izquierda la vela encendida que le acompañaba en todas las ocasiones y la apoyaba en el suelo. Absorta en la contemplación de la Reina de los cielos, y mas sabiendo ahora con seguridad que era la Virgen Santísima, levanto sus manos y las dejo caer un poco, sin percatarse que las tenia sobre el extremo de la vela encendida; entonces la llama comenzó a pasar entre sus dedos y a elevarse por encima de ellos, oscilando de un lado para el otro, según fuera el leve soplo del viento.

Los que estaban ahí gritaban: "se quema". Pero ella permanecía inmóvil. Un médico que estaba cerca de Bernardita sacó el reloj y comprobó que por mas de un cuarto de hora la mano estuvo en medio de la llama, sin hacer ella ningún movimiento. Todos gritaban ¡milagro! El medico comprobó que la mano de Bernardita estaba ilesa.

Después que terminó la aparición: uno de los espectadores aproximó a la mano de Bernardita la llama de la misma vela encendida, y ella exclamó: "¿Oh que quiere usted, quemarme?.

Ultima aparición:

Fue el día 16 de Julio, día de la Virgen del Carmen. Bernardita se siente de nuevo movida a ir a la gruta, que esta cercada, vigilada y prohibida. Va acompañado de una tía y unas vecinas. Bajan por praderas contiguas a la gruta. Se arrodillaron lo mas cerca posible de la gruta pero sin poder llegar a ella. Bernardita recibe la ultima visita de la Virgen y diría: "Nunca se había aparecido tan gloriosa".

Bernardita había cumplido su misión, con gran amor y valentía ante todos los sufrimientos que tuvo que sobrellevar y ante todos los obstáculos que el Enemigo puso en su camino. Su confesor dijo repetidamente: "La mejor prueba de las apariciones es Bernardita misma, su vida"

RESUMEN DEL MENSAJE DE LA VIRGEN DE LOURDES

El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, Francia, en 1858, puede resumirse así:

1-Es un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro años antes (1854), al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que esta necesitado de esta virtud.

2-Es una exaltación a las virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente, al escoger a Bernardita como instrumento de su mensaje.

3-Un mensaje importantísimo en Lourdes es el de la Cruz. La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la cruz.

4-Importancia de la oración, del rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello); también, un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de los enfermos.

Algunos puntos de reflexión sobre los signos visibles de la primera aparición:

En ellos hay una gran enseñanza espiritual:

1-Rodeada de luz: es el símbolo de la luz de la fe, a la cual nos abrimos por el Bautismo. La fe es la luz de la vida con que debemos brillar ante el mundo. Debemos hacer resplandecer la fe por la santidad de nuestras vidas.

2-La luz era tranquila y profunda: en la fe cristiana hallaremos el reposo para nuestra alma.

3-De belleza incomparable, no hay nada igual aquí en la tierra: trabajar intensamente por adquirir la verdadera belleza que es la del alma, a fin de que Dios pueda contemplarnos con agrado.

4-Ropaje tan blanco, tan puro, tan delicado que jamas tela alguna pudo imitar: de que pureza tan perfecta y delicada ha de estar revestida delante de Dios, nuestra alma; ya que el pecado mancha nuestro blanco ropaje.

5-Pies desnudos, brillando sobre cada uno de ellos una rosa luminosa: Los pies desnudos nos predican la pobreza evangélica, esta bella y sublime virtud a la cual Jesús ha prometido el mismo Reino de los Cielos. Las rosas luminosas: Jesús nos envía a difundir por todas partes el buen olor de Cristo, el divino perfume del Evangelio.

6-Las manos siempre juntas, con el santo rosario: en ferviente oración, orando siempre y sin interrupción. La oración nuestro alimento constante, la respiración del alma, pues todas las virtudes solo nacen en un alma que ora.

¡Nuestra Señora de Lourdes...........Ruega por nosotros

MILES DE CURACIONES

Hay al menos 66 historias clínicas que documentan científicamente los milagros. Miles más sin duda han ocurrido y continúan ocurriendo pero no forman parte de la documentación del santuario la cual es en extremo rigurosa. También hay innumerables curaciones del alma que son las mas importantes.

LA PIEDAD DE BERNARDETTE VENCE LAS PRUEBAS

Dos virtudes resaltaban en Bernardette: la piedad y la modestia. Para ser piadoso no es necesario ser sabio. Aún cuando se hizo religiosa, ella misma decía que no sabía como orar y sin embargo pasaba largas horas en oración. Y su oración no era mecánica, sino que le hablaba a Dios y a la Virgen como se habla con una persona cara a cara. Era pues una oración del corazón, intensa, honesta y eficaz

Amaba la oración. Ella sabía muy bien como rezar el Santo Rosario el cual siempre llevaba en su bolsillo. Lo tenía en sus manos cuando se le apareció la Virgen. Su primer gesto en momentos de cualquier prueba o dificultad era siempre tomar su rosario y empezar a recitarlo.

La pequeña escogida por la Virgen tendría mucho que sufrir hasta el día de su muerte, tanto sufrimientos morales como físicos; pero nunca debemos olvidar que Dios guía a esta pequeña niña y que ella responde con humildad, abandono, fe y coraje. Bernardette poseía además virtudes que serían criticadas durante toda su vida como "defectos". Por este error de la gente se puso en duda también la autenticidad de las apariciones.

Esta niña de solo 14 años (cumplidos en Enero 7 1858), tuvo que ser sabia, firme, extraordinariamente valiente y saber discernir, para poder enfrentarse con las personas que trataban de disuadirla, entre ellas sacerdotes, obispos, jefes de la policía, procuradores, etc.

Para tener una idea de la fortaleza interior y la capacidad de su juicio, podemos ver algunas de las frases que dijo durante los interrogatorios a los que tuvo que someterse. Después de que el Procurador Imperial, el señor Dutor, hizo quedarse de pie por mucho tiempo a Bernardette y a su mamá, al fin les dijo condescendientemente:

-"Ahí hay sillas. Pueden sentarse"

Bernardette respondió: "No. Pudiéramos ensuciárselas"

En otra ocasión, cuando le preguntaron sobre el idioma en que le habló la Virgen, Bernardette dijo:

-"Ella me habló en dialecto"

-"La Virgen María no pudo haber hablado en dialecto", le respondieron, "Dios y la Virgen no hablan dialecto".

A lo que ella respondió: "¿Cómo podemos saber nosotros dialecto si ellos no lo hablan?"

-"Oh, ¿por qué piensa que me habló en Francés? ¿puedo yo hablar en Francés?"

En la doceava aparición Bernardette le acercó un rosario a la Virgen. Un sacerdote le preguntó después de la aparición: ¿Así que ahora también bendices rosarios?

Bernardette se rió y dijo: "Yo no uso una estola, ¿o sí?."

Otro le preguntó: "Así que Bernardette, ahora que la Virgen te ha prometido que irás al cielo, no necesitas preocuparte del cuidado de tu alma".

Bernardette: "Pero Padre, yo solo iré al cielo si me porto correctamente"

Sus interrogatorios serían de largas horas, algunas veces días enteros; y sus interrogadores trataban de engañarla para que contradijera sus declaraciones. Pero ella se mantenía alerta, en guardia, sabiendo que ellos no querían la verdad, sino probar que lo había inventado todo.

Bernardette tuvo que enfrentarse frecuentemente con el párroco de Lourdes, Abbé Peyramale, quién tenía fama por su mal genio. Sin embargo todas las veces que nuestra santa fue a verlo, a pesar del temor que sentía, nunca se echó atrás, sino que siempre vencía su natural miedo. Su voluntad de cumplir con lo que la Virgen le había encargado podía mucho más que el mal genio del sacerdote.

Y así vemos como Bernardette cumple los deseos de la Virgen a pesar de grandes obstáculos y de sus propias flaquezas. Al final, en el último día de las apariciones, el 25 de marzo de 1858, la Virgen revela su identidad dándole a Bernardette la prueba que tanto pedía su párroco para creerle.

Las palabras de la Virgen, "Yo Soy la Inmaculada Concepción" , fueron las que derrumbaron de una vez por todas el muro de la incredulidad en el corazón del párroco, quién se convirtió desde ese momento en su más grande defensor y apoyo, usando su mismo temperamento contra los que atacaban a la niña.

A diferencia de otras apariciones, como La Salette, Pointman, Fátima, Knock, Beuraing, exceptuando la Medalla Milagrosa; Bernardette era la única vidente. No tenía otros que corroborasen el testimonio y le sirviesen de apoyo. Su única fuente de fortaleza era la misma Virgen Santísima. Pero esta era suficiente para ella.

Llegaría un tiempo donde sus cualidades, su fuerza interior, su rapidez al contestar, todas usadas para defender las Apariciones de la Virgen, se usarían en su contra. Aquellos que la apoyaban sabían entender sus grandes virtudes, pero para los que la criticaban eran sus grandes defectos. A su fortaleza interna le llamaban terquedad; a su rapidez en responder le llamaban insolencia. Una vez en el Convento de San Gildard, en Nevers, cuando fue acusada de tener amor propio, ella dibujó un círculo y puso la marca del dedo en el centro del mismo y dijo:

"Que el que no tenga amor propio ponga su dedo aquí" (indicando la marca del centro).

Las apariciones fueron para Bernardette un regalo inmerecido, un regalo que que en si mismo no la hizo santa. Era un regalo para ella y para el mundo. Ella, por su admirable correspondencia a la gracia, llegó a la santidad. Nosotros también podemos.

Hemos de tener claro que Santa Bernardita no fue canonizada por haber visto a la Virgen Santísima, sino por haber subido por la escalera de la santidad a través de enormes pruebas y cruces. Para ser santo no es necesario haber tenido grandes experiencias místicas. Es suficiente tener estas dos cosas: humildad y amor. Es en la asidua oración y en la vida de virtud que el amor se expresa a sí mismo.

ORACIÓN DEL ENFERMO

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¡Oh Dios!, de mi debilidad y mi fortaleza,
de mi tristeza y de mi alegría,
de mi soledad y compañía,
de mi incertidumbre y esperanza.

En la noche de mi enfermedad
me pongo en tus manos de Padre:
Alumbra esta oscuridad con un rayo de tu Luz,
abre una rendija a mi esperanza,
llena con tu Presencia mi soledad.

Señor, que el sufrimiento no me aplaste,
para que también ahora
sienta el alivio de tu Amor
y sea agradecido a la generosidad
de cuantos sufren conmigo.

Amén

Comunión Espiritual

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Para cuando no se puede recibir a Jesús en la Eucaristía.

Consiste en orar con fe y con amor, expresando el deseo recibir a Nuestro Señor Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía y pidiendo recibirlo espiritualmente.

Oración para la comunión espiritual de un efermo -con la participación de otras personas.

Oración personal para comunión espiritual

Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos.
O bien:

Fórmula de San Alfonso María de Ligorio

Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma.
Pero como ahora no puedo recibiros sacramentado,
venid a lo menos espiritualmente a mi corazón.

(Pausa en silencio para adoración)

Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a Vos.
No permitáis, Señor, que jamás me separe de Vos. Amén.

Eterno Padre os ofrezco la Sangre, el Alma, el Espíritu, el Cuerpo y la Divinidad preciosísima de Tu Hijo Jesús en expiación de mis pecados, los pecados del mundo entero y las necesidades de nuestra Santa Iglesia Católica. Amén.

Sunday, October 23, 2011

¿Es Necesaria la Unción de los Enfermos?

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 En el sufrimiento está contenida la grandeza de un misterio específico.

El hombre difícilmente puede huir de la enfermedad, del dolor, del mal. Sin embargo, ha tenido dificultad en asumir y asimilar la enfermedad como parte de la existencia humana. Y es que la enfermedad, además de ser una alteración de las estructuras y funciones orgánicas, es también una situación antropológica especial que limita y condiciona el comportamiento humano; en ella, el hombre adquiere una experiencia especial de sí mismo, siente una cierta alienación del propio cuerpo que "le duele", no le obedece y le hace presentir, al menos inconscientemente, la posibilidad de la muerte. También adquiere una experiencia especial de sus relaciones con el mundo, se siente alineado del propio ambiente, separado de las relaciones normales con los demás, más necesitados de ellos, sin poder corresponder a sus atenciones ni renunciar a ellas, así, el enfermo constata que se halla "a merced" de los demás. Finalmente, el enfermo realiza la experiencia límite: experimentar su propia relatividad y contingencia. Por ello la UNCIÓN DE LOS ENFERMOS es un sacramento que la Iglesia celebra en situación de enfermedad, con el fin de significar la oferta y la presencia de Dios en el momento del dolor, y para mostrar la solidaridad de la Iglesia con el mismo enfermo, en un momento en que realmente se necesita. Además de pedir, que de acuerdo a la voluntad de Dios el enfermo se restablezca y recobre plenamente la salud. "Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" CIC 1499

Jesús sabia de la tragedia "tragedia humana", de este "choque existencial" que el hombre experimenta en la enfermedad; y por eso no pudo dejar de ofrecernos un ejemplo y una respuesta, al asumir él mismo todo lo que supone la enfermedad y el dolor de los enfermos con los que se encontraba y además, en su propia carne. También conocía Jesús la tentación de los hombres, de ayer y hoy, de olvidar y marginar al enfermo, de considerarle un estorbo, alguien improductivo e inútil, por lo que las páginas del Evangelio nos muestran la solicitud que él siempre tuvo para con los enfermos. Hoy, al recuperarse el verdadero sujeto de la Unción, que son los enfermos y no los moribundos, es necesario que situemos tal acción sacramental en la línea de la misma situación de Jesús con los enfermos, y del ejercicio de la misión que la Iglesia ha recibido de Cristo al respecto. "Esta unción santa de los enfermos fue instituida por Cristo nuestro Señor como un sacramento del Nuevo Testamento, verdadero y propiamente dicho, insinuado por Marcos (cf. Mc 6,13), y recomendado a los fieles y promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor (cf. St 5, 14-15; DS 1695.)." CIC 1511

Ya desde el Antiguo Testamento, el Pueblo de Israel creía en un Dios que busca la vida. Esta idea la vemos expresada ya desde el Génesis, en donde el autor nos dice que el Dios en el que creemos es un Dios bueno, y que todas las cosas han sido creadas buenas por El (Gn l-2). Sin embargo, al experimentar el dolor, la injusticia...la muerte, se pregunta: Si Dios es bueno y quiere la vida, ¿por qué la enfermedad y la muerte?; si Dios está con los justos y los ama, ¿por qué son estos los que muchas veces padecen, mientras los injustos disfrutan de la vida? La reflexión del pueblo y su fe lo llevaron a darse cuenta que el mal, la enfermedad y la muerte no pueden ser atribuidos a Dios. Tienen su origen en la historia humana y son consecuencias del pecado, de manera particular del pecado original (Gn 3), sin excluir definitivamente que éstos son producto de los pecados personales del hombre (Is l6,l4; 2Re 20,l-20; Dn 4,28-30). ¿Es entonces el pecado un castigo? Si la enfermedad es castigo del pecado, ¿por qué padecen los justos? "Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Ex 15, 26)" CIC 1502

La Sagrada Escritura nos ilustra en el libro de Job el drama de la enfermedad. Job, en un primer momento ve el sufrimiento como algo trágico, misterioso, le parece como si Dios jugara con el hombre. Después se da cuenta de que es una prueba que Yahveh le pone para provocar una purificación de su fe (Job l-2). Finalmente, ante la presencia del sufrimiento, Job comprende que el sufrimiento es un misterio y que ante él no nos queda más que el abandono y la confianza. Por otro lado en el libro de Isaías nos presenta al Siervo de Yahveh como la figura del A.T. que mejor explica el sufrimiento, la enfermedad y el dolor (Is 53), y su relación con la redención. El sufrimiento no es un absurdo, tiene sentido porque sufre cargando los pecados de los demás convirtiéndose ante el dolor en oblación y servicio; porque tiene como motivo principal el amor; y porque confía en que no acabará en la muerte, sino con la victoria y el triunfo en la resurrección. La enfermedad será vencida y Dios hará justicia (Is 26,l9; 35,4-6; Jer 33,6), y el justo vivirá aún después de la muerte. "De aquí deriva también esta reflexión, precisamente en el Año de la Redención: la reflexión sobre el sufrimiento. El sufrimiento humano suscita COMPASION, suscita también RESPETO, y a su manera ATEMORIZA. En efecto, en él está contenida la grandeza de un misterio específico." (Doloris Salvifici) DSal 4

En el Nuevo Testamento nos encontramos no solo con la enseñanza de Jesús respecto a la enfermedad y al dolor, sino con su actitud ante estos. Podemos ver como Jesús no quiere aparecer como curandero, ni mago y mucho menos hacer gala de su compasión con los necesitados para recibir aplausos. Los milagros de Jesús, más en concreto sus curaciones son signos mesiánicos, por los cuales muestra que los últimos tiempos han llegado y que el Reino de Dios está presente, y al mismo tiempo son signos eficaces que manifiestan que ésta realidad está sucediendo al hacer realidad lo que se anuncia; son además signos que fundamentan la esperanza, de que el mal está vencido, por la victoria sobre el pecado que ya ha comenzado a realizarse; y finalmente manifiestan la actitud de Cristo ante los enfermos, actitud de lucha y liberación, de cercanía y de consuelo. Jesús estará siempre cerca de ellos para servirles y ayudarles, los paralíticos, los leprosos.... encuentran acogida en Cristo. Todos los enfermos encontraron en Cristo consuelo y respuesta a su sufrimiento. "En su actividad mesiánica en medio de Israel, Cristo se acercó incesantemente AL MUNDO DEL SUFRIMIENTO HUMANO. "Pasó haciendo bien" (Hech.10, 38), y este obrar suyo se dirigía, ante todo, a los enfermos y a quienes esperaban ayuda. Curaba los enfermos, consolaba a los afligidos, alimentaba a los hambrientos, liberaba a los hombres de la sordera, de la ceguera, de la lepra, del demonio y de diversas disminuciones físicas; tres veces devolvió la vida a los muertos. Era sensible a todo sufrimiento humano, tanto al del cuerpo como al del alma." DSal 16

Por la forma como se aplicó este sacramento a lo largo de muchos años, éste se asoció con la muerte, tanto así que hasta antes del Concilio Vaticano II formaba parte de los "Ritos Finales" y se le conocía como "Extrema Unción", la cual era aplicada al enfermo cuando se presumía que la muerte era inminente. Esto causaba un rechazo natural a participar del sacramento pues el enfermo lo identificaba con la inminencia de la muerte. Además hacia que su administración fuera muy complicada, sobre todo para el presbítero quien era llamado a altas horas de la noche para que se le administrara el sacramente al "moribundo". Hoy el Concilio, la Renovación Litúrgica y Pastoral le han devuelto el sentido pretendido por Jesús, que está expresado en la Carta de Santiago (St 5,l4-l5): "¿Está alguno enfermo? Llame a los presbíteros de la Iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración hecha con fe le devolverá la salud al enfermo y el Señor lo levantará y si ha cometido pecados se le perdonarán". De manera que la unción es para LOS ENFERMOS y NO solo para los moribundos. "El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos." CIC 1421

Si bien es cierto que el sacramento de la Unción de los enfermos no es para los moribundos únicamente, debemos recordar que la Iglesia ha entendido su uso para los enfermos que tienen una enfermedad GRAVE (con ello se excluyen las enfermedades que padecemos comúnmente como son las gripas, el dolor de cabeza, etc.). Sin embargo, no debemos esperar a que la enfermedad avance y llegue a un estado crítico para solicitar el sacramento. Desde las primeras etapas, un enfermo con un padecimiento grave, es sujeto de la Unción. Por otro lado, la Iglesia ha considerado que las personas ancianas, aun estando con salud, son sujetos de la Unción una vez al año, como ayuda a su vejez, que muchas veces viene acompañada de dolor y sufrimiento. Lo mismo podemos decir de las mujeres que están prontas a dar a luz, ya que el proceso del parto siempre es doloroso y puede en ocasiones ser difícil. El Sacramento de la Unción de los enfermos es un sacramento que da fuerza al enfermo (o al anciano) y en la medida en que es voluntad de Dios, puede restablecerlo totalmente. "La Unción de los enfermos "no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez" CIC 1514 "Es apropiado recibir la Unción de los enfermos antes de una operación importante" CIC 1515 "El sacramento de la Unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o de vejez." CIC 1527

Recordando lo que dice el apóstol Santiago sobre este sacramento, la oración, debe ser hecha con fe, tanto por aquel que ora como por aquel sobre quien se ora. Como todos los sacramentos, después de la reforma Litúrgica, el sacramento de la Unción es un sacramento que ha de tener carácter comunitario y participativo. De manera ordinaria, salvo que las circunstancias lo impidan, la familia debe participar de este momento y todos orar con fe, pidiendo al Señor la fortaleza, no solo para el enfermo, sino incluso por aquellos que lo atienden y que sufren por su estado de salud. Por otra lado es importante que se respete la libertad del enfermo y que no se aproveche este momento para "forzarlo" a recibir el sacramento. Recordemos que este sacramento por muchos años ha estado ligado a la muerte y esto causa un rechazo del enfermo. Se debe por ello, preparar al enfermo para que comprenda el sentido del sacramento. Además es un momento oportuno para invitarlo a una conversión más profunda, y en muchos casos, para la Reconciliación sacramental que lo reintegre a la vida de la gracia. La preparación al sacramento es una gran oportunidad para la evangelización desde la misericordia de Dios, que envió a su Hijo a salvarnos y a darle sentido al sufrimiento humano. "Como en todos los sacramentos, la Unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica y comunitaria, que tiene lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor. Si las circunstancias lo permiten, la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del sacramento de la Eucaristía." CIC 1517

Terminamos nuestra catequesis sobre este sacramento recordando que de acuerdo al Texto Sagrado que lo sostiene, el ministro de éste es el sacerdote y el Obispo, quienes lo administran en una pequeña celebración litúrgica, en la cual están invitados a participar todos los familiares y a unirse a su oración para pedir la salud y la fortaleza para el enfermo y para todos los que lo atienden. En esta celebración, después de la lectura de la Palabra de Dios, el Sacerdote impone las manos sobre el enfermo y lo unge con el aceite propio del sacramento (el cual ha sido consagrado por el obispo) y ora por él en comunión con todos los presentes. El sacramento termina con la oración del Padrenuestro y la bendición a todos los presentes. Es muy recomendable que de ser posible el enfermo participe primero del sacramento de la Reconciliación y que se concluya con la Sagrada Comunión. "El sacramento de la Unción de los enfermos se administra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva debidamente bendecido o, según las circunstancias, con otro aceite de plantas, y pronunciando una sola vez estas palabras: "Per istam sanctam unctionem et suam piissimam misericordiam adiuvet te Dominus gratia Spiritus Sancti ut a peccatis liberatum te salvet atque propitius allevet" ("Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad")." CIC 1513.


Comentarios al autor

El P. Ernesto María Caro Osorio fue ordenado sacerdote en el Seminario de Monterrey el 15 de agosto 1991. Licenciado en Espiritualidad por la Universidad Gregoriana de Roma y Doctorado en Mariología por la Universidad Marianum de Roma, es director de la página Evangelización Activa, que busca llevar la palabra de Dios a todos los rincones del mundo mediante el uso de los medios electrónicos, especialmente el correo electrónico.

¿Cómo Salir del Pozo de la Desesperación?

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Es probable que te encuentres en una situación desesperante con tu esposo u esposa, puede ser que sea con tus hijos o cualquier otra relación, como puede ser un problema financiero o laboral.

Otros pueden estar desesperados porque necesitan tomar una decisión y no hallan que hacer, están cansados de luchar, de intentar, lo han hecho todo, oraciones, ofrendas, diezmos, van a la iglesia, sirven a Dios pero nada que salen del pozo y sienten que cada día como que se hunden mas. La verdad que estar en el pozo no es bueno, allí solo se respira angustia, miedo y muerte.

Salir del pozo requiere paciencia y espera en Dios, recuerde las palabras del Salmista:

“Pacientemente esperé a Yavé, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Yavé” (Salmo 40:1-3).

Salir del pozo requiere que te conviertas en protagonista y dejes de ser víctima.

Tú has sido llamado a ser el protagonista de tu vida, el protagonista espera en Dios pacientemente antes de actuar, el protagonista ve la vida con optimismo y se convierte en el gerente de su vida.

Hay un cuento de la tradición judía que nos ilustra si somos ¿Protagonistas o Víctimas?

“Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal rebuznó por horas mientras el campesino trataba de buscar la forma de ayudarle pero finalmente decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo necesitaba ser tapado con urgencia, así que echando tierra podría solucionar los dos problemas a la vez.
 Con ese fin pidió ayuda a sus vecinos.

Cada uno tomó una pala y empezaron a echar tierra al interior del pozo. El burro al notar lo que se le venía encima empezó a rebuznar con más fuerza pero después de un rato se aquietó. La gente no lo veía y pensaba que habría quedado enterrado pero lo que realmente sucedía era que el burro estaba ocupándose de sacudirse la tierra que le arrojaban con cada palada.

Al poco tiempo, para sorpresa de todos, empezaron a verse las orejas del asno que, apoyándose en la tierra que se sacudía y caía al suelo, estaba logrando elevarse. Cuando llegó a la altura de la boca del pozo, dando un salto, salió corriendo alegremente dejando boquiabiertos a sus supuestos enterradores.”

¿Qué podemos aprender de este cuento?

Hay algunas cosas que podemos aprender, en algunos momentos de nuestra vida, podemos tener la sensación de que hemos caído en un pozo muy profundo. Todas nuestras expectativas por el suelo, los momentos que vivimos son de mucha tensión, no vemos la luz del sol brillar, todo parece oscuridad y en vez de recibir ayuda lo que recibo de la gente que me rodea es juicio, critica, rechazo y oposición, todos quieren enterrarme vivo o viva.

Podemos aprender de este burro, que a pesar de todos los problemas que se le venían encima al rato se aquieto y comenzó a elegir lo que le convenía hacer. No se dejó llevar por pensamientos negativos, tampoco se enganchó en las criticas o juicios que le hicieron, no quedo pensando en el pasado, en todo lo bueno que había hecho y que ahora con eso le pagaban, no se quedo quieto preso de la tristeza y el dolor, el desengaño que se había llevado de su amo, el no adopto la posición de pobrecito yo, el dejo de ser victima de las circunstancias y asumió responsabilidad por sus miedos, controló sus emociones y no esperó a que los demás lo hicieran feliz.

El burro se convirtió en protagonista, cada vez que le echaban tierra se sacudía fuertemente hasta que pudo salir del pozo. El transformó el problema en una bendición. Podemos salir del pozo de la desesperación o del lodo cenagoso si nos convertimos en gerentes de nuestra vida. Todos deseamos correr alegremente por la vida, sin estrés, sin angustia, sin presiones, llenos de paz y gozo.

Quiero dejar contigo dos cosas que te van a ayudar a vivir la vida:

1. Entrega a Dios tus expectativas de que otras personas, lugares y cosas te proporcionen felicidad y plenitud duraderas. Solo Dios puede darte vida, gozo y paz. La Biblia enseña que El que pide recibe. Es inmaduro pensar que alguien o alguna cosa terrenal pueda brindarnos plenitud y felicidad duradera. Dios es la fuente de la vida; las personas y las cosas son adicionales. Tu eliges como quieres vivir.

2. Ten en cuenta que todo lo negativo que nos sucede puede ser transformado en algo positivo. Como al burro de nuestro cuento, la vida nos tira a veces, todo tipo de tierra. Si lo interpretas como un problema y te bloqueas sintiéndote víctima de la situación, esa tierra puede acabar aplastándote, pero si lo contemplas como un desafío, te ubicarás en la perspectiva de protagonista, encontrarás la forma de sacudirte esa tierra y la usarás para dar un paso hacia arriba. Así, cualquier situación se transformará en una oportunidad para lograr un nivel más elevado de conciencia.

Te invito a descubrir el poder interior que hay en ti, tú puedes tener relaciones satisfactorias en la vida, solo enfócate a donde quieres llegar y no en tus miedos, espera en Dios y El pondrá en tus labios un cántico nuevo.