Wednesday, September 25, 2013

Las Enfermedades..




I. El Evangelio  (Lucas 4, 10) nos ha dejado este detalle entrañable de Cristo con los enfermos. Los curó imponiendo sus manos sobre cada uno. Jesús se fija atentamente en cada uno de ellos y les dedica toda su atención, porque cada persona, y de modo especial la persona que sufre, es muy importante para Él. Cada hombre es siempre bien recibido por Jesús, que tiene un corazón compasivo y misericordioso para con todos, singularmente para aquellos que andan más necesitados. Nosotros, que queremos ser discípulos fieles de Cristo, debemos aprender de Él a tratar y amar a los enfermos. En nuestra vida habrá momentos en que estemos enfermos, o lo estén las personas que nos rodean. Eso es un tesoro que hemos de cuidar. En el trato con los que padecen y sufren enfermedades se hacen realidad las palabras del Señor: lo que hicisteis con uno de éstos, mis hermanos más pequeños, por Mí lo hicisteis (Mateo 25, 40).

LA PURIFICACION A TRAVES DE LA ENFERMEDAD Y EL DOLOR


Extraido del Diario de Santa Faustina.
 

Una vez fui llamada al juicio de Dios. Me presenté delante del Señor, a solas. Jesús se veía como durante la Pasión. Después de un momento, estas heridas desaparecieron y quedaron sólo cinco: en las manos, en los pies y en el costado. Inmediatamente vi. todo el estado de mi alma tal y como Dios la ve. Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor, incluso de las faltas más pequeñas. ¡Que momento! ¿Quién podrá describirlo?.
 

Sunday, September 22, 2013

El Sufrimiento. Por el Beato Juan Pablo Segundo.



En el Evangelio es posible encontrar la respuesta satisfactoria a todos los interrogantesque agobian al hombre.

Una vez Jesús, hablando a una gran muchedumbre, les dijo: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y vuestras almas hallaran descanso.» Estas palabras iban dirigidas a todos nosotros, pero adquieren un significado particular para los enfermos y ancianos, para rodo el que se sienta «agobiado».

Si os halláis solos humanamente, Cristo está con vosotros para devolveros la confianza y aliviar vuestro dolor, al indicaros que ese dolor es útil para la Iglesia entera, pues ésta necesita confrontarse continuamente con el padecimiento humano para vivir su fidelidad a Cristo.

Las Manos de Jesús



Las manos de Jesús bendecían. Partían el pan, incluso lo multiplicaban. ¿Alguna vez has pensado en las manos de Jesús?

Cierro los ojos y pienso en las manos de Jesús: Fuertes y vigorosas, de carpintero. Y, al mismo tiempo, tiernas, como cuando acariciaba a un niño o limpiaba una lágrima de las mejillas de la Virgen. Manos que extendían, respetuosas, los rollos de las Escrituras en la Sinagoga. Dedos que enfatizaban sus palabras o escribían sobre la arena.

Las manos de Jesús bendecían. Partían el pan, incluso lo multiplicaban. Eran manos que curaban y hasta resucitaban. Podían expresar enojo con los mercaderes en el templo y ternura con los enfermos que llegaban a Él.

Las manos de Jesús enseñaban, expresaban, amaban. Con ellas difundía su misericordia y amor. Eran manos que entregaban incesantemente. Manos orantes, cuando Él subía al monte a conversar con su Padre en la madrugada.

Sexualidad Cristiana: La Pureza del Corazón





Nuevamente vuelvo a insistir en un tema que a veces lo pasamos por alto, pero que es de vital importancia.

Es verdad que ante la vida de los demás, ante actitudes que nos parecen extravagantes, extrañas, nos resulte placentero juzgar, a ver qué sucede con esa persona. Nos gusta enterarnos de todos los detalles, de cuánto ha hecho el del lado, para después, con la información que tengo, crucificarlo con la lengua…

No nos damos cuenta cómo, es triste decirlo, del chisme, de la murmuración, vamos haciendo temas que incluso nos llenan el día…

Es muy triste, amigos, hablar y hablar y nunca decir algo que esconda “amor”….

Y nos justificamos: solemos escudarnos en nuestra psicología. “Somos así”, mi personalidad me lleva a hablar de los demás, ¿Y nunca nos hemos preguntado que quizás la psicología del otro puede ser causa de esa actitud que yo comento con tan mezquino e hiriente interés?

Cómo se ha de Pedir el Favor Divino


Tomás de Kempis


 Imitación de Cristo

Jesucristo:

1. Hijo, yo soy el Señor, que conforta en el día de la tribulación. Ven a Mí, cuando no te hallares bien. Lo que más impide la consolación celestial, es que muy tarde vuelves a la oración. Porque antes de orar con atención, buscas muchas consolaciones, y te recreas en lo exterior. De aquí viene que todo te aprovecha poco, hasta que conozcas que yo soy el que libro a los que esperan en Mí; y fuera de Mí no hay auxilio eficaz, consejo provechoso, ni remedio durable. Mas recobrado el aliento después de la tempestad, esfuérzate a la luz de mis misericordias; porque cerca estoy (dice el Señor) para reparar todo lo perdido, no sólo cumplida, sino abundante y colmadamente.

Los Ojos de la Virgen




 

Pbro. Dr. PabloArce Gargollo


Según varios estudiosos y hombres de ciencia que han inspeccionado la imagen se pueden ver reflejadas, en ambos ojos y en la ubicación precisa en que se reflejarían en un ojo humano vivo, algunas figuras que han sido extensivamente analizadas y parecen corresponder a la forma y tamaño de figuras humanas localizadas enfrente de la imagen.

Los últimos hallazgos en los ojos de la Virgen, comentados y explicados a la luz de la ciencia.

Según varios estudiosos y hombres de ciencia que han inspeccionado la imagen se pueden ver reflejadas, en ambos ojos y en la ubicación precisa en que se reflejarían en un ojo humano vivo, algunas figuras que han sido extensivamente analizadas y parecen corresponder a la forma y tamaño de figuras humanas localizadas enfrente de la imagen.