Wednesday, December 30, 2015

El Papa Francisco Dirigió Este "Saludo de Corazón" por el Año Nuevo 2016



"Agradezco a cuantos me han mostrado su cercanía espiritual y me han expresado sus felicitaciones para la Navidad y el Año Nuevo. Yo también de corazón les deseo a todos, a sus familias, en especial a los que se sienten solos, que en la fe puedan experimentar profundamente la presencia del recién nacido Hijo de Dios en sus vidas y gozar su amor, su paz y su alegría ¡Feliz Año Nuevo!"

Papa Francisco.
Diciembre de 2015.

Wednesday, December 23, 2015

Mensaje de la Administracion



A todos nuestros hermanos lectores de este blog del Ministerio Jesus Te Sana, les deseamos de todo corazon que esta Navidad nazca Jesus en  ustedes y que su Vida transforme la vida de cada uno de nosotros que unidos a su nacimiento seamos llenos de alegria, fe y esperanza.

Dios les bendiga y que todos tengan una muy feliz Navidad!

La Administracion.

Comunidad Catolica Tiberiades
Ministerio Jesus Te Sana.

Nacimiento del niño Jesús.


Hace muchos, muchos años, Dios mandó al arcángel Gabriel a visitar a María, una dulce doncella judía. Gabriel tenía un mensaje para María: 'Vas a tener un hijo y se llamará Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo y reinará para siempre'.

¿Cómo puede ser? - preguntó María - si no he he estado con ningún hombre. Y el arcángel le dijo que aquel niño era el hijo de Dios.

María estaba prometida con un carpintero, de nombre José, quien al principio no creyó la historia de María y el bebé que llevaba dentro. Sin embargo, el ángel se le apareció en sueños y le contó lo sucedido. Desde entonces, decidió estar al lado de María.

La Virgen María y San José llegan a Belén

nacimiento Jesús

Era 24 de diciembre y María y, su marido, José iban camino de Belén tal y como había ordenado César Augusto. José iba caminando y María, a punto de dar a luz a su hijo, sentaba en un burro.


A su llegada a Belén, María y José buscaron un lugar para alojarse, pero llegaron demasiado tarde y todos los mesones estaban completo. Finalmente, un buen señor les prestó su establo para que pasaran la noche.

José juntó paja e hizo una cama para su esposa. Lo que ninguno de los dos imaginaba antes de trasladarse ese día a Belén es que era el momento de que naciera Jesús.

Y así nació Jesús, en un establo, y su madre, la Virgen María le colocó sobre un pesebre, el lugar donde se ponía la comida de los animales. Al caer la noche, en el cielo nació una estrella que iluminaba más que las demás y se situó encima del lugar donde esta el niño.

Muy lejos de allí, en Oriente, tres sabios astrólogos llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, sabían que esa estrella significaba que un nuevo rey estaba a punto de nacer. Los tres sabios, a los que conocemos como Los Tres Reyes Magos, fueron siguiendo la brillante estrella hasta el pesebre de Belén para visitar a Jesús.

Cuando llegaron a su destino, Melchor, Gaspar y Baltasar buscaron el pesebre y le regalaron al Niño oro, incienso y mirra. Al poco de nacer, el rey Herodes, atemorizado por la noticia de que había nacido el hijo de Dios, mandó matar a todos los bebés. María y Jose huyeron a Egipto y volvieron tiempo después, cuando Herodes murió. Se instalaron en Nazaret y allí pasó su infancia Jesús.

Oracion por el Nacimiento de Jesús


Dios Todopoderoso, que derramáis hoy sobre nosotros la nueva luz de vuestro Verbo encarnado, haced que la fe de este misterio se infunda también en nuestros corazones.

Señor y Dios nuestro, haced del mismo modo, te lo rogarnos, que celebrando con alegría la Natividad de nuestro Señor Jesucristo, merezcamos, por una vida digna de El, gozar de su presencia.

Así sea.

Oración de Bendición Cena de Navidad


Bendice, Señor, nuestra mesa. Bendice la fraternidad y la armonía que hay entre nosotros.

Danos alegría, paz, salud, pan… durante toda nuestra vida.

Danos fuerza y ternura para ser hombres y mujeres justos donde haya buenos días y muchas noches-buenas, como ésta y la que celebraremos con nuestras familias el 24 de diciembre.

Queremos decirte una vez más, Señor, que creemos en ti desde nuestro corazón de niños, creemos en ti desde nuestra fe de adultos.

Actúa en medio de nosotros, hombres y mujeres en la Historia, para hacerla tu Reino; para que vivamos reconciliados en la bondad, el amor, la sensibilidad, la justicia… Signos reales de que nuestro corazón será el pesebre donde Tú vas ha nacer una vez más.

Amén.


Lector 1:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.

Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.

Lector 2:
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).

Lector 3:
Santísima Virgen Maria, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que dia a dia intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén

Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave Maria, 1 Gloria

Fuente: Navidad es Jesús

Cuento de Navidad


PAULITA SE PREPARA PARA NAVIDAD

Adaptación de Gabriela Kast a un Relato de autor desconocido.  

Todos los años, al aproximarse la fiesta de navidad, acontecía algo singular en Paulita.

Cuenta su mamá:

"Cuatro semanas antes de Navidad, Paulita dice adiós a sus juguetes y se transforma en una niñita tan obediente que encanta.  Pero con la llegada del Año Nuevo vuelve a ser la niña de siempre".

Admirada, la madre contempla estos cambios tan bruscos.  Ni ella, ni el papá y ninguno de los amiguitos más íntimos de la pequeña saben dar una explicación a ese hecho extraño.  Solamente Dios conoce su secreto.

Cuando Paulita tenía cinco años, su abuela le contó que el Niño Jesús había nacido tan pobre que no tenía, como los otros niños, una cunita calentita, sino que lo habían dejado en un frío establo, en pleno invierno.  Lágrimas de compasión corrieron por las mejillas de la niña: ¡Pobre Niñito Jesús, sin colchón, sin abrigo! ... ¡ Y Jesús era el Hijo de Dios!... ¿Qué se podía hacer?

-¿No te gustaría ofrecerle una camita blanda y frazadas abrigadas? - le preguntó con mucho interés la abuelita? .

¡ Cuánto me gustaría abuelita! Pero, ¿cómo puedo hacer yo todo eso?

-          Escucha.  Cada sacrificio que hagas será una pluma para la almohada y para el colchoncito de Jesús y cada oración una hebra de hilo para las sabanitas.  Faltan cuatro semanas para el nacimiento.  Todavía tú puedes, en este tiempo prepararle una camita  blanda y calentita.

Este fue el secreto que Paulita guardó con tanto cariño y que nunca olvidó.  Después de algún tiempo, el buen Dios se llevó la abuelita al cielo.  Paulita lloró amargamente; ahora no tenía a nadie que le ayudara a preparar la cunita del Niño Jesús.  Finalmente después de pensar mucho, recordó que seguramente la abuelita, desde el cielo, contemplaba su trabajo y vería si ella lograba juntar muchas plumas para el colchoncito del Niño Jesús.

Cuando la mamá colocaba la Corona de Adviento en el comedor y encendía la primera de las cuatro velas, Paulita comenzaba a juntar plumitas y a fabricar hilos, para la camita del Niño Jesús. Al principio esto no fue fácil, pues no podía encontrar nada, no sabía qué sacrificio podía hacer.

Un día, durante el juego, Antonia, una de sus compañeras, para molestarla le dio un fuerte pelotazo en la espalda, y cuando Paulita estaba a punto de pagar con la misma moneda, oyó en su interior una vocecita que le decía: "No le tires la pelota  a Antonia, soporta el dolor por Mí. Has un sacrificio".

"Ahora - pensó Paulita - ahora ¡ Sí Señor !, estas son tus plumitas, los sacrificios para el Niño Jesús".

No tiró la pelota y así recogió la primera pluma que guardó en su corazón, en un cofrecito celestial.

Aquella misma tarde cuando su madrina le dio un chocolate, ella ya sabía que es chocolate tenía que ser cambiado por una plumita para el colchón  del Niño Jesús.  En vez de comérselo, lo dejó en un bolsillo del abrigo de su hermanito. 

Al día siguiente ayudó a sus mamá llevando un canasto de ropa al lavadero y allí trabajó con ella toda la mañana, tanto que su mamá quedó admirada y la besó suavemente.  Todo se transformaba en plumas para el pesebre: dulces, sacrificios y oraciones.

En la tercera semana de Adviento, cuando se encendió la tercera velita, Paulita ya había juntado treinta y nueve plumitas.

"¿Bastarán?", reflexionó.... Como no sabía si treinta y nueve plumitas serían suficientes para hacer un colchón, sacó calladita el colchón de la muñeca de su hermana y fue al sótano.  Allí con toda calma abrió una de las costuras y sacó treinta y nueve plumas.  Pero quedó desilusionada al ver el pequeñísimo montón.

No había juntado ni la mitad de lo que necesitaba. Tan poca cosa no bastaría para calentar al Niñito Jesús, al Hijo de Dios.  "No importa", pensó y con un suspiro puso otra vez las plumitas en el colchón.

Desde ese momento la dominada un solo pensamiento: "¡Más Plumas!  ¡Necesito juntar más plumas, si no el querido Niño Jesús pasará frío!".

¡ Cómo se esforzaba la niña!  Vivía atenta para no perder ninguna ocasión de hacer un sacrificio.  Durante este tiempo ella fue la más amable de las compañeras, la más servicial, especialmente frente a aquellas que no le gustaban y hasta hubiera sido capaz de decirles que hicieran cualquier cosa para así tener la ocasión de juntar otra plumita.

¿Comprenden ahora por qué en cada Adviento Paulita deja de lado sus juguetes?  Su tesoro secreto crecía siempre más.  El Niño Jesús, ¿ no debería tener también sabanitas?  En la cama de Paulita había dos y además la abuela le había enseñado cómo hacerlas.  Cada vez que rezara, sería una hebra de hilo para las sábanas del Niño Jesús. 

Ahora Paulita agregó a las oraciones de la mañana y de la noche un Ave maría y cuando miraba el cuadro que colgaba de la pared sobre la cama, pensaba: "Mi corazón es sólo de Jesús".

En el camino a la escuela cuando pasaba por la Iglesia, se encontraba con una imagen de la Virgen y el Niño Jesús en brazos. Paulita vio que las flores estaban allí muy marchitas.  Desde ese día llevó todas las mañanas un ramo de flores a la Iglesia y lo dejó a los pies de la Santísima Virgen. 

Después, rezó todas las oraciones que sabía de memoria, recordando que cada una sería una hebra para las sabanitas de su querido Jesús.

Finalmente llegó la Navidad, la hermosa Nochebuena. Paulita estaba arrodillada muy cerca del pesebre, en una dulce conversación con el Niño Jesús:

"Estas recostado sobre paja, pero en mi corazón, querido Niñito Jesús, hay muchas plumitas para calentarte.  Tengo dos sabanitas para cubrirte.  Ven Niño Jesús, ven a mi corazón; te va a gustar la camita calentita y blanda que te he preparado".

Y el Niño Jesús entró alegremente en el corazón de Paulita.

Tuesday, December 15, 2015

¿EL DEMONIO PUEDE SER INSTRUMENTO DE SANTIFICACIÓN? RESPONDE EXORCISTA PADRE FORTEA


¿El demonio puede ser un instrumento de santificación? Exorcista Fortea responde
Por David Ramos




 (ACI).- El famoso exorcista José Antonio Fortea aborda en su nuevo libro, La tiniebla en el exorcismo, la posibilidad de que el demonio sirva como “instrumentum sanctificationis” (“instrumento de santificación”). El libro está disponible de forma gratuita para los lectores de ACI Prensa.

El P. Fortea señaló que si a pesar de que se hayan puesto “todos los medios humanamente posibles para la resolución de un caso” aun así “un exorcismo indefinido no da ningún signo de acercarse a su final, entonces téngase en cuenta que Dios puede permitir que una persona porte sobre sí este sufrimiento como expiación por sus propios pecados y para beneficio del resto de la Iglesia”.

“La única respuesta a por qué Dios permite tal cosa, es la propia purificación y la santificación”, escribió.

El sacerdote español destacó que “si Dios permite la cruz de una enfermedad crónica del cuerpo (como, por ejemplo, la diabetes o la necesidad cada dos días de la hemodiálisis), ¿qué razón encontraremos para que no pudiese permitir este otro tipo de carga sobre la persona, la cruz de la acción extraordinaria del demonio?”.



“Desde luego, los episodios en los que los demonios atacan físicamente a los siervos de Dios, los podemos rastrear en la vida de infinidad de santos, desde la antiquísima vida de San Antonio Abad hasta la reciente y bien documentada vida del padre Pío de Pietrelcina”, señaló.

El P. Fortea recordó también que “en la vida de Santa Catalina de Siena, la acción maligna de los demonios sobre una ciudad es coartada por la oración y penitencia de la Santa, pero a cambio de que Dios permitiera que los demonios atormentaran el cuerpo de Santa Catalina”.

Así como hay casos de “ataques físicos demoníacos provistos de un sentido intercesor pro bono Ecclesiae (para el bien de la Iglesia)”, indicó, también se han producido casos de “auténtica posesión demoníaca” en algunos santos.

El famoso exorcista citó en su libro pasajes de Historia de un alma de Santa Teresa de Lisieux, en el que la santa recordó una enfermedad que “provenía, ciertamente, del demonio”, pues “decía y hacía cosas que no pensaba. Parecía estar en un continuo delirio, diciendo palabras que no tenían sentido, y sin embargo estoy segura de que no perdí ni un solo instante el uso de la razón”.

El sacerdote español señaló que “este tipo de casos lleva a la conclusión de que el misterio de la posesión excede con mucho en su complejidad, a los esquemas simplistas que la consideran completamente explicada, como fruto de un pecado producido por el esoterismo”.

“El sentido teológico de la posesión es bastante más amplio y sus ramificaciones más misteriosas”, advirtió.

El P. Fortea subrayó que “del mismo modo que no en todas las personas la posesión comienza por el pecado, así tampoco la remoción de los pecados graves asegura que una posesión acabe”.

Puede descargar gratuitamente el libro La tiniebla en el exorcismo, así como otros textos del P. José Antonio Fortea, en este enlace: https://www.aciprensa.com/fortea/