Wednesday, March 1, 2017

Oración de Sanación de la Familia




¡Señor Jesús! Hoy venimos a Ti, en nombre de cada una de las personas de nuestra familia. Tú, en tus designios de amor por cada uno de nosotros, nos has colocado en ella y nos has vinculado a cada una de las personas que la componen. 

En primer lugar, te queremos dar gracias de todo corazón por cada uno de los miembros de mi familia, por todo el amor que he recibido tuyo a través de ellos y te queremos alabar y glorificar porque nos has colocado en ella. A través de la familia y en la familia, tú nos has dado la vida y has querido para nosotros que formemos un núcleo de amor.

Hoy, Señor, queremos que Tú pases con tu sanación por cada uno de nosotros y realices tu obra de amor en cada uno de nosotros. 

Antes de nada, Señor, queremos pedirte perdón por todas las faltas de amor que hayamos tenido en casa, por todas nuestras indelicadezas, por todas nuestras faltas de comprensión, por no ser a veces cauces de tu amor para ellos.



Jesús, te pedimos que entres en el corazón de cada uno y toques aquellas experiencias de nuestra vida que necesiten ser sanadas. Tú nos conoces mucho mejor que nosotros mismos. Por lo tanto, llena con tu amor todos los rincones de nuestro corazón. Donde quiera que encuentres – el niño herido -, tócalo, consuélalo y pónlo en libertad.

Vuelve a recorrer nuestra vida. La vida de cada uno de nosotros desde el principio. Desde el mismo momento de nuestra concepción. 

Purifica las líneas hereditarias y líbranos de aquellas cosas que puedan haber ejercido una influencia negativa en aquel momento. Bendícenos mientras íbamos fomándonos en el vientre de nuestra madre y quita todas las trabas que puedan haber dificultado durante los meses de gestación, nuestro desarrollo en plenitud.

Danos un profundo deseo de querer nacer y sana cualquier trauma tanto físico como emocional que pudiera habernos dañado durante nuestro nacimiento. ¡Gracias, Señor!, por estar ahí presente para recibimos a cada uno de nosotros en tus brazos en el momento mismo de nuestro nacimiento, para darnos la bienvenida a la Tierra y asegurarnos que Tú nunca nos faltarías ni nos abandonarías.

Jesús, te pedimos que rodees nuestra infancia con tu luz y que toques aquellos recuerdos que nos impiden ser libres. Si lo que más necesitamos cada uno fue más cariño maternal, mándanos a tu Madre la Virgen María, para que nos dé lo que nos falta. Pídele que nos abrace a cada uno, que nos arrulle a cada uno, que nos hable y llene el vacío que necesita el calor y el consuelo que sólo una madre puede dar.

Quizá “el niño interior” siente la falta del amor del padre. Señor Jesús, déjanos gritar con libertad, con todo nuestro ser: “¡Abba!, ¡papá! ¡Papaito!. Si necesitábamos alguno de nosotros más cariño paternal y la seguridad de que nos deseaban, y nos amaban de verdad, te pedimos que nos levantes y nos hagas sentir la fuerza de tus brazos protectores.

 Renueva nuestra confianza y danos el valor que necesitamos para hacer frente a las adversidades de la vida porque sabemos Padre nuestro, que tu amor nos levantará y nos ayudará si tropezamos y caemos.

Recorre nuestra vida Señor, y consuélanos cuando otros nos trataban mal. Sana las heridas de los encuentros que nos dejaron asustados, que nos hicieron entrar en nosotros mismos y levantar barreras de defensa ante la gente. Si alguno de nosotros se ha sentido solo, abandonado y rechazado por la humanidad, concédenos por medio de tu amor que lo sana todo, un nuevo sentido del valor de cada uno como persona.

¡Oh Jesús, nos presentamos en este día ante ti, toda la familia y te pedimos que sanes nuestras relaciones, que sean unas relaciones llenas de cariño, de comprensión y de ternura y que nuestra familia se parezca a la tuya. Te pedimos, por intercesión de tu Madre, la Reina de la Paz, que nuestros hogares sean lugares de paz, de armonía y donde realmente experimentemos tu presencia. ¡Gracias, Señor!

Oración de Sanación por los Enfermos




Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho: «vengan a mí todos los que están cansados y cargados y Yo los aliviaré».

Venimos a ti con todos los enfermos de esta (familia, parroquia, ciudad) que están unidos con nosotros. Te lo suplicamos Jesús, bendícelos a todos. Pon tu mano de buen pastor sobre cada uno de ellos y por los méritos de tu pasión comienza a sanarlos de su enfermedad si es tu santa voluntad. 

Sabemos Jesús que Tú puedes sanarlos y te lo pedimos en fe. No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia y por el poder de tus Llagas gloriosas, por tu santa Cruz y por tu preciosa Sangre comienza a sanar a muchos de ellos Señor.

A los que Tú no vas a sanar hoy porque en tu plan providencial, Tú tienes algo distinto para ellos, te pedimos que les des fortaleza para que nunca se desesperen y que sepan ofrecer sus sufrimientos uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz para darle un valor de redención.

Pero estamos tan seguros de tu presencia viva en medio de nosotros Señor que, aun antes de conocer el resultado de nuestra oración en fe te decimos gracias por todo lo que estás haciendo ahora por nuestros enfermos.

Y todo esto te lo pedimos por intercesión de nuestra Madre la Virgen Santísima;

y te damos gracias por lo que Tú vas a seguir haciendo por ellos.

Amen Señor Jesús.

Oración de Sanación al Corazón de Jesús por un Enfermo



Dulcísimo Jesús, que dijisteis:

“Yo soy la Resurrección y la Vida”, que recibiendo y llevando en Vos nuestras enfermedades, curabas las dolencias de cuantos se te acercaban; a Ti acudo para implorar de tu Divino Corazón a favor de los enfermos, suplicándote por intercesión de tu Santísima Madre, la bienaventurada siempre Virgen María, salud de los enfermos, quieras aliviar y sanar en la presente enfermedad a tu siervo …….. , si es conveniente para su bien espiritual y el de mi alma.

Señor Jesús, que al funcionario real que te decía: “Venid, Señor, antes que mi hijo muera”, le respondisteis: “Vete, tu hijo vive”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que al ciego de Jericó, que sentado junto al camino te decía en alta voz: “Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí”, le respondiste: “Recupera tu vista, tu fe te ha salvado”, y al momento vio. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que diciendo: “Quiero, sé limpio”, limpiaste al leproso, que te decía suplicante: “Señor, si quieres puedes limpiarme”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que librasteis al mudo poseído del demonio, hablando luego con admiración a las turbas el que antes era mudo. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que sanaste al enfermo que llevaba treinta y ocho años de su enfermedad, junto a la piscina de las ovejas, diciéndole: “Levántate, toma tu camilla y anda” y anduvo.
Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que delante del hijo muerto de la viuda de Naím, enternecido, dijiste a la madre: “No llores”; y tocando el féretro, añadiste: “Joven, a ti te digo, levántate”; entregándolo luego vivo a su madre. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis: “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”. Sánalo, Señor.

Señor Jesús, que dijisteis: “En verdad, en verdad te digo, que todo cuanto pidieras al Padre, en mi Nombre, os lo dará”. Sánalo, Señor.

Omnipotente y sempiterno Dios, eterna salud de los que creen, escúchanos en bien de tus siervos enfermos, por quienes imploramos el auxilio de tu Misericordia; a fin de que recobrada la salud, te den en tu Iglesia ferviente acción de gracias. Por Cristo Nuestro Señor. Así sea.

Friday, January 13, 2017

Un Sacramento de Sanación– Unción de los Enfermos



Escrito por el Obispo Kevin Farrell
Pastor Principal de la Diócesis Católica de Dallas

¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por el y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.  La oración hecha con fe sanará al que no puede levantarse y el Señor hará que se levante; y si ha cometido pecados se le perdonarán                        
 (Stgo 5:14-15).

El sufrimiento y la enfermedad son parte de la condición humana, la conmovedora oración del salmista, Desde el abismo clamo a ti Señor, ¡Señor escucha mi voz! Que tus oídos pongan atención al clamor de mis suplicas (Sal 130:1-4), hace eco de esta realidad a través de la historia.

A la luz de la Pasión de Cristo, el sufrimiento y la enfermedad adquirieron el significado del valor redentor de la obra salvífica de Cristo para el cristiano: Por sus llagas hemos sido sanados (Is 53:5).
Un Sacramento de Sanación– Unción de los Enfermos

El pasaje de la Carta de Santiago que mencionamos anteriormente da testimonio de la presencia de este sacramento de sanación en la Iglesia primitiva. Una vez más, se nos presenta la necesidad de  un símbolo sensible, en este caso, el aceite para ungir. Como el agua, el aceite tiene más de un significado: fortaleza, sanación y ser elegido o puesto aparte. En el sacramento de la Unción de los Enfermos, el símbolo es fortaleza y sanación ya que proporciona un encuentro curativo con Jesús a través de las manos del sacerdote.

El Concilio Vaticano II restauró una mejor comprensión del significado original del sacramento. Con el tiempo, el principal propósito del rito había llegado a ser visto como una unción final para los moribundos, por lo cual se le llegó a conocer como la Extremaunción.  En las palabras del Concilio, La unción de los enfermos no es un sacramento para quienes están a punto de morir.  El comienzo de una enfermedad grave o la vejez es un tiempo apropiado para recibir el sacramento, el cual otorga la gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o la fragilidad de la vejez (CIC 1520). Este sacramento puede ser repetido posteriormente.

Desde el luego que el fruto espiritual del sacramento es el perdón de los pecados, el consuelo y el fortalecimiento del alma y la confianza en la misericordia de Dios a través de la gracia del Espíritu Santo. También puede ocurrir una sanación física a partir del encuentro sacramental, si conviene a la salud espiritual (CIC 1532).

No puedo enfatizar suficientemente que el Sacramento de la Unción de los Enfermos es, de hecho, un sacramento para los vivos y no sólo para los moribundos y que puede ser administrado cuando los fieles empiezan a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez (CIC 1514).

Sanación física y el Sacramento de la Unción de los Enfermos



Escrito por el padre Rubén Bellante

Vamos a ir descubriendo todos los beneficios que tiene este sacramento de la unción de los enfermos, cómo la gracia de Jesús Resucitado se manifiesta a través de este sacramento, signo eficaz de la gracia de Dios, como a través de todos los sacramentos.

Este sacramento siempre lo administra un presbítero (sacerdote) de la iglesia católica.

Este mundo actual, que lo vemos tan enfermo en el Espíritu y en el cuerpo, con tanta ciencia dando vuelta, medicina, y cada vez más enfermo. Conocerá mejor a Jesús y se acercará a él cuando comprenda que hoy, ayer es él mismo y que movido por el amor que nos tiene y con el poder que recibió del Padre Dios, puede y quiere realizar la sanación interior y la física que necesitamos.

Cuando San Pedro pronuncia su discurso en la casa del centurión Cornelio, dice: “Él ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciando la buena nueva de la paz, por medio de Jesucristo que es el Señor de todos. Ustedes saben lo que sucedió en Judea, comenzando por Galilea, como Dios a Jesús de Nazareth lo ungió en el Espíritu Santo y con poder. Como él pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el mal, el maligno, por que Dios estaba con él”. Termina diciendo “De este, todos los profetas dan testimonio”.
Es que todo el que cree en él alcanza por su nombre el perdón de los pecados. Palabra de Dios, te alabamos Señor, el texto es de Hechos de los Apósteles 10, 34-44.

Solo de Jesús se puede decir con plena verdad, que paso haciendo el bien y sanando a todos. Nuestra vida es una mezcla de bien y de mal, de virtudes y de vicios, sanamos tal vez a muchos, pero herimos a más de los que creemos. El evangelio nos habla con frecuencia de las curaciones de todo orden que realiza Jesús, movido siempre por su inmenso amor al prójimo.

San Mateo 8 16-17 nos dice:
Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, él expulso a los espíritus con su palabra y curo a todos los que se encontraban mal.
Así se cumplió el oráculo del profeta Isaías:
“èl tomo nuestras flaquezas y cargo con nuestras enfermedades”

Esta caridad de Jesús, explica ante toda la multitud la variedad de curaciones que hizo ante su vida publica, porque sentía una gran compasión por todos nosotros.
Por eso el ciego de Jericó le grita:

Hijo David, Jesús ten compasión de mí.
Y el Señor le dice: “¿que querés que te haga?”
Marcos 10, 47-51

San Mateo nos dice que cuando le llevaron los enfermos, tuvo compasión de ellos y los sanó.
Cuando los ciegos se le acercaron e imploraron su protección, el Señor tuvo misericordia de ellos, le toco los ojos, y luego pudieron ver, y le siguieron.
Mateo 20, 34.

Cuando el ángel Gabriel anuncia a Maria el misterio de la encarnación del verbo, le dice
Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Lucas 1, 31
Y ¿que significa este nombre? que es ordenado por el ángel Gabriel.
Jesús viene de Yavé, que es salvación.
Jesús será eso, el salvador de todos los seres humanos.
Con razón Cristo contestara a los dos discípulos que envía Juan el Bautista con esta pregunta
¿Eres tu el que ha de venir o debemos esperar a otro?
Y contesto Jesús:
Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído, los ciegos ven, los rengos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncian a los pobres la buena nueva   y dichoso aquel que no se escandalice de mi.
Lucas 7, 18-24

¿Entonces porque fue enviado Jesús?

Tuesday, January 10, 2017

Señor Jesús, Aquel a Quien Amas Está Enfermo



Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo(a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.

Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.

Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique formándome en la abnegación y en la caridad. Amén

Oración Por un Enfermo Grave



Seńor Jesucristo,
Redentor de los hombre,
que en tu pasión quisiste
soportar nuestro sufrimiento
y aguantar nuestros dolores.

Te pedimos por nuestro 
(Nombre de la persona enferma);
tu que lo has redimido,
aviva en el la esperanza de su salvación
y conforta su cuerpo y su alma.

Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos

Amén.