Tuesday, November 11, 2014

ORACIÓN POR UN ENFERMO



Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo (a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.

Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.
Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén.

Oración Para Antes de Dormir




Padre mío, ahora que las voces se silenciaron
y los clamores se apagaron, aquí al pie de la cama
mi alma se eleva hasta Tí, para decirte:
Creo en Tí, espero en Tí, te amo con todas
mis fuerzas, Gloria a Tí Señor.

deposito en tus manos, la fatiga y la lucha,
las alegrías y desencantos de este día
que quedó atrás.

Si los nervios me traicionaron, si los impulsos
egoístas me dominaron, si di entrada al rencor
o a la tristeza, ¡Perdón, Señor!. Ten piedad de mí.

Si he sido infiel, si pronuncié palabras vanas,
si me dejé llevar por la impaciencia.
Si fui espina para alguien ¡Perdón, Señor!.
No quiero esta noche entregarme al sueño, sin sentir
sobre mi alma la seguridad de tu misericordia,
tu dulce misericordia, enteramente gratuita, Señor.

Te doy gracias, Padre mío, porque has sido la sombra
fresca que me ha cobijado durante todo este día.
Te doy gracias porque, invisible, cariñoso, envolvente,
me has cuidado a lo largo de estas horas.

Señor, a mi alrededor ya todo es silencio y calma.
Envía el ángel de la paz a esta casa. Relaja mis nervios
sosiega mi espíritu, suelta mis tensiones,
inunda mi ser de silencio y serenidad.

Vela sobre mí, Padre querido, mientras me entrego
confiado al sueño, como un niño que duerme
feliz entre tus brazos.

En tu nombre Señor, descansaré tranquilo.
Amén.

Thursday, November 6, 2014

Testimonio del Padre Jordi Rivero



Era yo un joven estudiante de ingeniería cuando mi madre me invitó a un grupo de oración. La primera visita fue una gran sorpresa. Los cantos de alabanza, el gozo, los brazos elevados hacia el cielo y el entusiasmo por la Palabra de Dios. Era evidente que aquellas personas creían en un Dios vivo que se manifestaba entre ellos. Se oraba por los enfermos, con frecuencia se cantaba y rezaba en unas lenguas extrañas según el don de lenguas. 

Algunas personas dieron sus testimonios de curación o de favores recibidos. Otra experiencia nueva para mi fue escuchar palabras dichas en nombre de Dios: “Hijos míos les amo”, “Hijos míos quiero un pueblo fiel y obediente”. Sabía que eran mensajes bíblicos, pero todos los escuchaban concientes que son mensajes dirigidos a nosotros ahora y le daban gracias a Dios.

Pregunté si eran católicos y sonriendo me dijeron “¡claro!”. Yo no estaba muy convencido hasta que me demostraron que ese mismo año (1975) habían celebrado una gran conferencia en Roma y el Papa les había concedido celebrar la Santa Misa en el altar mayor de San Pedro presidida por el Cardenal Suenens.  

Monday, November 3, 2014

Sexualidad Cristiana: El SIDA y su Prevención

En el envase de los preservativos, en la publicidad y en los lugares donde éstos se distribuyen, una advertencia que diga que el preservativo no es seguro


Por: Entrevista al Cardenal Alfonso Lópéz Trujillo | Fuente: Radio Vaticano





¿Podría usted establecer establecer su posición tal como lo explicó en la BBC respecto a la ineficacia del uso de preservativos para prevenir la difusión del SIDA?

Mis afirmaciones en una reciente entrevista con la BBC de Londres, en el programa Panorama, hablando del uso de la contracepción para prevenir la difusión del SIDA, trataban de establecer lo siguiente.
Imaginaba que este asunto era mejor conocido, y me sorprendí con algunas de las reacciones. Es aún más curioso porque el programa no ha sido aún retransmitido. El asunto del “sexo seguro” ha sido tratado en varios estudios científicos. Entre mis preocupaciones estaba la intención de no engañar a la gente, especialmente a la juventud, haciéndolos pensar que es “seguro”, cuando de hecho eso aún no ha sido probado. ¿Cuántos jóvenes han tomado el camino de la promiscuidad, presionados por la falsa hipótesis, y han caído víctimas de esta pandemia? ¡Es una responsabilidad muy seria!

Acompañar al Enfermo en su Dolor


Un hasta luego que nos hará sentir que no fue tiempo perdido el que pasamos junto a él


Por: Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net




Acompañar al enfermo en su dolor
Cada hombre enfermo toca nuestro corazón de un modo particular. La mayoría experimenta compasión, un profundo deseo de asistir o acompañar a quien sufre, a quien vive la experiencia de la incapacidad, del dolor, tal vez la desesperación y la amargura.

El dolor de otros nos afecta a todos. Querríamos aliviarlo, ayudarle a encontrar caminos para curarlo, u ofrecerle medios para una rápida recuperación. Querríamos que el enfermo no quedase abandonado a su suerte. Querríamos que pudiese encontrar maneras para seguir en la vida de un modo más o menos autosuficiente, libre, indoloro.

A veces no podemos hacer casi nada para que regrese la deseada salud, pero sí mucho para mostrar nuestro afecto y cercanía. Eso ya es mucho. A veces basta con estar allí, a su lado. Con una palabra oportuna, o con la sonrisa de siempre; con un chiste, o con el recuerdo de momentos más felices, más buenos.

Friday, October 17, 2014

El Dolor Que Santifica



Muchas veces te habrás preguntado por qué ciertas personas permanecen años y años sufriendo, sin morir. A primera vista, parece que no tiene sentido el sufrimiento de esas personas inválidas o ancianas que, lentamente, se van consumiendo entre dolores y privaciones.

La fe, por consiguiente, es la que te da la respuesta.

La Pasión de Jesucristo viene a dar un sentido nuevo al dolor. A partir de la Cruz, el sufrimiento se vuelve redentor. Nos santifica a nosotros y a los demás. En vista de la eternidad, nuestra vida es comparada al “al soplo del viento que pasa”, y por eso todo sufrimiento es pasajero cuando recordamos los tesoros infinitos que Dios reservó para el que Él ama.

Los justos serán probados por Dios, dice la Escritura, y el dolor los purificará de sus pecados, llegando a ser semejantes a Cristo.

“Los probo, como se prueba el oro en el crisol

donde se funde el metal,

Y los aceptó como víctimas

consumidas por el fuego.”

(San 3,6)

La persona que sufre por mucho tiempo y sabe aceptar con amor sus sufrimientos, no solamente se santifica a sí misma sino que, además, engrandece el Cuerpo de Cristo y hace que la Iglesia de los hermanos en la fe crezca abundantemente.